La madrugada del próximo domingo 25 de octubre se producirá el cambio de hora, pasando del horario de verano al horario de invierno. A las 3:00 horas se retrasarán los relojes para volver a marcar las 2:00h en España. En ese momento entrará el horario de invierno, de acuerdo con la Directiva Europea del Cambio de Hora.

Hace solo dos años, en febrero de 2018 la Eurocámara votó sobre la posibilidad de poner fin al cambio, que se realiza dos veces al año. Tanto el Parlamento Europeo como la posterior consulta pública se mostraron a favor de no cambiar la hora. De hecho, más del 80% de los 4,6 millones de participantes en la consulta se mostraron a favor de terminar con estos cambios.

La Comisión Europea aprobó la eliminación del cambio de horario. Sin embargo, la comisión de Transporte y Turismo del Parlamento Europeo apostó por retrasar la eliminación hasta el año 2021, dando tiempo a los Estados miembros para decidir qué horario prefieren, el de verano o el de invierno.

El cambio de horario tiene como objetivo final un aspecto económico: adaptar el consumo de electricidad. De hecho, se empezó a generalizar a partir de 1974, coincidiendo con la primera crisis del petróleo, cuando algunos países optaron por adelantar el reloj para aprovechar mejor la luz del sol y disminuir el consumo de electricidad.

Opiniones contrarias

Esa era la idea inicial pero las circunstancias actuales son diferentes. De hecho, en marzo del año pasado el Gobierno creó una comisión formada por 14 expertos para analizar la conveniencia de eliminar o no el cambio de hora estacional. Esta comisión reconoció en su informe no haber llegado a ninguna “resolución concluyente” pero sí observó “gran cantidad de repercusiones de impactos” en ámbitos económicos y culturales.

Una de estas repercusiones la pone de manifiesto el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDEA), que cifra en torno a los 300 millones de euros el potencial de ahorro en iluminación, es decir, el equivalente al 5% del total. De estos 300 millones, el ahorro de los hogares solo correspondería a 90 millones, con un ahorro de 6 euros por hogar, mientras que el grueso lo determinan las empresas, en concreto los establecimientos y edificios dedicados al sector terciario y la industria.

Por otro lado, la Comisión de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo hizo público un informe en febrero de 2019 que explicaba que los cambios de hora pueden producir ahorros en el consumo de energía, pero se trata de consumos marginales. En esta línea, justificaba que los resultados son muy difíciles de interpretar porque no solo depende del consumo, sino también de la geografía, meteorología y hábitos de consumo.

Las versiones son contrapuestas, al igual que las opiniones sobre el cambio de hora. Lo que está claro es que este año las circunstancias son especialmente diferentes por la pandemia y que el Covid-19 también tendrá su impacto en el cambio de hora, como en todos los aspectos de la sociedad desde su irrupción en marzo. 

Las restricciones reducen el consumo de electricidad de las empresas

Es muy posible que las restricciones de aforo y horarios en el comercio y la hostelería, dos de los subsectores más importantes de los servicios, impliquen un menor consumo de electricidad en los establecimientos, por lo que el ahorro de 210 millones que estima IDEA podría sufrir fuertes modificaciones.

Lo mismo ocurriría con los edificios corporativos, donde tienen su sede las grandes empresas, que han optado por el teletrabajo ante el riesgo de contagio y las restricciones a la movilidad. En este caso, el consumo de electricidad ya se ha reducido casi al mínimo porque sus empleados están trabajando desde casa, lo que supone que el cambio de hora apenas supondría ahorro.

Por no hablar de la industria, que ha sufrido fuertes recortes de producción desde los inicios de la pandemia en China y que se agravaron en el momento en el que la pandemia estalló en España en el mes de marzo. Recortes de producción que llevan consigo un menor consumo de electricidad también en las fábricas españolas, otro de los gruesos del ahorro potencial.

Con estas circunstancias, es cierto que los españoles pasan, y seguirán pasando, más tiempo en casa que en sus centros de trabajo, comercios, bares y restaurantes. Al menos más del que pasaban antes. Sin embargo, no es comparable el gasto en electricidad que puede tener un hogar a diario frente al que consume un centro comercial, un restaurante o una fábrica.

Es decir, el consumo de electricidad va en aumento en el caso de los hogares, que con el cambio de hora se beneficiarían de un ahorro de 6 euros por hogar, según las previsiones de otros años. Sin embargo, el ahorro potencial para los hogares es, en condiciones normales, de 90 millones de euros, según IDEA, frente a los 210 millones de las empresas. Dos cifras que no son comparables ya que los hogares solo representan el 30% del ahorro total.

En conclusión, las previsiones de ahorro potencial con el cambio de ahorro no son válidas en una situación de pandemia en la que todo es imprevisible. No obstante, todo apunta a que, tanto hogares como empresas, apenas notarán el cambio de una hora más o menos, en un momento en el que la preocupación está en la crisis sanitaria y por ende, también en la crisis económica derivada del Covid-19.