El Banco Santander ha dado a conocer este jueves sus resultados semestrales, que arrojan que el beneficio obtenido por la entidad bancaria durante estos primeros seis meses del año asciende hasta los 4.894 millones de euros, lo que supone elevar su beneficio ordinario hasta un 16% con respecto al mismo periodo del año anterior y un 33% el beneficio atribuido.

El consejero delegado del grupo, Jose Antonio Álvarez, ha valorado como “muy buenos” los resultados obtenidos por la entidad y más teniendo en cuenta el “contexto realmente incierto, en el que los bancos han comenzado a subir los tipos de interés y ha aumentado la especulación en la economía y por lo tanto hay previsiones cambiantes sobre el futuro de la economía”.

Los clientes totales crecieron un 5% mientras que la apuesta del Santander por la digitalización da sus frutos y los clientes digitales también aumentaron en un 10%.

Crecimiento del Banco Santander

El banco dirigido por Ana Botín ha registrado una fuerte actividad comercial en el último trimestre a pesar de la gran incertidumbre que pesa sobre los mercados. La entidad consigue anotar un récord en recursos de clientes sumando 1,1 billones de euros después de crecer un 4% gracias a los depósitos. Mientras los créditos aumentaron un 6%, las hipotecas un 7%, el préstamo al consumo el 6% y el crédito a empresas un 4%

La fuerte actividad del grupo, así como el aumento de tipos de interés en algunos lugares favorecieron un aumento del 7% el margen de interés donde destacan Reino Unido con un 13%, Polonia con un 92%, México con un 9%, Chile con un 7% y Argentina con un 93%.

La inflación 

El grupo Santander tampoco se libra de la lacra de la inflación, que ha conducido a un aumento general de los costes, entorno a un 5%. Sin embargo, los costes cayeron un 4% gracias a la mejora de la productividad y la conectividad de los distintos mercados del grupo. De esta forma la eficiencia del grupo cierra en un 45,5% durante este primer semestre, frente a los 44,8% con los que cerró el ejercicio anterior, lo que sitúa al Santander como una de las entidades más eficientes del mercado.

La diversificación del grupo continúa siendo un gran factor de crecimiento.  El beneficio ordinario durante este primer semestre creció en Europa un 38%, lo que supone 1.839 millones de euros. Asimismo, también se incrementa el beneficio en Sudamérica un 7% mientras que decrece en un 10% los beneficios en el mercado norteamericano, debido a la normalización de los factores de crédito ya que los resultados del año pasado fueron “extraordinariamente altos”. En Brasil el retorno sobre el capital (RoTE) se sitúa en el 21,5% a pesar del complejo entorno macroeconómico en el que se encuentra el país y el aumento del coste de riesgo.

El mercado de financiación digital del grupo, el Digital Consumer Bank también aumentó con fuerza su beneficio ordinario en un 16% hasta los 572 millones de euros.

El retorno sobre el capital (RoTE), es decir, la rentabilidad de la entidad de sitúa por encima del 12% que es el objetivo del grupo, alcanzando el porcentaje del 13,7%, mientras que el beneficio por acción de la entidad subió un 38% y los activos tangibles por acción un 9%.

Las iniciativas de la entidad

El grupo Santander ha participado activamente en la respuesta de la crisis humanitaria derivada de la guerra de Ucrania. En Polonia la entidad colabora con la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) permitiendo a estos retirar fondos de cajeros automáticos sin necesidad de tarjeta. Además, ha ayudado a dar alojamiento temporal y ha eliminado todas las comisiones de todas las transferencias permitidas a Ucrania desde Europa

La entidad apoya también la transición en la economía verde o green economy anunciando su ambición de lograr un acuerdo de 0 emisiones netas de carbono para 2050 y alinear su cartera de generación de energía a los objetivos del Acuerdo de París 2030. La entidad tiene como compromiso alcanzar los 120.000 millones de euros de financiación verde para 2025.

“No sé dónde están los beneficios extraordinarios”

Al ser preguntado por el nuevo impuesto a la banca que propone el Ejecutivo, el consejero delegado asegura que “venimos de una situación compleja, de una pandemia con una política fiscal y monetaria tremendamente expansiva. Tras salir de la pandemia tuvimos lo que se llamó crisis en las cadenas de suministro que se ha visto agravada por la guerra de Ucrania, ante esto un Banco Central tiene poco que hacer, solo subir tipos”

Álvarez ha evitado pronunciarse sobre el potencial impacto del impuesto, dado que todavía desconoce los detalles, y ha señalado que esta misma mañana se hará una presentación en el Congreso de los Diputados, en la que los partidos políticos darán sus explicaciones.

“Desde el punto de vista general la inflación difícilmente se combate con impuestos, lo primero que me preocupa es que se estigmatice al sector" , ha opinado el ejecutivo, en línea con las declaraciones de otras entidades.

“Si algo ha hecho el sector durante el COVID es un esfuerzo enorme por mantener sus oficinas abiertas", lamenta Álvarez ante la posible culpabilización del sector.

No sé donde están los beneficios extraordinarios”, asegura el consejero delegado. Y añade que “la banca ya tiene unos impuestos muy altos, añadir algo mas no me parece lo más ocurrente”.

También prevé que en caso de hacerse efectivo el impuesto y con la previsión recaudatoria que tiene el Gobierno de 7.000 millones de euros, las entidades bancarias se verán limitadas para conceder créditos.

“Los primeros que pueden sufrir son los accionistas, pero también la economía”, ha zanjado.