Pedro Sánchez continúa en Estados Unidos (EEUU), donde ha asistido a la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), y ha aprovechado su presencia para intervenir en el Foro Económico Empresaria organizado pro la Cámara de Comercio hispana de Nueva York. Desde allí, el presidente del Gobierno en funciones ha sacado músculo por la gestión económica realizada durante estos años y el buen posicionamiento de la economía española y ha reconocido encontrarse con “muchas ganas de empezar ya esta Legislatura para consolidar los avances que van a hacer a nuestro país mejor”.

Sánchez da por hecho que Alberto Núñez Feijóo fracasará en su sesión de investidura de la próxima semana y se ha mostrado confiado de cara a obtener los apoyos que posibilite la reedición del Gobierno progresista. Tanto es así que, el todavía líder del Ejecutivo en funciones, ha presentado las “tres grandes prioridades de la política económica” para los próximos cuatro años. Dentro de este grupo, la que ha calificado como “gran prioridad” es el mantenimiento del impulso al impulso económico y la modernización de la economía. Para ello, confía en la transformación digital y la transición ecológica como vehículo principal.

Más allá del ámbito macroeconómico, el líder socialista ha puesto el foco en el mercado laboral, marcándose como objetivo “romper el suelo del 8% de paro estructural de nuestro país”, que considera que “no es asumible”. Para alcanzar esta meta, ha hablado de continuar “con el camino esperanzador abierto” que ha dotado al país de las condiciones necesarias para “reducir a la mitad la tasa de paro estructural”. Además, también ha establecido como prioridad la “mejora de la calidad del empleo y el bienestar de los trabajadores”. Nuevas fórmulas de organización del trabajo, un cambio que sea cultural, y jornadas flexibles que permitan una mayor conciliación laboral y familiar son algunas de sus apuestas.

La tercera y última prioridad señalada por Sánchez como eje vertebrador ha sido la aceleración de la senda de descarbonización y transición ecológica. “España quiere seguir avanzando y cuenta con todos los activos para poder hacerlo: paz social, compromiso cívico, crecimiento económico, apuesta estratégica por la formación de nuestro capital humano y por una ambición que nace de la humildad. Tengo claro que sumando fuerzas, alcanzaremos las metas de crecimiento que nos proponemos”, ha concluido su discurso Sánchez, con aires de victoria y la convicción de que comenzará 2024 durmiendo en la Moncloa.

Sánchez se apoya en las cifras

Antes de comenzar con sus propuestas para el futuro, Sánchez ha hecho un recorrido por las estadísticas que sitúan a España a la cabeza de Europa y por las políticas que, para ello, se han desplegado durante estos años. “España es un actor capaz de inspirar confianza”, ha puesto en valor, destacando la “sobresaliente situación dentro del concierto europeo”. “Lideramos el crecimiento entre las grandes economías de la Unión y tenemos la tasa de inflación más baja de la zona euro”, ha recordado.  

Además, se ha apoyado en las previsiones a futuro de los organismos nacionales e internacionales, que “refuerzan de manera unánime las potencialidades de España”. Uno de estos valores que ha destacado es el mantenimiento de la mayor tasa de crecimiento de entre las grandes economías europeas también en 2024. “En un contexto de enorme complejidad, España está sorteando la crisis inflacionaria internacional con mejores resultados que las grandes economías de Europa y del mundo”, ha zanjado. Con todo, ha puesto en valor la recuperación del Producto Interior Bruto (PIB) previo a la pandemia antes de lo esperado, como ha confirmado el INE.

La lata que me dio la oposición con recuperar los niveles previos del PIB a la pandemia y el INE acaba de atestiguar que fue en 2022”, ha bromeado Sánchez. Esta buena marcha, asegura el presidente, es “gracias al paquete de medidas aprobadas durante 2022”, entre las que ha querido destacar por su consecución a nivel internacional “la solución ibérica”. “Un amplio paquete de profundas reformas legislativas: pensiones, mercado de trabajo, política energética, transición ecológica o formación”, ha añadido.

“La crisis inflacionaria ha obligado a un endurecimiento de la política monetaria, que se está prolongando desgraciadamente en el tiempo y está encareciendo gravemente el acceso al crédito de las empresas y las familias”, ha lamentado Sánchez, haciendo alusión a las principales incertidumbres que acechan a occidente. También ha señalado las tensiones de oferta en relación con las exportaciones de cereales o los recortes en la producción del crudo para concluir que la receta de la solución tiene ingredientes progresistas. “A veces da la sensación de que solamente haciendo políticas neoconservadoras se puede lograr una sostenibilidad de las cuentas públicas y es todo lo contrario”, ha aseverado.