El Banco Central Europeo (BCE) ha acometido una nueva subida de tipos de 50 puntos básicos, tal y como era previsible, encareciendo el tipo del dinero un 0,5%, alcanzando un total del 2,5%. Sin embargo, lo que si ha resultado una sorpresa es la dureza del discurso que ha adoptado el banco comunitario con su presidenta, Christine Lagarde a la cabeza. La contundencia del comunicado ha pillado a contrapié al consenso de analistas ante la complicada situación económica actual y el riesgo de recesión que amenaza a las economías del euro.

El precio del dinero alcanza ya un valor del 2,50%, mientras que la tasa de depósito alcanzará el 2% y la de facilidad de préstamo en el 2,75%. El banco comunitario afirma que "tendrán que incrementarse aun significativamente a un ritmo sostenido", en próximas reuniones del BCE.

En la rueda de prensa celebrada tras la reunión del BCE, la presidenta del banco comunitario, Christine Lagarde, ha explicado que la lectura conjunta de ambas condiciones de las próximas subidas (significativas y a un ritmo sostenido) significa que, en función de los datos disponibles por el momento, debería esperarse subir tipos "a un ritmo de 50 puntos básicos durante un período de tiempo", debido a que la inflación sigue siendo demasiado alta y se prevé que permanezca por encima del objetivo del 2% durante demasiado tiempo.

En este sentido, Silvia Dall'Angelo, analista de la gestora Federated Hermes, considera que este agresivo tono de Lagarde indica que el BCE está claramente preocupado por la posibilidad de que la elevada inflación se consolide por los efectos secundarios, y la reciente evolución de los salarios probablemente sea una señal de alarma.

Está política monetaria responde a que las previsiones de los expertos muestran que la inflación se situará por encima del objetivo del BCE hasta 2025, la entidad "siente que su credibilidad está en juego y, en consecuencia, está decidido a errar por riesgo a exagerar". No obstante, para Dall'Angelo resulta "desconcertante" que el BCE se haya vuelto más agresivo en un momento en que la economía ya ha entrado en recesión, según sus propias previsiones.

En esta línea, Víctor Alvargonzález, director de estrategia y socio fundador de Nextep Finance, opina que la rueda de prensa muy restrictiva por parte de Lagarde, anticipando varias subidas más de 50 puntos básicos, ha contribuido a que los mercados hayan pasado de pensar en que los tipos se quedarían en el 3% a que superarán el 3,5% o incluso más.

"La combinación de subidas de tipos de esa magnitud y recesión puede que acabe con la inflación, pero también con cualquier expectativa de crecimiento en Europa, de ahí la reacción bursátil", señala el experto, para quien el BCE "quiere cubrirse las espaldas", ya que "llegó muy tarde a luchar contra la inflación y ahora quiere evitar cargar con las culpas".

En este sentido, advierte de que, si volviera a subir el precio del gas y mientras se mantenga la disrupción en la cadena de producción y distribución de alimentos, "la inflación seguirá elevada haga lo que haga el BCE", que está aplicando una política ortodoxa a un problema sobre el cual tiene relativamente poca capacidad de control y existe el riesgo de exacerbar la desaceleración europea, hasta convertirla en una recesión profunda.

Asimismo, Luke Bartholomew, economista senior de abrdn, destaca que Lagarde parecía querer dirigir explícitamente las expectativas del mercado hacia un tipo terminal más alto. "No es habitual que Lagarde intente orientar a los mercados de forma tan contundente, lo que demuestra la urgencia de lo que quiere decir el BCE", subraya.

Sin embargo, el experto considera que en el caso de que la economía de la zona euro cayera en una recesión más profunda de lo que prevé el BCE, "es poco probable que los tipos suban de forma tan agresiva", ya que la debilidad económica se encargaría del problema de la inflación subyacente.

De su lado, Martin Moryson, economista jefe para Europa de DWS, afirma que el BCE está más decidido a luchar contra la inflación de lo que esperaban los mercados y que el ritmo constante de subidas "sólo puede interpretarse en el sentido de que habrá dos subidas más, de 50 puntos básicos cada una, con un importante riesgo al alza".