Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), ha expresado su opinión ante la crisis del coronavirus en un artículo publicado en El Mundo. “La pandemia de coronavirus es una emergencia colectiva de salud pública sin precedentes en la historia reciente. Es una tragedia humana insoportable que tiene lugar en todo el mundo”, comienza alertando Christine Lagarde.

Sin embargo, la presidenta del BCE se centra en las consecuencias económicas de la crisis y hace un llamamiento a las autoridades competentes: “Representa un shock económico extremo que requiere una reacción ambiciosa, coordinada y urgente de las políticas en todos los frentes para apoyar a los hogares y empresas en riesgo”.

En primer lugar, Lagarde marca una diferencia fundamental con respecto a la recesión de 2008 alegando que en este caso es universal, es decir “común a todos los países y a todos los segmentos de la sociedad”. Esto supone que, durante el tiempo que dure esta crisis, una parte de la economía se paraliza, tal y como afirma la presidenta del BCE.

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El resultado es claro: “la actividad económica descenderá considerablemente en toda la zona euro. Las políticas públicas no pueden evitarlo”. Con estas declaraciones, Lagarde alerta de que las políticas no van a ser capaces de paliar los efectos, sino que “lo que pueden hacer es asegurar que no sea más duradero y profundo de lo necesario” y recuerda que deben ayudar a la supervivencia de empresas y puestos de trabajo.

La experta recuerda el “papel vital complementario” que tiene ahora mismo la política monetaria, tras la prioridad de las políticas sanitaria y fiscal. Así, Lagarde pone en relieve el mantenimiento de la liquidez del sector financiero, así como asegurar unas condiciones de financiación favorables para toda la economía, es decir, familias, empresas, entidades de crédito y gobiernos. Pero además alerta de que “cualquier tensión en las condiciones financieras aumentaría el daño creado por el shock del coronavirus en un momento en el que la economía necesita más apoyo”.

Deterioro considerable de la situación en la zona euro

Por otro lado, Lagarde asegura haber observado durante la última semana un deterioro considerable de la situación en la zona euro: “Nuestra valoración de la situación económica se ha ensombrecido”, asegurando que la incertidumbre sobre la caída de la economía ya es visible en todo tipo de activos, tanto en la zona euro como en el resto del mundo.

Esta incertidumbre se traduce en un endurecimiento de las condiciones financieras, según Lagarde, especialmente en los vencimientos más largos. Así, explica que la curva de tipos de interés sin riesgo se ha desplazado al alza y que las curvas soberanas, claves para la fijación del precio de los activos, se han incrementado en todo el mundo y muestran una mayor dispersión, lo que pone en riesgo la estabilidad de precios.

Con todos estos problemas, Lagarde justifica el programa temporal de compras de emergencia frente a la pandemia, anunciado el miércoles por un importe de 750.000 millones de euros, que se suman a los 120.000 millones de euros acordados la semana pasada. En cifras, según la propia presidenta, esto representa el 7,3% del PIB de la zona euro. El plan “seguirá operando hasta que estimemos que la fase de crisis del coronavirus ha terminado”, ha explicado Lagarde.

La propia responsable del BCE recalca las ventajas principales del plan. En primer lugar, “se ajusta al tipo de shock al que nos enfrentamos: exógeno, no relacionado con los factores fundamentales de la economía y que afecta a todos los países de la zona euro”, explica la presidenta. En segundo lugar, “permite intervenir en toda la curva de rendimientos, evitando la fragmentación financiera y distorsiones de los precios del crédito”. Por último, Lagarde explica que tiene el tamaño adecuado para gestionar la progresión escalonada del virus y la incertidumbre sobre cuándo y dónde tendrá las peores consecuencias.

El BCE podría revisar sus propios límites

Por otro lado, “aunque la asignación entre las distintas jurisdicciones seguirá haciéndose mediante el uso de la clave de capital de los bancos centrales nacionales, las compras se llevarán a cabo con flexibilidad”, avanza la responsable del BCE que además explica que podrán revisar algunos de los límites autoimpuestos que pudieran obstaculizar las actuaciones del organismo, para que las actuaciones estén en proporción con los riegos a afrontar.

“Estamos totalmente preparados para aumentar el tamaño de nuestro programa de compras de activos y ajustar su composición, en la medida requerida y durante el tiempo necesario”, tranquiliza Lagarde. Además, recuerda que se ha procedido a la compra de papel comercial de calidad crediticia suficiente, así como a ampliar las garantías admisibles para las operaciones de financiación, siempre con el objetivo último de proteger el flujo de crédito a empresas y ciudadanos.

En cifras, Lagarde especifica que se han ofrecido casi 3 billones de euros en liquidez a través de operaciones de financiación, incluyendo al tipo de interés del -0,75%, “el más bajo que jamás hayamos ofrecido”, afirma la responsable europea. “Ofrecer fondos por debajo del tipo de nuestro interés de depósito nos permite aumentar el estímulo de los tipos negativos y canalizarlo directamente a quienes pueden beneficiarse en mayor medida”, explica Lagarde.

Asimismo, la presidenta del BCE recuerda que los supervisores bancarios europeos han liberado 120.000 millones de euros de capital bancario adicional lo que puede “respaldar considerablemente la capacidad de préstamo de las entidades de crédito de la zona euro”.

Con todo esto, Christine Lagarde quiere poner de relieve el compromiso del BCE para apoyar a todos los ciudadanos de la zona euro en momentos “extremadamente difíciles” y culmina: “El BCE velará por que todos los sectores de la economía puedan beneficiarse de unas condiciones de financiación favorables que les permitan absorber este shock. Haremos todo lo necesario dentro de nuestro mandato para ayudar a la zona euro durante esta crisis, porque el BCE está al servicio de los ciudadanos europeos”.