Los sindicatos han convocado una huelga general de tres días y manifestaciones contra la dirección de Correos, unas movilizaciones que comienzan este miércoles 1 de junio con una convocatoria en el centro de Madrid. UGT y CCOO, sindicatos mayoritarios de la compañía, denuncian el "desmantelamiento" de la empresa y "el fracaso" al que creen que ha abocado la gestión empresarial y laboral de la compañía pública.

Las previsiones sindicales pasan por contar con la participación de miles de trabajadores procedentes de varias provincias españolas en una manifestación que saldrá de Callao a las 12 horas para llegar al Congreso de los Diputados a las 13:30 horas. En concreto, los trabajadores recorrerán las calles de Preciados, Sol, Carretas, Plaza Jacinto Benavente, Calle Atocha, Ronda de Atocha y Paseo del Prado, hasta llegar a la Plaza de las Cortes.

La protesta finalizará en las inmediaciones del Congreso de los Diputados, con la lectura de cuatro manifiestos de trabajadores de Correos sobre las consecuencias que "el desmantelamiento postal" está provocando en sus condiciones laborales. 

Seguimiento de la primera jornada de huelga: 11% según la empresa y 80% según los sindicatos

Esta movilización coincide con la primera jornada de huelga en la empresa, un proceso que se alargará hasta el próximo viernes, según la convocatoria de los sindicatos. Estas mismas fuentes revelan que la primera noche de huelga ha sido secundada por el 80% de los trabajadores de este turno en los más de 20 grandes centros del operador postal en territorio nacional que cuentan con este turno. 

Según los sindicatos mayoritarios de Correos, "el amplio seguimiento de la huelga en el turno de noche ha provocado que se paralizarán y/o suspendieran casi en su totalidad las rutas del transporte del correo hacia los principales centros de distribución postal".

Sin embargo, las estimaciones de Correos son muy diferentes y certican un seguimiento del 11,85% en el turno de noche, tal y como han confirmado fuentes de la empresa a ElPlural.com. En esta línea, aseguran que los envíos y la actividad habitual no se está viendo afectada y todo funciona "con normalidad". 

Los sindicatos denuncian pérdidas de más de 500 millones en tres años

UGT y CCOO denuncian que Correos está al borde de la "quiebra técnica", con pérdidas de más de 500 millones de euros en tres años, 400 millones de déficit estructural y préstamos por valor de 1.000 millones de euros para el pago de las nóminas.

Correos ha desmentido en varias ocasiones las acusaciones realizadas por los sindicatos y, una vez más, asegura que la empresa "garantiza la calidad del servicio postal". Asimismo, rechaza que haya un plan para privatizar la empresa o destruir empleo, tal y como ha podido conocer ElPlural.com. También desmiente un trasvase de su actividad a su filial Correos Express y el cierre de alguna oficina o centro de distribución. La compañía ratifica la ampliación de su servicio al área rural, digitalizando los 2.295 puntos de atención al público. 

"Es completamente falso que Correos se vaya a fragmentar. Se trata de una reorganización interna que no va a afectar a la unidad de la compañía. Es una especialización por líneas de negocio para mejorar la gestión, dentro de la estructura de la compañía" -defienden desde la compañía- "Correos es una empresa 100% pública, propiedad del Estado a través de su pertenencia a SEPI. Y lo seguirá siendo: no existe ningún plan de privatización". 

La compañía afirma que ya firmó una declaración con todos los sindicatos, no solo los mayoritarios, incluyendo CSIF, Sindicato Libre y CIG, sobre las principales líneas de actuación del Plan Estratégico del grupo para el periodo 2021-2024. Dicha declaración sitúa a Correos como "una empresa pública de emblema nacional, vertebradora de todo el territorio nacional, con la función de servicio postal universal y económicamente sostenible en el tiempo".

La empresa, de titularidad pública, recalca que está "inmersa en un proceso de transformación de su modelo de negocio, sin privatización ni despidos" y mantiene que su objetivo es revertir las pérdidas de envíos postales, agravadas por la pandemia.