Renfe ha logrado reducir sus pérdidas un 70% y ha cerrado el ejercicio 2022 con un resultado negativo antes de impuestos de 108,6 millones de euros, frente a las pérdidas de 362 millones de euros registradas en el ejercicio anterior. El operador público ferroviario ha presentado sus resultados económicos anuales de forma provisional ante su Consejo de Administración. 

El encarecimiento de los precios energéticos y el todavía impacto de la crisis del coronavirus, de la variante Ómicron, durante el primer trimestre del año han llevado a la compañía a cerrar de nuevo con pérdidas. De hecho, el resultado negativo se concentra especialmente en los primeros meses del año por el impacto de Ómicron, con pérdidas por valor de 95 millones de euros en el primer trimestre, una cifra que difiere mucho del resultado negativo de 13 millones de euros durante el resto de los trimestres del ejercicio. 

Según los resultados remitidos por Renfe, el gasto en energía de tracción se ha disparado hasta los 630,1 millones de euros a lo largo del año, un 78,6% más -es decir, 277,4 millones de euros más- que el ejercicio anterior, consecuencia directa del encarecimiento de los precios de la energía. De hecho, el peso específico del gasto en energía de la compañía, que en 2021 representaba el 11% de los gastos de explotación de Renfe, principal consumidor de energía eléctrica de España, se ha disparado hasta ocupar ya el 16,4% del total de los gastos de explotación. Esta partida supone ya el tercer gasto más importante de la cuenta de resultados de Renfe, solo por detrás de los gastos por cánones y los de personal.

Renfe solo aumenta la partida de gasto energética 

Renfe reconoce en sus resultados que la energía ha sido la única partida de gasto que ha aumentado en 2022 con respecto a las previsiones iniciales y se felicita por mejorar todas las demás a lo largo del año, como consecuencia de una "estrategia de gestión basada en la contención". Los gastos totales de explotación de Renfe se han situado en el ejercicio en los 3.835 millones de euros, 664,8 millones más que el ejercicio anterior, como consecuencia de la recuperación de la producción frente al año anterior, todavía fuertemente marcado por las restricciones de la pandemia.

Frente a las previsiones iniciales, los gastos de Renfe se han reducido 40,7 millones de euros, el equivalente a un 1,1%. Segregados los gastos de energía de tracción, todas las partidas de gastos de Renfe -donde se encuentran personal, cánones, mantenimiento de trenes, servicios a bordo, consumos de materiales o proyectos- se han reducido en 368,1 millones de euros con respecto a las previsiones.

En el lado de los ingresos, las cifras de tráfico aumentaron un 28,7%, 845 millones de euros más, hasta los 3.788,6 millones de euros. Por otro lado, los ingresos por ventas han crecido en Renfe Viajeros en un 43,5%, mientras que también han aumentado en un 15,7% en Renfe Mercancías. Los ingresos totales de Renfe han cerrado el año en 4.127 millones de euros, un 27,5% más que en 2021. Con unos ingresos totales de 4.127 millones de euros y unos gastos de 3.835 millones, Renfe cierra 2022 con el EBITDA en los 292 millones de euros, un 333,6% más que en el ejercicio anterior.

No obstante, Renfe ha cerrado el año con la recuperación de 114 millones de viajeros, un 35% más, que le lleva a superar los 436 millones en total al cierre de 2022, a pesar de la caída del tráfico de viajeros del primer trimestre como consecuencia de la aparición de la variante Ómicron y el repunte de casos de coronavirus durante la quinta ola de la pandemia. Solo en el primer trimestre, los ingresos de Renfe obtenidos por la venta de billetes se situaron un 21,3% por debajo de lo previsto. 

Sin contar con los efectos negativos derivados de los altos precios de la energía y el impacto de Ómicron en el primer trimestre del año, Renfe reconoce un comportamiento favorable de negocio a lo largo de 2022. El operador público ferroviario asegura que, sin estos impactos, podría haber cerrado el año con un resultado positivo.