El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha defendido que es necesario que el sector financiero no bancario tenga más regulación y una "supervisión más activa" para hacer frente a los riesgos que ha estado asumiendo en los últimos años. En un discurso pronunciado este martes en Londres, el exministro español ha indicado que los "beneficios" del crecimiento del sector financiero no bancario "están acompañados de potenciales vulnerabilidades".

"En búsqueda de rendimientos más altos, las instituciones no bancarias han acumulado más crédito y riesgos a la liquidez en sus balances. Esto les hace más vulnerables a una calidad de crédito bajo y a un alto endeudamiento en algunos segmentos del sector corporativo y gubernamental", ha criticado el 'número dos' de la autoridad monetaria de la zona euro.

Asimismo, Guindos ha afirmado que las entidades no bancarias "pueden estar contribuyendo" a la actual infravaloración cíclica del riesgo, algo que se debe a que están sujetas a restricciones regulatorias "más ligeras", lo que les permite "asumir más riesgos". Para aprovecharse de los beneficios de unos mercados de capitales europeos más integrados, este segmento financiero debe desarrollarse "de una manera sostenible" en opinión del instituto emisor, para lo cual es necesario "fortalecer" la identificación del riesgo y el marco de supervisión.

Para lograr eso, el vicepresidente del BCE ha señalado que la cooperación internacional es "necesaria" para desarrollar herramientas que permitan realizar test de estrés sistémicos que incorporen a los bancos y a las demás entidades y consideren la retroalimentación y la interacción que se da entre ellas en escenarios estresados. "Los estándares prudenciales deben permanecer sólidos en el sector financiero no bancario. Pero por si solo, esto no será suficiente si los riesgos evolucionan de forma más amplia a través de varias instituciones", ha defendido Guindos, tras lo cual ha propuesto la extensión de la 'caja de herramientas' macroprudenciales para incluir a las entidades no bancarias, proporcionando así a los reguladores la capacidad de solucionar riesgos a nivel sistémico.