La cadena de supermercados Lidl lo ha vuelto a hacer. Ha lanzado un producto que facilitará la vida de las personas, sobre todo a aquellas que nos les guste planchar: un maniquí para dejar a un lado la plancha tradicional

Se trata de una nueva tecnología que, con una figura con forma de torso humano, permite dejar automáticamente las prendas de ropa como camisetas, camisas o chaquetas perfectamente alisadas sin hacer ningún tipo de esfuerzo y en cuestión de pocos minutos. Y además tiene un plus, ya que este sistema reduce al mínimo la posibilidad de quemar las vestimentas. 

Este elemento de menaje del hogar, catalogado por la propia empresa alemana en su página web como producto estrella, se llama Cleanmaxx Planchador de camisas y blusas 1800W y es el último modelo revolucionario en el mundo de las planchas verticales. 

Imagen del maniquí para planchar de Lidl
Imagen del maniquí para planchar de Lidl

Este producto está indicado para prendas que en su composición admitan secadora y funciona enchufado directamente a la red eléctrica. Entre sus especificidades, cuenta con unas medidas de 42,3 x 18,1 x 105 cm y un peso de poco más de tres kilos, y está fabricado con materiales de plástico ABS/PA y aluminio.

Está a la venta por un precio de 59,99 euros en las tiendas físicas y online de Lidl y tiene un funcionamiento muy simple: solo tienes que colocar las camisas en el maniquí y pulsar un botón para dejar la ropa perfectamente planchada y seca en cinco o diez minutos. Además, puedes adaptar el planchado a las prendas ya que el Cleanmaxx tiene seis programas diferentes.

Agotado online

Este sistema tan revolucionario ha encantado a los consumidores desde que salió a la venta. Tal es así que el maniquí Cleanmaxx 1800 W ya está agotado en la tienda online de Lidl y comienzan a agotarse también las existencias en las tiendas físicas.

Se suma así a otros lanzamientos de la marca alemana que también causaron sensación entre los consumidores, como sus chanclas, las zapatillas de colores, su famoso robot de cocina o los cascos inalámbricos, que se agotaron en horas.