A pesar de la gran división en el pleno de este miércoles, el Parlamento Europeo ha dado el visto bueno a la consideración de la energía nuclear y el gas como ‘verdes’. Es decir, ambas se equiparán a las renovables. La votación se saldado con victoria de la taxonomía por un estrecho margen (328 frente a 278).

Los detractores de la nuclear y el gas no han logrado la mayoría necesaria (353 votos) para derrocar la propuesta de Bruselas, por lo que el pleno ha revertido la decisión de los comités de Medio Ambiente y Asuntos Económicos, quienes sí aprobaron la presentación de objeciones a este respecto. 

 

Populares, liberales y la derecha radical han ratificado el plan de Ursula von der Leyen. Los socialdemócratas, verdes y la izquierda han votado en consonancia a la objeción. Es decir, en contra de etiquetar a la energía nuclear y el gas como "verdes". 

 

A pesar del resultado de la votación, los respectivos gobiernos de los Veintisiete serán sobre los que recaiga la última palabra. Deberán pronunicarse en los próximos días, aunque se da por hecho que los Estados miembros sustentarán la inclusión de la energía nuclear y el gas en el listado de inversiones verdes de la Unión Europea. 

 

No obstante, aunque poca, aún queda vida para los objetores. Como se trata de un acto delegado, existe la posibilidad de aglutinar una supermayoría de Estados que se opongan a Bruselas y tumben la propuesta. Es decir, al menos 20 de los 27 países que representen, como mínimo, un 65% de la población comunitaria. A día de hoy, salvo sorpresa, esa mayoría es inalcanzable, pues tan solo un número muy reducido de países, entre los que se encuentra España, se opone. Entre estas naciones destacan Austria y Luxemburgo, que han anunciado que elevarán el caso al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). 

La Comisión Europea justifica que etiquetar la nuclear y el gas como energías limpias impulsarán la independencia con respecto a Rusia. En este sentido, la comisaria de Servicios Financieros, Mairead McGuinnes, adujo que su propuesta es "realista" y, sobre todo "pragmática", habida cuenta del contexto internacional por el miedo persistente a un corte de suministro por parte del Kremlin

"Aunque esta propuesta se elaboró antes de la invasión ilegal de Ucrania por Rusia, en realidad nos ayuda a buscar fuentes alternativas de gas, incluyendo el gas natural licuado (GNL), de nuestros socios internacionales. Envía la señal de que apoyamos la inversión en infraestructuras de gas durante nuestra transición. No profundiza nuestra dependencia del gas ruso", explicó la comisaria de Servicios Financieros.