El Consejo de Ministros de este martes tiene como objetivo aprobar las tasas ‘Google’ y ‘Tobin’, así como derogar el despido justificado por baja laboral. Así, está previsto que el Gobierno presente un anteproyecto de ley para crear ambos impuestos que deberán remitirse para su trámite y posterior puesta en marcha, por lo que la aplicación podría retrasarse hasta finales de año.

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La ‘tasa Tobin’ presenta incluso más interrogantes que el impuesto a las multinacionales tecnológicas ya que, en este caso, el impuesto a las transacciones financieras podría afectar de forma indirecta a los clientes bancarios. Es decir, todo apunta a que será el cliente quien haga frente al pago de este impuesto a la banca.

¿Por qué se llama ‘tasa Tobin’?

La ‘tasa Tobin’ tiene como objetivo gravar las transacciones financieras, concretamente la compra-venta de acciones con un impuesto del 0,2% para los intermediarios, es decir los bancos e instrumentos de inversión.

Esta nueva tasa se aplicará sobre los títulos cuya capitalización sea superior a los 1.000 millones de euros a fecha 1 de diciembre de 2018, lo que afectará directamente a las grandes empresas del Ibex 35. Pero además, otra treintena de cotizadas del mercado continuo español podrían verse afectadas por el impuesto.

La ‘tasa Tobin’ se llama en realidad ITF, Impuesto de Transacciones Financieras pero debe su nombre al economista estadounidense James Tobin, que propuso el impuesto en la Universidad de Princeton en 1971. Años después, en los 90 recuperó su popularidad con el movimiento antiglobalización y más tarde en 2008, como consecuencia de la crisis económica.

El economista explicó en su momento que se trataba de una medida para frenar la volatilidad de los mercados internacionales. Sin embargo, ahora se entiende como un control de crisis financieras como la crisis de la deuda soberana europea e incluso como un ‘impuesto Robin Hood’ para algunas ONG como Oxfam.

¿Cuánto espera recaudar el Gobierno?

En este caso el Gobierno espera recaudar hasta 850 millones de euros procedentes de la actividad financiera con la ‘tasa Tobin’.

El impuesto ha estado en la mesa de varios ministros recientes de Hacienda y parece que finalmente saldrá adelante con el nuevo Gobierno de coalición. Sin embargo, según los expertos, el impuesto debería ser aprobado a nivel comunitario para lograr la máxima eficacia, al igual que recomiendan hacer con la ‘tasa Google’

¿A qué lo quiere destinar?

Tanto la recaudación de la ‘tasa Google’ como la ‘tasa Tobin’ irá destinada a sanear las cuentas del Estado y reducir el déficit público según las recomendaciones de la Unión Europea. Más concretamente, el objetivo de ambas tasas será tapar el agujero de la Seguridad Social.

Así, la cantidad que el Gobierno espera recaudar con ambas tasas, aproximadamente 2.050 euros, irá destinado al pago de las pensiones, uno de los problemas más acuciantes del Gobierno actual, tanto por el déficit público como por el aumento constante del gasto en pensiones por el envejecimiento de la población.

¿Qué opinan los afectados?

Los principales afectados por la ‘tasa Tobin’ serán, en un principio, los intermediarios encargados de llevar a cabo las transacciones financieras, es decir, las entidades bancarias. Sin embargo, parece que serán los usuarios finales quienes hagan frente al impuesto, es decir, los inversores en bolsa que adquieran acciones españolas.

Además de este impuesto, habrá que sumar el canon de las bolsas y el coste de los intermediarios por ejecutar la operación de compra de acciones. Así, el inversor terminaría pagando indirectamente el canon bursátil, el impuesto y la comisión del intermediario. Esto podría reducir la inversión extranjera en la bolsa española, según los expertos.

Sin embargo, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ha defendido que la ‘tasa Tobin’ no afectará significativamente a la liquidez o al funcionamiento de la bolsa española.

Más allá de la actividad bursátil, es previsible que las entidades bancarias hagan frente a este impuesto aumentando las comisiones a sus clientes, sean o no inversores en bolsa. En estos casos es habitual que las entidades intenten equilibrar sus pérdidas con el aumento de ingresos por parte de los clientes.