Este lunes, Países Bajos se suma a la lista de países que, emulando la medida española, han decidido imponer un impuesto a la Banca por el aumento desmedido de sus beneficios extraordinarios. El parlamento neerlandés dio visto bueno a dos gravámenes que están ya en vigor. Desde las entidades financieras y los sectores conservadores y liberales españoles se tildó la medida de socialcomunista, contraria al libre mercado y una serie de retahílas en defensa de las entidades financieras; sin embargo, ahora este impuesto comienza a instalarse en múltiples países.

En Países Bajos, por un lado, se ha elevado un 70% las tasas bancarias, cantidad con la que esperan recaudar 350 millones de euros anuales, y ha visto la luz un impuesto de nueva creación destinado a gravar la recompra de acciones propias, actuación que muchos bancos están desarrollado para aumentar sus autocarteras ahora que su rentabilidad está disparada, que pretende recaudar 1.200 millones de euros. En suma, la cantidad que se pretende recaudar se sitúa en el entorno de los 1.500 millones de euros, cantidad muy similar a la propiciada por el impuesto español.

Países Bajos engrosa así una lista de Estados cada vez más amplia en la que ya se encuentran España, República Checa, Hungría, Lituania e Italia. No obstante, el caso italiano es especial, dado que todavía está en tramitación y Giorgia Meloni, extremista que preside el Consejo de Ministros, está comenzando a dar marcha atrás por la caída de la banca y por sus nexos con la familia Berlusconi. De entre tanto, el precursor fue Hungría, donde se aprobó un impuesto sobre los resultados que pretendía obtener 600 millones de euros.

En España, la figura es similar y grava con un 4,8% el margen de interés más comisiones.  República Checa fue el tercer país en seguir pasos similares y su Gobierno aprobó un recargo fiscal del 60% sobre ganancias excesivas. Allí, ya se ha anunciado que el tributo extenderá su vida hasta 2025.  En nuestro país, el impuesto tiene un periodo de vida que se agota en 2024, pero la vicepresidenta y Ministra de Economía dejó la puerta abierta a su ampliación.

“En la medida que haya beneficios extraordinarios habrá que considerarlo”, explicaba Nadia Calviño a finales de agosto, dejando claro que su ampliación dependerá de “la situación económica, la situación presupuestaria y los beneficios del sector bancario”. Este planteamiento se produce en un momento en el que la subida continuada de los tipos de interés acometida por el Banco Central Europeo (BCE) está disparando las hipotecas, reportando más beneficios a los bancos; sin embargo, los ahorros siguen pagándose muy escasamente a las familias.

Los banco no están sufriendo el cobro del impuesto y, pese a que son más bajos, los beneficios continúa disparados. En el primer pago realizado en febrero por estas entidades ascendía en conjunto hasta los 637 millones de euros, muy lejos de los 6.000 millones que la gran banca declaró como beneficios. Todos han disparado sus beneficios y no están sufriendo el preso del nuevo impuesto mas que levemente.

Meloni se pliega ante ‘los Berlusconi’

Banco Mediolanum es una de las afectadas por el nuevo impuesto en Italia. Esta entidad está presidida por María Berlusconi, hija del exvicepresidente fallecido, quién ha puesto el grito en el cielo y parece haber hecho retroceder a Meloni, ahijada de Berlusconi. “A mi no me gusta lo de los beneficios extraordinarios, es demagógico”, señalaba Berlusconi hija.

Ahora, el Ejecutivo italiano permitirá a las entidades no pagar un impuesto que preveía recaudar 300 millones de euros, siempre y cuando ese dinero se destina a elevar el interés a pagar al ahorro de las familias. El tributo pretendía gravar con un 40% las ganancias extraordinarias, tan solo durante 2022 y 2023, sin superar el 25% del patrimonio neto y cuando quedase constatado que se había elevado los beneficios un 5% por encima de 2021.

Ya en agosto, el ministro de Economía de Meloni reculó ante la fuerte caída que experimentaron los bancos al conocerse la medida. Se establecerá “un límite máximo para la contribución que no puede superar el 0,1% de los activos totales”, anunciaba el ministro. Financial Times ha revelado ahora que el retroceso podría ser mayor, información que se conoce antes de que el Parlamento italiano haya finalizado el trámite para aprobar el nuevo impuesto. Este proceso tendrá lugar esta semana y las entidades financieras se mantienen expectantes, después de haber sufrido una fuerte caída.