No hace falta ser un gurú político para ver cómo se ha complicado la política española con las elecciones del pasado domingo. Si la posibilidad de un Gobierno estable era difícil el pasado mes de abril, ahora se antoja un empeño de Titanes entre el pacto de Estado con el PSOE-PP u otro junto a la izquierda y los nacionalistas.

La complejidad de la política española y, sobre todo, la falta de estabilidad era esperada en la apertura de este lunes en los mercados financieros. Sin embargo, no ha pasado nada especial y tanto la Bolsa como la deuda española evolucionan al ritmo de los mercados europeos. El Ibex 35 de la Bolsa española después de cuatro horas de contratación bajaba el 0,51%, idéntico porcentaje al que caía el mercado milanés, y menos que el alemán que se dejaba el 0,54%.

Si miramos a la deuda que sigue blindada por las compras del Banco Central Europeo (BCE) tampoco se aprecian movimientos distintos a lo que acontece en el resto del Viejo Continente. El bono español sube 0,022 puntos con la rentabilidad en su plazo de 10 años del 0,414%. Esto significa que los inversores están vendiendo, provocando una ligerísima subida de las rentabilidades. Pero no desentona con el resto de Europa. El italiano sube aún más con 0,0640 puntos hasta el 1,336%, aunque la subida en la referencia alemana es de solo 0,0010 puntos con un tipo negativo a 10 años del 0,265%. Así están las cosas en los bonos europeos donde a Alemania hay que pagarle por prestarle dinero.

Sin duda, el paraguas europeo y la internacionalización de las inversiones impiden que el dinero que se mueve por el mundo ponga demasiada atención en las dificultades políticas. Únicamente, hemos conocido casos como el de Italia con gobiernos antieuropeístas que sí han provocado fuertes problemas en la deuda al lanzar mensajes contrarios a la ortodoxia que impone la eurozona dentro de un contexto muy laxo para el endeudamiento.

El anuncio en el debate electoral de hace una semana de que Nadia Calviño asumiría una vicepresidencia económica ha sido un sedante para los mercados, confiados en que con esta ministra al frente se evitarían locuras presupuestarias. Todavía queda mucho por saber sobre pactos y si este anuncio se podrá mantener pero, de momento, es una garantía para que las órdenes de venta no lleguen de manera histérica a la Bolsa y a la deuda española. Todo ello, además, siempre con el respaldo del BCE.

Pero los expertos apuntan otro argumento curioso y que habla mucho de ese refrán español de “mal de muchos, consuelo de tontos”. Lo dicen desde el banco suizo Julius Bauer su director de renta fija Dario Messi (nuestra deuda está en manos de extranjeros y son ellos clave para la marcha del mercado): “Las elecciones de este fin de semana en España son una representación simbólica de las tendencias y obstáculos actuales que enfrenta el Viejo Continente. Recientemente el presidente francés, Emmanuel Macron, ya advirtió sobre la inestabilidad política en Europa”.

Y en esta misma línea de opinión se mueven otros expertos como los de AXA Invesment Managers que vinculan el reciente resultado electoral en España con la situación de “casi parálisis” que, a su juicio “es una de las características generales de la política europea en estos momentos”. Y añade: “La nueva coalición de Italia es frágil; la coalición en Alemania afronta sus propios desafíos, mientras el liderazgo de Merkel se desvanece. Y París continúa generando ideas para un nuevo salto europeo, pero independientemente de cómo se reciban las propuestas francesas, la realidad es que es muy difícil avanzar cuando los Gobiernos nacionales de muchos países están afrontando sus propios dilemas existenciales”.

Aunque parece un consuelo de tontos, lo cierto es que estamos mal pero los de nuestro entorno no se encuentran mucho mejor y eso nos evita un castigo que parecía muy claro para este lunes.