La ya clásica pugna entre los ministros de Economía, Luis de Guindos, y el de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha dado un paso más en las últimas semanas, aunque esta vez los sectores implicados, y algunos tan potentes como la propia banca, dan como ganador a De Guindos. Pero mientras se dilucida quien se lleva la medalla, España incumple sus compromisos con Bruselas y la financiación de las pymes sigue en vía muerta.

Montoro lo retrasa
Varios altos directivos de bancos españoles han dado por hecho en los últimos días que a lo largo de los próximos meses el Gobierno va a aprobar un paquete de medidas encaminadas a lograr que las pymes puedan encontrar liquidez fuera del circuito del crédito bancario. Eso significa dar por ganador a Luis de Guindos en una nueva batalla abierta entre ambos, ya que es Cristóbal Montoro quien está retrasando la puesta en marcha de este plan de estímulo debido a divergencias sobre el coste que tendrá para el Estado.

La banca, conforme
Según confirman fuentes financieras, el nuevo plan alivia a los propios banqueros, agobiados, según dicen, por la contabilización de riesgos que han hecho los auditores internacionales. Los nuevos cálculos cargan la mano sobre la posible morosidad de los préstamos a empresas, lo que limita ahora sobremanera la concesión de créditos a las pymes, ya que los bancos deben extremar el riesgo. No les importa perder inicialmente parte del negocio de préstamos, porque saben que se quedarán con el de movimientos bancarios y comisiones, pero sin correr riesgos mientras termina el proceso de reestructuración financiera. La banca aprieta para que se ponga en marcha cuanto antes, al igual que Bruselas, pero la disputa De Guindos-Montoro ha provocado ya un retraso de tres meses.

Pendiente desde noviembre
El memorando de entendimiento que Luis de Guindos firmó con el Eurogrupo, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional en nombre del Gobierno español para pedir la asistencia del Fondo de Rescate en auxilio de los bancos con problemas preveía, entre otras cosas, la puesta en marcha, desde el pasado mes de noviembre, de nuevas líneas de financiación para las pequeñas y medianas empresas que aliviaran la falta de crédito bancario y dejaran a las entidades financieras más tiempo para reorganizar sus planes de reestructuración. El ministro de Economía se vio forzado así, el pasado 21 de noviembre a anunciar en el Congreso de los Diputados, que “en pocas semanas” habría sobre la mesa un programa concreto en esa línea.

La teoría de Hacienda
No fue así. El anuncio de De Guindos, forzado por las fechas incluidas en el documento firmado con Bruselas y el FMI, no fue del agrado de Cristóbal Montoro, que se opone a cualquier medida que suponga cualquier tipo de desgravación fiscal o el posible compromiso de llevar al erario público parte del coste de la financiación de las pymes, por muy importante que esto sea para el relanzamiento de la economía. La teoría del ministro de Hacienda es que con un nuevo plan de pagos a proveedores, financiado por la propia banca con el aval del Estado, será suficiente para inyectar liquidez a las pymes sin necesidad de más implicación estatal.

Mucha dependencia de los bancos
Sin embargo, la experiencia internacional dice que aunque es necesario que las administraciones públicas cumplan con sus pagos pendientes, no es suficiente para que las pymes existentes sobrevivan ni sobre todo para que puedan nacer nuevas iniciativas empresariales que creen empleo y contribuyan a solucionar parte del gravísimo problema del desempleo. En España, el 80% del dinero que llega a las pymes para su financiación procede de la banca, mientras que en países como Alemania o Francia apenas roza la mitad. Pero para dar la vuelta a las cifras es necesario un plan de choque que es en lo que se enfrentan De Guindos y Montoro.

Acuerdo sobre el ICO
Ambos ministros están de acuerdo en que el papel del ICO es fundamental y han puesto sobre la mesa ya una cantidad de préstamos que según qué fuentes se consulten oscila entre 20.000 y 25.0000 millones de euros. También coinciden en que es necesario abrir el mercado bursátil a las pymes mediante un mercado que realmente funcione y en el que las empresas puedan encontrar financiación, no sólo saliendo a cotizar, que es un proceso muy complejo, sino con un mercado en el que puedan descontar pagarés y en el que incluso los bancos y financieras puedan entrar a convertir en títulos vendibles entre ellos los pagarés que descuentan a las pymes. Pero según Economía hace falta algo más y Hacienda se niega de momento.

Avales públicos
Una de las peticiones de De Guindos es la posible garantía del Estado a determinadas líneas de financiación de pymes, de manera que con ese aval puedan acudir a la banca a pedir préstamos sin que estos cuenten como riesgo a empresas a efectos de cálculo de posibles provisiones o necesidades suplementarias de capital para mantener los índices de solvencia. Ello abriría en parte el grifo de los préstamos bancarios, pero depositaría en el Estado la parte correspondiente del riesgo. La articulación de una medida de este tipo es complicada jurídicamente, pero podría llevarse a cabo en pocas semanas si Hacienda no pone pegas.

Desgravaciones fiscales
Aunque donde está realmente el nudo gordiano del asunto es en la posibilidad planteada por Economía de que el nuevo mercado paralelo de liquidez para las pymes, fuera del sector bancario, goce de algún tipo de exención fiscal que haga atractivo a los inversores comprar títulos o descontar pagarés de pequeñas empresas, por definición menos seguras que las grandes corporaciones. Hacienda se niega en redondo y desde Economía se le recuerda que ahora no recauda nada por ello, ya que el mercado no existe, y que aunque descontara parte de los impuestos (sociedades o sobre transmisiones y actos jurídicos documentados, por ejemplo), algo más que ahora se llevaría el Estado, a la vez que se aliviaría es estrangulamiento financiero de las pequeñas y medianas empresas.

En manos de Rajoy
El plan acumula ya tres meses de retraso, puesto que debía haber sido aprobado en noviembre y la presión de Bruselas y las cifras del paro aprietan par que se lleve a cabo cuanto antes. El presidente del Gobierno es quien preside también la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, donde están los representantes de ambos ministerios (Economía y Hacienda). En la banca dan por hecho que Rajoy va a dejar ganar esta vez a De Guindos, aunque hará algunas concesiones a Montoro, lo que tiene en vilo al sector de las pymes para saber hasta dónde llegarán los recortes al plan para no hacer un feo demasiado grande al titular de Hacienda.