En sus primeros meses en la Casa Blanca, Joe Biden ha tomado una decisión trascendental a la que muy pocos se atreverían: Ha decidido cargar contra todo un imperio, el de las farmacéuticas.

Debido a la crisis sanitaria que ha paralizado en muchos aspectos los hábitos de vida de las personas y ha repercutido directamente en las empresas de todo el mundo, el presidente estadounidense ha atendido a las peticiones de la comunidad internacional y ha propuesto dispensar las protecciones de propiedad intelectual para las vacunas contra el Covid 19, es decir, suspender temporalmente las patentes de las vacunas contra el virus que se encuentran en manos de unas pocas empresas.

Esta medida - apoyada durante la campaña electoral del actual presidente por más de más de 100 miembros de la Cámara de Representantes- colaboraría sin duda, a reforzar la producción de vacunas, sobre todo en los países en vías de desarrollo. Aunque es cierto que liberar la patente, perjudicaría económicamente a las farmacéuticas, que han conseguido desarrollar el ‘remedio’ para ir paliando la crisis sanitaria.

No obstante, la presión ejercida por la India - que registra, según datos oficiales, hasta 350.000 infecciones diarias, más que cualquier del mundo desde que comenzó la pandemia- y Sudáfrica ha sido definitiva en este caso para que Biden se replantease su posicionamiento frente a la Organización Mundial del Comercio.

“El gobierno cree firmemente en las protecciones de la propiedad intelectual, pero apoya la renuncia a esas protecciones para las vacunas para la COVID-19 en servicio de poner fin a esta pandemia”, afirmó Katherine Tai, la representante de Comercio de Estados Unidos.

¿Y la Unión Europea?

Por su parte la Unión Europea (UE) también ha tomado el mismo rumbo que Estados Unidos y ha planteado realizar cambios esenciales en las normas internacionales de propiedad intelectual, para lo cual se requería la unanimidad de los 28 países.

La industria farmacéutica, que se encuentra totalmente en contra de estos planteamientos afirma, a través de Stephen J. Ubl, presidente y director ejecutivo de Pharmaceutical Research and Manufacturers of America que la medida comprometería a la seguridad de las vacunas y debilitaría la cadena de suministro. Igualmente la Alianza People’s Vacine formada por Oxfam, Salud por Derecho, Yunus Center, Frontline AIDS y ONUSIDA, entre otros socios, ha determinado en un informe a la UE, que Pfizer, Janssen y AstraZeneca pagaron 21.610 millones de euros entre dividendos y recompras de acciones en el último año, cantidad con la que se puede pagar la vacunación de la población equivalente a África a un coste de 16,6 euros por persona.

Sin embargo, como nos recordaba la majestuosa novela de John le Carré, luego trasladada al cine, “El Jardinero Fiel”, las farmacéuticas no tienen tiempo para dedicarse a la humanidad ni al trato humanitario.

Por ello, ante la posible suspensión de patentes, algunas empresas se plantean incluso donar más dosis de vacunas o venderlas sin ánimo de lucro a los países en vías de desarrollo con tal de no ver afectado su nicho de mercado al liberarse la patente. Un ejercicio que podrían haber realizado con anterioridad.

Al anunciarse ayer la propuesta de Joe Biden, las acciones de algunas farmacéuticas como BioNTech, Moderna y Novavax cayeron en picado. Desde luego, la Federación Internacional de Fabricantes y Asociaciones Farmacéuticas (IFPMA), que actúa como lobby ante la Comisión Europea pretende disuadir a la misma para que no se plantee la suspensión de patentes. De momento, sin éxito alguno. Mientras tanto, las organizaciones activistas, que alaban el paso de Joe Biden, afirman que el proceso de transferencia tecnológica ha de ser totalmente transparente.

Durante el día de hoy y mañana, sábado, los jefes de Estado y Gobierno de la Unión Europea se reunirán en Portugal (Oporto) para debatir, informalmente, sobre la gestión de la pandemia y las nuevas propuestas que se encuentran sobre la mesa.

Desde Europa, España, Francia, Italia y Rusia han manifestado su apoyo a la suspensión de las patentes. De hecho el presidente ruso, Vladímir Putin ha recordado a la industria farmacéutica que, “se corresponde con la reglas de la Organización Mundial del Comercio el levantamiento de la protección de la protección de la propiedad intelectual en situaciones extraordinarias”, como está siendo el caso de esta pandemia.

Por su parte, desde el otro lado del charco, otros países como Nueva Zelanda u organizaciones como la OMS aplauden la iniciativa progresista de Biden y confían en que su propuesta salga adelante.