El estrambótico presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se enfrenta este martes a las elecciones para su reelección con la polémica de su comportamiento sobre la pandemia y sus continuas salidas de tono en casi todos los temas que afectan a su país y al mundo.

Trump ha llevado a cabo una de las peores gestiones de la crisis de la Covid-19, dando prioridad a la marcha de la economía sobre la salud. Sin embargo, hasta marzo de este año, su gestión de los grandes números –muchos expertos hablan también del ciclo- ha sido bastante positiva. Estos han sido los aspectos más relevantes de su mandato. Una economía que puede pesar en estas horas decisivas en las que están convocados más de 200 millones de estadounidenses con edad para votar.

-DESEMPLEO. Trump heredó una tasa de paro de Barack Obama del 6,6% de la población activa y con él siguió bajando hasta la pandemia para alcanzar en setiembre de 2019 su nivel más bajo en 50 años: 3,5%. Hasta febrero pasado quedó en 3,6%. Como consecuencia de la crisis vírica, el desempleo creció al 4,4% en marzo pasado y luego alcanzó su máximo histórico de 14,7% en abril para cerrar con un paro del 7,9% a finales del pasado octubre.

-CRECIMIENTO. En 2017, el crecimiento alcanzó el 2,3% del Producto Interior Bruto (PIB) frente a 1,6% en 2016, último año de Obama en la presidencia de Estados Unidos. En 2018 el PIB se expandió 2,9% y en 2019, el 2,3%, cifras muy superiores a las de otros países industrializados. Este año ha entrado en recesión como consecuencia de la Covid-19 y el confinamiento en distintos sectores de la actividad.

Trump consiguió buenos resultados en cuanto a crecimiento y desempleo, a costa de aumentar su déficit como consecuencia de una caída de ingresos ante las rebajas fiscales

-DÉFICIT PÚBLICO. Trump llegó a la presidencia de Estados aplicando una reforma fiscal, la más importante en 30 años, que rebajó impuestos a las rentas de los más adinerados del país y recortó el Impuesto de Sociedades del 35% a 21%. La rebaja fiscal empujó la economía pero a costa de aumentar la deuda y el déficit público. Así, en 2019 el déficit fiscal creció el 26%, muy cerca del billón de euros. Por su parte, la deuda en circulación aumentó hasta alcanzar los 26,9 billones de dólares al cierre de septiembre de este año. En este 2020, Trump  ha tirado fuerte del gasto para amortiguar el impacto de la pandemia con un déficit fiscal de 3 billones de dólares, lo que supone un récord absoluto en esta economía.

-TIPOS DE INTERÉS. Donald Trump se ha mostrado belicoso con el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), Jerome Powell al que él mismo nombró. Las quejas se basaban en que Powell subió tipos de interés en 2018, siempre pendiente de que la inflación no se descontrolase. Pero para Trump esto suponía frenar el ritmo de crecimiento de la economía. La pandemia ha resuelto este conflicto, ya que la FED llevó sus tasas de referencia a niveles mínimos que se ubican actualmente entre 0 y 0,25% al año. Esta rebaja de los tipos de interés vino acompañada –al igual que en la Eurozona- por programas para inyectar dinero en la economía y asegurar la llegada de liquidez de los bancos a las empresas.

Así, Trump consiguió buenos resultados en cuanto a crecimiento y desempleo, a costa de aumentar su déficit como consecuencia de una caída de ingresos ante las rebajas fiscales. Desde marzo, con motivo de la Covid-19, la capacidad de maniobra del presidente se ha visto reducida. Un escenario que también afectará al nuevo presidente que resulte elegido o reelegido.

Poner freno a la crisis del virus iguala a corto plazo las estrategias del presidente y del candidato Biden. No es posible bajar impuestos, y los programas de gasto son de obligado cumplimiento. Tras este paréntesis, la estrategia del candidato republicano, Joe Biden, pasa por revertir las rebajas de impuestos y utilizar la política fiscal para reactivar la economía, apoyándose en un ambicioso plan público de infraestructuras.