Se suceden las semanas y el invierno se acerca, pero Europa se mantiene tranquila, como si una crisis energética no azotase al continente. Reunión tras reunión, los presidentes de los Veintisiete y los ministros de Energía mantienen largos encuentros, todos con un mismo resultado: muchos puntos en común que no desembocan en medidas concretas. Ante esta situación, la desesperación inunda las filas socialistas, encabezadas por Pedro Sánchez, y desesperadas por alcanzar un marco normativo común que garantice el suministro. “La Comisión Europea va arrastrando los pies y muy por detrás de gobiernos como el español”, señala Nicolás González, portavoz socialista de energía en Europa, en una conversación mantenida con ElPlural.com.

“Siempre va después (la Comisión Europea), no por dejadez, sino por falta de ambición, lo que da lugar a la inconcreción”, añade. González comparte así el sentimiento latente en el seno de Europa donde, tras un nuevo encuentro de doce horas, la noche ha vuelto a caer sin alcanzar ningún acuerdo sobre un marco normativo que aúna y proteja a los Veintisiete. “Hay que tomar medidas concretas”, espeta. A la par, denuncia que cuando parece que se va a alcanzar por fin “se afloja la tensión” y advierte: “Estamos jugando con fuego. Cuando vuelva a suceder un desequilibrio volverá a haber problemas”.

No obstante, ni González ni los socialistas europeos se resignan a no conseguir un acuerdo común y, mientras, celebran los pequeños avances logrados. “Los socialistas europeos estamos contentos por la mejora de las interconexiones”, señala el portavoz de Energía, en referencia al acuerdo entre España, Francia y Portugal para construir un corredor verde entre Barcelona y Marsella. Además, asegura que Europa está cediendo poco a poco y que con el diálogo se acabará construyendo un pacto. “A Macron lo tumbamos poquito a poco y dándole vías de salida”, bromea, exponiendo como ejemplo la consecución del corredor verde después de las múltiples negativas francesas al Midcat. “España está cómoda, deberían estar preocupados de ahí para arriba”, ha concluido en ese aspecto.

¿Por qué se está tardando tanto?

La urgencia de la crisis energética, la llegada del invierno, el triunfo de las medidas implantadas en España y Portugal y el apoyo mayoritario de los socios europeos no parecen suficientes para que Alemania, uno de los países más afectados por la falta de gas a causa de los cortes rusos, dé el visto bueno para intervenir el mercado energético común. De su lado, los inseparables Países Bajos, cuyo carácter liberal y el buen aprovisionamiento de gas les impide apoyar una legislación común. Del lado ibérico, la gran mayoría de los miembros, con la presidenta de la Comisión Europea entre ellos.

Hay miedo a que la intervención en el mercado eléctrico provoque efectos indeseados”, explica González, y “existe incertidumbre hacia lo que pueda pasar”. Sin embargo, aunque ambos países estén asumiendo una posición obstruccionista, cada uno tiene diferentes motivos para hacerlo. “Holanda es un país muy liberal con un buen suministro de gas”, destaca el portavoz socialista europeo y, por otro lado, “Alemania tiene miedo a que intervenir el mercado le provoque un corte de suministros”.

Más allá de sus intereses individuales, la caída de las temperaturas comienza a evidenciarse y la necesidad de calderas se agrava. Ante el miedo de Alemania al impacto de las medidas, la respuesta parece clara: unidad de actuación de los Veintisiete para evitar chantajes de proveedores, aunque llegue tarde. “La Comisión debería haber realizado ya una evaluación de impacto”, señala González, seguro de que, si los Veintisiete se unen y plantean una gran compra, “asegurando el pago” y con un precio asumible para los vendedores, ninguno rechazaría la oferta. A sabiendas de esto, mantener el miedo a la falta de proveedores como razón para interponerse en una nueva regulación suena más a excusa que a otra cosa.

Ante el neoliberalismo de Países Bajos poco se puede hacer más que presión. “En el programa de trabajo elaborado por la Comisión una de las medidas principales es la reformar el mercado eléctrico y la primera de las partes es desacoplar el precio del gas del de la electricidad en el primer trimestre de 2023”, reconoce el portavoz de energía. Esta podría ser una buena manera de combatir la negativa neerlandesa, la necesidad de velocidad de actuación y la unión del resto de socios.

Incomprensión ante el espectáculo de Feijóo en Europa

González se muestra también estupefacto por el espectáculo montado por Feijóo en Europa. “Ir a interferir, de nuevo, antes de un Consejo Europeo, contra tu propio país -suspira- demuestra un desconocimiento de políticas europeas y falta de habilidad total”, añade en referencia al patinazo del presidente del PP. No obstante, no le ha dado más importancia a la actuación porque “Feijóo tampoco es muy conocido, no le conoce casi nadie en Europa”.

Hace referencia el portavoz de energía europeo a la visita del líder del PP a Bruselas para reunirse con Ursula Von der Leyen y asistir a la cumbre de líderes del PPE, donde volvió a cuestionar la excepción ibérica, a pesar de que la propia presidenta de la Comisión Europea la ensalzó y sugirió su expansión a toda la Unión Europea. El mecanismo ibérico le está “saliendo muy caro” a los españoles al estar “financiando a los consumidores franceses”. Es más, también tacha de “decepcionante” la gestión y ejecución de los fondos europeos, quedándose solo nuevamente en Europa, sin apoyo siquiera de sus compañeros de partido a nivel europeo.