Wallbox, startup catalana dedicada a la fabricación de cargadores para coches eléctricos, comenzará a cotizar en Wall Street en los próximos meses. La noticia saltaba hace unos días tras alcanzar un acuerdo entre la compañía y Kensington Capital Adquisition Corp. II, que efectuará el lanzamiento a bolsa a través de una empresa de adquisición de propósito especial (SPAC), una nueva forma de inversión creada en Estados Unidos.

La compañía catalana se estrenará en la bolsa de Nueva York bajo el símbolo WBX en el índice tecnológico por excelencia, Nasdaq, y ya cuenta con un valor implícito pro forma de 1.500 millones de dólares -alrededor de 1.230 millones de euros- lo que le permite recibir la calificación de unicornio. Los unicornios, económicamente hablando, son aquellas startups o empresas emergentes con una valoración superior a los 1.000 millones de dólares, una cifra que ya supera Wallbox.

"Esta operación con Kensington nos permitirá aumentar significativamente nuestro desarrollo de productos y nuestra capacidad de fabricación a medida que aumentamos las ventas a nivel global para acelerar la transición a los vehículos eléctricos", anunciaba el cofundador y consejero delegado de Wallbox Charges, Enric Asunción, ante la noticia. Pero, ¿qué es Wallbox y cómo ha llegado hasta aquí?

Creada en 2015 por Enric Asunción y Eduard Castañeda

El despegue de la compañía en apenas seis años sitúa a Wallbox Charges como el gran unicornio español, que llega a Wall Street desde la ciudad de Barcelona. Enric Asunción, cofundador y actual consejero delegado de la compañía, creó la empresa en 2015 junto a Eduard Castañeda, ahora jefe de producto, tras una conversación en la parte de atrás de un autobús camino a una boda.

El papel de Asunción es clave para entender el proceso que ha experimentado Wallbox en estos años. Empecemos por el principio. El ingeniero comenzó su carrera trabajando para Applus y con una formación en Tesla en Holanda, donde permaneció tres años. Tras el aprendizaje en la multinacional estadounidense de Elon Musk, Asunción decidió volver a España tras una ruptura sentimental.

Lo que no sabía en ese momento es que su vuelta, con la creación de Wallbox, le permitiría volver a acercarse al mercado estadounidense años después. Con apenas 30 años, el ingeniero desarrolló en su mente la revolución de la industria del automóvil, desde los combustibles fósiles tradicionales a coches propulsados por electricidad.

La idea era simple, el cofundador quería crear el elemento necesario para alcanzar la popularización del coche eléctrico, no solo entre las grandes esferas. Es decir, un cargador que permitiera conectar el vehículo a la electricidad, tanto para clientes particulares en su propio garaje como para flotas de empresa o instalaciones en lugares públicos. Lo que a día de hoy ya es una realidad necesitaba una gran dosis de financiación en su momento.

Apoyo inicial de empresarios catalanes

Asunción recurrió a empresarios catalanes para completar esta primera ronda de financiación y, en un primer momento, consiguió 300.000 euros para comenzar a funcionar, procedentes del publicista Juan Campmany y el empresario Josep María Tarragó, también con experiencia en la movilidad eléctrica.

Solo un año después, en 2016 el ingeniero convenció a la familia Soler, propietaria de Quadis, la mayor red de concesionarios en España, para apostar por su compañía. En ese momento se produjo el desembolso de otros 750.000 euros para reforzar la financiación de la startup y, solo un año más tarde, recibió 1,7 millones de euros de Arangu, instrumento de inversión de la familia Santacana, y Frances Mora, del banco andorrano MoraBanc.

En 2019, el fondo de capital riesgo Seaya Venture e Iberdrola destinaron 15 millones de euros para impulsar la idea de Asunción, así como otros directivos procedentes de grandes empresas como Tesla, Microsoft, Ficosa, Carbures y Google. Hace solo un año, Wallbox recibía 23 millones de euros de Seaya Venture y el pasado mes de febrero ampliaba la financiación con 33 millones procedentes de Cathay Innovation, Wind Ventures y la familia Riberas, dueña de Gestamp.

El objetivo: alcanzar una facturación de 2.000 millones de euros en 2027

En total, 73,75 millones de euros de financiación desde 2015 que ahora, con el acuerdo con Kensington Capital Adquisitions, se transformarán en 1.500 millones de dólares -1.230 millones de euros. Según la documentación remitida por la propia compañía al regulador americano, la Securities Exchange Commission (SEC), la facturación de Wallbox pasará de 30 millones de euros en 2020 y 79 millones previstos para este 2021 a más de 1.000 millones en 2025 y más de 2.000 millones en 2027.

Las previsiones son optimistas a la hora de mejorar sus ventas. Según las estimaciones de Wallbox, pasará de vender alrededor de 150.000 cargadores este 2021 a más de 4,5 millones de unidades en 2027. La compañía mejoraría así su beneficio bruto de explotación hasta los 415 millones de euros.

A día de hoy, Wallbox tiene presencia en 67 países, con oficinas en tres continentes y más de 600 trabajadores a nivel mundial. Ha vendido más de 100.000 unidades de sus cargadores desde 2015, productos que actualmente fabrica en sus dos plantas de España y China y que prevé ampliar con una nueva planta en Estados Unidos en la segunda mitad de 2022.

Los consejos de administración de las compañías que lanzarán la startup a bolsa ya han realizado las aprobaciones pertinentes y se prevé que el estreno se produzca en el tercer trimestre de este año, a falta de la aprobación por parte de los accionistas de Kensington y el cumplimiento o renuncia de otras condiciones establecidas en la documentación.