El Banco Central Europeo (BCE) no piensa frenar su política restrictiva y volverá a subir los tipos de interés el 27 de julio, momento en el que volverá a reunirse el Consejo de Gobierno del organismo para tomar decisiones sobre la política monetaria. La inflación continúa bajando en la zona euro, pero Christine Lagarde, presidenta del banco, se niega a dar tregua a las familias y pequeñas empresas y ya ha adelantado el BCE "seguirá subiendo los tipos en julio". El precio del dinero se sitúa ya en el 4% y, una vez aprobada el nuevo incremento, alcanzará su valor más alto de la historia.

Desde la entrada del euro en los mercados financieros en 1999 el valor más alto alcanzado por los tipos de interés se registró en junio del 2000, marcando el 4,25%. El porcentaje se mantuvo en estos niveles durante más de ocho años y, tras su bajada en octubre de 2008, nunca volvió a alcanzar el 4% hasta la decisión del pasado 15 de junio. Dentro de un mes, cuando se cumplirá justo un año desde que el BCE comenzó su rally alcista, el precio del dinero, de replicarse por tercera vez una subida de 25 puntos básicos, clavará 15 años después su cifra más alta.

Las empresas no pueden seguir mostrando el comportamiento de precios que hemos observado

"Es poco probable que en un futuro próximo el banco central pueda afirmar con plena confianza que se han alcanzado los tipos máximos", ha añadido Lagarde, dejando la puerta abierta a que la progresión sea aún mayor. "Creo que julio es un hecho consumado. Se ha indicado y es bastante claro. Septiembre dependerá", ha refrendado Luis de Guindos, vicepresidente de la institución. La entrada en recesión técnica de la eurozona y de su motor, Alemania, asustan al BCE y la tendencia a la baja de la inflación (6,1% en la eurozona) no es suficiente para el organismo.

Las empresas, principales culpables

La culpa de la elevada inflación y de sus efectos de segunda ronda está depositada ya por los organismos internacionales, el último la OCDE, en las grandes empresas que han ampliado sus márgenes empresariales para aprovecharse de la crisis devenida de la guerra de Ucrania. Lagarde ha señalado a las corporaciones y el riesgo de que continúen defendiendo sus márgenes sin absorber los crecientes costes laborales. “Los trabajadores han salido perjudicados de la perturbación inflacionista, al experimentar una considerable reducción de sus salarios reales que está alentando un proceso”, ha sentenciado la presidenta del BCE.

Vuelven a quedar en evidencia los gurús que culpaban a la subida salarial de posibles efectos de segunda ronda o que se llevaban las manos a la cabeza con la progresión del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), asegurando que destruiría empleo, empresas y demás retahílas que los datos han ido desmontado. “Las empresas no pueden seguir mostrando el comportamiento de precios que hemos observado recientemente”, señala Lagarde, que asegura que "necesitamos que las empresas absorban los crecientes costes laborales a través de sus márgenes". Los trabajadores continúan empobreciéndose mientras las empresas se forran, egoísmo que golpea tanto a nivel macro como micro.

Duro golpe para las hipotecas

El Euríbor, valor al que se referencian la mayoría de hipotecas y que depende de los tipos de interés, continúa por las nubes. Sus datos diarios han superado ya el 4,1% y el valor a doce meses con el que cerrará junio se colocará en el entorno del 4%. afectará directamente a todas las hipotecas variables que se enfrente a una revisión de sus condiciones próximamente, pero también a aquellas de nueva constitución. De hecho, aunque las hipotecas fijas ya constituidas no se verán afectadas, aquellas personas que quieran solicitar un préstamo hipotecario verán como el tipo fijo, situado siempre por encima del variable, alcanza valores cercanos al 4%.

Con los alquileres disparados y las hipotecas de nueva constitución con unas condiciones muy desfavorables para los clientes, en beneficio de los bancos, la situación se torna negra para muchas familias españolas. No obstante, peor aún pueden verse aquellos hogares con una hipoteca variable que se enfrente próximamente a revisión. Atendiendo a una hipoteca de 150.000 euros a 30 años con un diferencial del 0,99%, la letra mensual parará en la revisión de los 500 euros a los 800 euros, lo que supone un incremento mensual de 300 euros en la cuota. Un aumento que al año supondrá una diferencia de 3.600 euros. Más sangrante será el incremento para hipotecas de 200.000 euros, donde se alcanzarán alzas de 400 euros al mes.