El aumento de los precios continúa castigando al conjunto de países de la Unión Europeo (UE), que marcan una inflación media del 5,9% en agosto. El dato de la zona euro es más bajo, pero se mantiene en un elevado 5,2%. Sin embargo, la crisis no está afectando de forma homogénea a todos los países y, mientas Dinamarca (2,3%), España y Bélgica (ambas con un 2,4%) marcan los datos más bajos, grandes economías como Francia (5,7%) o Alemania (6,4%) se mantienen muy lejos del objetivo del 2% marcado por el Banco Central Europeo (BCE).

Atendiendo al dato general, el dato de agosto de la zona euro se ha reducido una décima con respecto al mes de julio y se aleja ya del 9,1% marcado en el mismo mes del 2022. Por su parte, la UE ha mejorado en dos décimas el dato del mes pasado y es ya más de cuatro puntos inferior al 10,1% de hace un año. La inflación se ha reducido en el octavo mes del año en 15 Estados, se ha mantenido estable en uno y ha aumentado en once.

La mayor contribución a la tasa de inflación anual de la zona del euro ha provenido de los servicios (+2,41%), seguidos de los alimentos, alcohol y tabaco (+1,98%), los bienes industriales no energéticos (+1,19%). Destaca la aportanción negativa de la energía que, aunque levemente, marca un -0,34%.

El valor del 2% establecido por el supervisor único europeo es la condición establecida para frenar la subida de tipos de interés, que ya ha elevado el precio del dinero al 4,5%. Así, las grandes diferencias entre los países que comparten el euro como divisa común y el elevado dato medio no cumplen las expectativas del BCE. Los datos del Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) publicado este martes por Eurostat -oficina estadística europea-, utilizados para homogenizar los datos de inflación de los diferentes países, evidencia la complicada situación atravesada por múltiples Estados.

Los peores posicionados son Hungría, que marca un 14,2% de inflación, seguido de República Checa, que también supera las dos cifras con un 10,1%. El vagón de cola lo completa Eslovaquia con un 9,6%, seguida muy de cerca por Polonia (9,5%). Las grandes economías tampoco atraviesan una buena situación, a excepción de España, y más allá de los valores bávaros y galos, Italia supera la media de la eurozona con un 5,5% y los Países Bajos se ubican en un 3,4%.

Con el dato adelantado por Eurostat a finales de agosto, el Gobierno español ya celebraba el posicionamiento del país. “España es señalado como un ejemplo de política económica porque conseguimos bajar la inflación muy rápidamente, lo que nos está permitiendo afrontar el nuevo curso con una situación más sólida porque el crecimiento de la economía sigue siendo superior al del resto de familias y la inflación está por debajo”, señalaba Nadia Calviño, vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos en funciones.

El posicionamiento de España en materia inflacionaria se ha producido “gracias al impacto de las medidas puestas en marcha para amortiguar el impacto de los precios”, apuntaba la líder de la cartera económica. Además, desde el Departamento que dirige aseguran que esta posición favorece a las familias españolas y mejora la competitividad de las empresas. “Nuestra política económica funciona. Seguiremos en la misma línea”, garantizaba Calviño.

EL BCE frena tras alcanzar el récord

El pasado jueves el BCE aprobó la que parece la última subida de los tipos de interés en un periodo próximo y elevaron el precio del dinero hasta el 4,5%, valor más alto de la historia de la moneda. “La inflación continúa descendiendo, pero aún se espera que siga siendo demasiado alta durante demasiado tiempo”, justificaba el organismo, que remarcaba su “determinación de asegurar que la inflación vuelva a situarse pronto en su objetivo del 2% a medio plazo”. El BCE confía en su estrategia, motivo por el que no dudó en “reforzar el progreso hacia su objetivo”

Por el momento, la estrategia del supervisor no se está trasladando en una bajada de la inflación rápida y, por el contrario, las familias y las economías de muchos países comienzan a no poder sostener el rally alcista. Las últimas proyecciones macroeconómicas elaboradas por los expertos del BCE para la zona del euro supusieron una revisión al alza para 2023 y 2024 y ubicaron los datos medios anuales en el 5,6 % para 2023 y el 3,2 % para 2024. No sería hasta 2025, prevé el organismo, que se alcance unos valores asumibles, del 2,1 %.