El exresponsable de Administración y Control de Iberdrola, José Antonio del Olmo, ha asegurado ante el juez y los fiscales que no registró el informe que elaboró con sus sospechas sobre los trabajos que se pagaron a la empresa de seguridad Casesa, según publica este lunes La Información tras acceder a los audios de la declaración.

El exdirectivo es uno de los testigos claves del caso Villarejo y su presunta relación con Iberdrola. En concreto, del Olmo reconoció que el informe nunca estuvo en los archivos de la compañía ni pasó a conocimiento oficial de la cúpula directiva y explica que elaboró el informe tras una conversación confidencial en 2004 con el ex director de seguridad, Antonio Asenjo. Esto fue, según las fuentes, lo que le hizo sospechar que podrían ser pagos irregulares.

Ante esto, del Olmo mostró el informe a su superior jerárquico, José Luis San Pedro, que le dijo que olvidara el tema y pagara las facturas. Sin embargo, el exresponsable de Administración y Control no puede asegurar que el superior guardara una copia del informe. Además, ha advertido a los jueces que nunca dijo nada al responsable general de la Administración, Pablo Insulza.

Esto explica que el informe no haya aparecido entre los registros de la compañía. "Yo no lo dejé en ningún registro… Un documento donde dijo que Sánchez Galán ha hecho cosas de ese tipo, si lo registro dentro de la empresa al día siguiente me despide", explicaba del Olmo en su declaración.

Del Olmo fue convocado por Asenjo en mayo de 2004 para comentarle un tema confidencial y unas facturas que habría que pagar. Tres meses después, el testigo clave supo que esas facturas se pagaban por el trabajo en materia de seguridad en el proyecto Arrow, en Arcos de la Frontera.

Del Olmo dejó el informe en una notaría

Tras esto, en 2005 Iberdrola cambió de proveedor en temas de seguridad a Cenyt, la empresa de Villarejo, y en ese momento redactó dicho documento pero sin registrarlo. El exresponsable consultó al antiguo director de seguridad de la compañía, Marcos Peña, y lo depositaron en un sobre lacrado en la notaría de Luis Ramallo, con una nota explicativa y ocho facturas de Casesa, tal y como explica La Información.

Marcos Peña aseguró ante el juez que la intención de del Olmo era que se lo dijera todo al presidente de la compañía, Iñigo de Oriol, para que hiciera algo. Sin embargo, no consiguieron resultado y Peña admite que lo llevó al presidente pero "eficacia no hubo. Lo que hizo no lo sé. Supongo que se lo diría al consejero delegado".

Aunque del Olmo asegura que su trabajo no consistía en examinar el concepto de las facturas ni los proveedores, sí que debían tener el visto bueno de un superior corporativo ya que se trataban de documentos confidenciales. “Eran cosas que se pagaban inmediatamente y no se escaneaban”, declaraba ante el juez.

El exdirectivo reconoce que el tema ya le preocupaba hace 15 años y que ahora le está haciendo pasar mucho miedo, incluso por las represalias que puedan tomar contra él. Reconoce que no tiene nada contra Sánchez Galán pero asegura: “Me gustaría que lo pagase, porque no le cae bien a nadie".

"Tengo miedo porque no sé de lo que es capaz el señor Galán, tienen muchos recursos y temo que suba de nivel y me quiera chantajear o algo más grave. A mí personalmente no me preocupa mucho, pero tengo una mujer y dos hijas", llegó a decir el exresponsable en su declaración según la fuente.