El Euríbor, principal índice al que se referencian la mayoría de las hipotecas variables, ha vuelto a sufrir una subida después de experimentar tres caídas consecutivas. La media de febrero se ha situado en el 3,666%, escasamente por encima del 3,61% con el que se cerró enero. Este leve repunte pone fin a la senda descendente que el valor había afrontado como fruto de la competencia bancaria ante la previsible revisión de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE).

La diferencia registrada con el mismo mes de hace un año, importante de cara a la revisión de préstamos variables, es de 13,2 puntos básicos, la mínima registrada en años. Este diferencial cerraba enero en los 27,2 puntos básicos y, si bien en el segundo mes del año es aún menor y los encarecimientos hipotecarios serán mínimos, se ha pinchado el globo de una posible disminución de las cuotas. Febrero era el mes marcado en el calendario, dado que de haberse continuado con la senda descendente, el valor de 2024 podría haberse ubicado por debajo del 3,524% de 2023.

Sin embargo, las familias con una hipoteca variable contratada y que se enfrente a una próxima revisión tendrán que cruzar los dedos para que en marzo se revierta de nuevo la tendencia y, por primera vez en mucho tiempo, el Euríbor se coloque por debajo del año anterior. En marzo de 2023, el dato alcanzaba el 3,647%, por lo que si el próximo mes el porcentaje es menor, los afectados se beneficiarán de una pequeña reducción en su revisión. Por el momento, a los que les toque revisar en febrero, se encontrarán una nueva subida.

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Esto significa que una hipoteca a tipo variable por un valor de 150.000, un plazo residual de 30 años y un diferencial del 0,99% más Euribor sufrirá un encarecimiento de 12 euros en su cuota mensual, la mitad que en enero, que se traduce en 144 euros al año. Lejos quedan las subidas de cientos de euros al mes, que muchas ya han sufrido, pero las rebajas tendrán que esperar y la aproximación de las hipotecas a los valores previos al estallido del alza parece inalcanzable.

El experto Simone Colombelli, director de Hipotecas del comparador y asesor hipotecario iAhorro, el Euríbor es un indicador "volátil" y que suba o baje un poco cada mes es esperable. "Lo que no esperamos es que vuelva a situarse por encima de la barrera del 4% o que baje de repente a niveles más cercanos al 3%. Esto no sería lógico a menos que se produzca un cambio macroeconómico inesperado (una guerra, una pandemia, una bajada de los tipos de interés oficiales...)", ha explicado.

Una pandemia parece más lejana, pero las guerras se suceden a lo largo del mundo. Sin embargo, la variable que podría terminar por reducir definitivamente los valores del Euríbor es el movimiento del supervisor único. El BCE continúa haciéndose de rogar y no baja los tipos de interés, decisión que tampoco parece que vaya a llegar en su próxima reunión del 7 de marzo. Cada vez más analistas señalan a que, como mínimo, habrá que superar la primavera para que el organismo liderado por Christine Lagarde mueva ficha.

No obstante, y como complacencia, parece que las subidas disparatadas del índice no volverán. Las condiciones hipotecarías continúan siendo excluyentes para familias y empresas, pero lejos queda el valor máximo alcanzado el pasado octubre, momento en el que el Euríbor situó su media a 12 meses en el 4,16%. Desde ese momento cambió la tendencia y los meses consecutivos experimentaron caídas, llegando a desplomarse en medio punto entre noviembre y enero.

Los niveles de 2022, por debajo del 3%, todavía quedan lejos, pero el ascenso meteórico hacia el 5% que muchos analistas aseguraban se ha capeado. Mientras tanto, el BCE no tiene prisa y emplaza la bajada de los tipos de interés a pasada la primavera, pese a que la presión en favor de la reducción es cada vez mayor. "Nosotros somos dependientes de los datos, no somos dependientes de las fechas”, ha trasladado Luis de Guindos.

El vicepresidente del supervisor único y exministro de Economía de España ha defendido que la reducción de tipos no puede llegar hasta que la bajada de la inflación en la zona euro sea incuestionable. "Tenemos que estar absolutamente convencidos que esa inflación va a acabar convergiendo en el 2%", ha argumentado. Por el momento, las familias con hipotecas variables tendrán que seguir esperando a las bajadas y aquellas que quieran acceder a un crédito seguirán encontrando tipos variables y fijos (estos segundos mayores, pero no volátiles) disparados.