El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha acudido este martes a Bruselas para defender los intereses de agricultores y ganaderos y presionar al Ejecutivo europea para que tome medidas que combatan el efecto de la sequía. Si bien la DANA y el giro climatológico ha traído lluvias y tormentas a la península, la reducción del 30% de las precipitaciones está muy lejos de ser compensado. Ni que decir para aquellos agricultores que ya vieron reducidas sus cosechas o que no pudieron iniciarlas con la llegada de la temporada.

Esta situación no golpea únicamente a España. Países como Portugal, Francia o Italia también han sufrido el golpe de la sequía, motivo por el que los Gobiernos de estos países han aunado fuerzas para presentar ante la Comisión Europea, en el marco de la celebración del Consejo de Agricultura y Pesca, una serie de demandas y líneas a seguir para dar respuesta a esta crisis del agua. El sur de Europa, campo de todo el continente y principal abastecedor, está sufriendo las injerencias climáticas y los Estados exigen a los Veintisiete tomar cartas en el asunto.

“En materia de sequía, estamos viviendo una disminución superior al 30% de las precipitaciones desde que comenzó el año hidrográfico”, ha explicado el titular de Agricultura español en su llegada a Consejo. “Esto tiene consecuencias directas”, ha recalcado Planas, que se ha referido a “la alimentación animal”, víctima de la reducción y decadencia de los pastos, que a su vez empuja a los ganaderos a los encarecidos piensos; a “las cosechas de invierno que no han podido completarse”, víctimas de la climatología y la falta de agua; a “las cosechas de primavera que no han podido sembrarse”, por motivos similares; y al “regadío” que ha sufrido una caída de su rendimiento.

La crisis climática, que ha golpeado a cultivos y cabezas de ganado, “no es solamente un problema vinculado a un fenómeno climático extremo, sino también a mercados", ha resaltado el ministro, que ha instado al Ejecutivo europeo a “dar un paso adelante”. Para ello, desde la cartera presidida por Plana, se remitió hace varias semanas una carta a Janusz Wojciechowski, comisario europeo de Agricultura y Desarrollo Rural y principal responsable de las ayudas relativas a esta materia.

En ella, según ha trasladado Planas, se ha solicitado la activación de “la reserva de crisis de la Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea (UE) y, además, otras demandas en materia de desarrollo rural”. Entre las otras demandas mencionadas por el ministro destacan “el incremento de los adelantos de los pagos de la PAC para este año” y la contemplación de “determinadas flexibilidades”. Las políticas de la PAC son determinantes para el funcionamiento agrícola del Sur de Europa y las subvenciones son parte de ella.

“Si hay una subvención en el mundo bien empleada es el apoyo a los agricultores y ganaderos”, enfatizaba el ministro a finales del pasado año antes de la entrada en vigor (enero de 2023) de la nueva PAC. “Tiene una razón de ser absolutamente clara”, ensalzaba Planas, defendiendo su funcionamiento a futuro. No obstante, conocedor de que el sustento europeo es insuficiente para dar respuesta a la sequía, el Gobierno desplegó hace 15 días una serie de políticas que contemplaban 2.200 millones de euros para auxiliar a agricultores y ganaderos.

Ayudas directas al sector

El Ejecutivo aprobó el 11 de mayo, vía Consejo de Ministros extraordinario, paquete de medidas que asciende hasta los 2.200 millones de euros. Del montante total, la iniciativa contempla ayudas directas para el sector primario por el valor de 636 millones de euros, casi la totalidad de los 784 millones de euros destinados al sector agrario, y 1.400 millones de euros que destinará el Ministerio de Transición Ecológica para construir nuevas infraestructuras, como plantas desalinizadoras, duplicar la reutilización de aguas urbanas y reducir los cánones y tarifas de las explotaciones agrarias afectadas.

De los 636 millones de euros en ayudas directas, se destinan 355 millones de euros para los productores de carne y de leche, independientemente del sector (vacuno, ovino y caprino), para compensar el incremento de los costes de producción dada la obligatoriedad de recurrir a piensos, encarecidos por la guerra de Ucrania, debido al escasez de pastos como consecuencia de la sequía. 100 euros por vaca y 15 por oveja y cabra, en animales para la producción de carne, y de 40 euros por vaca y 10 euros por oveja y cabra, en aquellos destinados a la producción de leche.

Por su parte, el sector agrícola será perceptor de otros 276,7 millones de euros en ayudas directas. Será el Ministerio de este ramo el encargado de, en connivencia con las Comunidades Autónomas y las organizaciones agrarias, determinar los cultivos, zonas y cuantías a los que corresponderán estas ayudas. Para ello, se estudiará cuáles son las plantaciones más castigadas, atendiendo a la información sobre la evolución climática e hidrológica del Ministerio para la Transición y el Reto Demográfico y de las comunidades autónomas. Por último, el sector de la apicultura también será perceptor de estas ayudas, aunque con una cuantía menor debido a su tamaño, por un valor de 5 millones de euros.