La sociedad francesa no aguanta más y este martes vuelve a tomar las calles para reclamar subidas salariales en medio de una crisis de precios que azota al país galo. Así, un total de ocho sindicatos y organizaciones juveniles han convocado una jornada de huelga “por el aumento de los salarios y la defensa del derecho a huelga”. A la serie de movilizaciones que surgieron en el seno de las refinerías de petróleo se suman ahora sectores como la educación, la sanidad, el transporte o las empresas tecnológicas, entre otros, buscando revestir de carácter general la huelga de este martes 18, denominada “movilización interprofesional” por los organizadores.

Algunos de los motivos principales para la convocatoria de esta jornada es el elevado precio de la vida del país galo, al que no corresponde una subida salarial paralela que permita a los trabajadores mantener una capacidad adquisitiva, y la crisis de combustibles que está provocando desabastecimiento en algunos puntos de país. No obstante, la novedad añadida a esta jornada es reivindicación del derecho a huelga. Los sindicatos franceses denuncian que este derecho se encuentra en peligro después de que el Ejecutivo galo forzase a operarios que practicaban este derecho a trabajar por la escasez de carburantes.

Este cóctel de malestar empuja a Emmanuel Macron, presidente de la República, contra las cuerdas, mientras la tensión social continúa en aumento en Francia. Por su parte, el líder francés continúa centrado en la crisis energética y convocó este pasado lunes a los ministros de Economía y Finanzas, Transporte y Energía y Ecología para buscar una solución que aborde los bloqueos de suministros.

En cuanto a apoyo político, se espera que Jean-Luc Mélenchon, presidente de la Francia Insumisa, apoye la convocatoria de huelga y las concentraciones relacionadas con esta. De hecho, el líder de la izquierda francesa encabezó una marcha el pasado domingo que congregó a decenas de miles de personas en París para presionar y protestar contra Macron. “No te resignes. Otro mundo es posible, libre del desenfreno del productivismo capitalista. Con lo que estamos haciendo estamos diseñando un nuevo Frente Popular”, aseguraba en sus redes el líder popular.

Por su parte, el presidente de la República tardó en dar una repuesta a la crisis de suministros que está acaeciendo en el país, lo que tensionó aún más las relaciones entre los trabajadores, que exigen subidas salariales del 10%, y las refinerías de TotalEnergies. De hecho, la respuesta de Macron, movilizando con el uso de la ley a personal obligatoriamente, no ha hecho más que empeorar las cosas por, según consideran los sindicatos, vulnerar el derecho a huelga. “Yo estoy al lado de nuestros compatriotas, que las pasan canutas y que están hartos de esta situación”, ha trasladado Macron, que ha prometido solucionar la situación, aunque los convocantes no confían en sus palabras.