Naturgy ha cerrado 2020 con unas pérdidas de 347 millones de euros, frente a las ganancias de 1.401 millones de euros del ejercicio anterior, tras registrar un deterioro de 1.363 millones de euros, correspondiente a una nueva revisión en la valoración de activos, especialmente de generación convencional en España y a las actividades de gas en Argentina, según ha comunicado este jueves la compañía. 

Desconsolidando el EBITDA de CGE, el EBITDA ordinario en el periodo se situó en 3.714 millones, un 14,6% inferior que el año anterior. A perímetro constante el EBITDA ordinario se habría situado en 3.964 millones de euros, cumpliendo con el guidance de EBITDA ordinario para 2020 de 4.000 millones a pesar del complicado escenario. El beneficio neto ordinario alcanzó los 872 millones.

El coronavirus ha impactado en la actividad operativa del ejercicio, principalmente debido a la menor demanda energética a nivel global. Así, la demanda de electricidad y gas en España disminuyó en promedio un 5,5% y un 6,2% respectivamente durante 2020. Asimismo, la demanda de electricidad y gas en las regiones latinoamericanas en las que opera Naturgy experimentó un descenso medio del 2,8% y del 8,3%, respectivamente.

Así, el consumo de gas y electricidad en España cayó un promedio de 6,6% y un 8%, respectivamente, durante el pasado ejercicio. De manera similar, la demanda energética también experimentó una disminución en las regiones latinoamericanas donde opera la compañía.

Además, y desde la irrupción de la pandemia, las monedas latinoamericanas se han depreciado significativamente frente al euro y su evolución sigue siendo incierta. En concreto, las divisas tuvieron un efecto negativo de 175 millones de euros y 53 millones de euros sobre el Ebitda ordinario y el beneficio neto consolidado, respectivamente.

Volatilidad y disminución de los precios de las materias primas

El menor consumo de energía y los recortes de producción a nivel mundial se ha traducido en una volatilidad significativa y una disminución de los precios de las materias primas en los principales mercados, incluida una disminución de los precios del gas en los principales índices de gas (HH -22% y NBP -29%) y una disminución en los precios de la electricidad en el mercado mayorista (el pool español disminuyó en un 29% de media durante el periodo), según informa la compañía. 

Los resultados se han reformulado según la nueva estructura organizativa: Gestión de la Energía y Redes; Renovables, Nuevos Negocios e Innovación; y Comercialización. Las cuentas también han sido reformuladas para recoger la venta de la participación de CGE, que ha sido clasificada como operaciones discontinuadas en las cuentas consolidadas tanto de 2019 como 2020 a efectos comparables.

El Consejo de Administración de Naturgy propondrá a la Junta General de Accionistas el pago de un dividendo final con cargo a 2020 de 0,63 euros por acción a abonar durante el primer trimestre de este año. De esta manera, y si los accionistas lo aprueban, este pago se sumará a los dos primeros dividendos a cuenta de 2020, de 0,31 euros/acción y 0,50 euros/acción, respectivamente; que elevarán a 1,44 euros/acción el dividendo total.

Además, y más allá de sus compromisos con sus accionistas, Naturgy completó la amortización de 14.508.345 acciones, con valor nominal de 1 euro cada una. A día de hoy, el capital social de la compañía se sitúa en 969.613.801 acciones, con valor nominal de 1 euro cada una.

Cumplimiento de compromisos y ESG

Naturgy ha cerrado el ejercicio 2020 reforzando su posición para afrontar la transición energética y con importantes avances en el cumplimiento de sus compromisos tanto financieros como operativos y en materia de ESG (Environmental, Social and Governance). Todo ello a pesar de un ejercicio marcado por el impacto económico y social de la pandemia y un escenario energético adverso con una caída generalizada de la demanda energética.

El presidente de la compañía, Francisco Reynés, ha señalado que “la capacidad de adaptación que ha demostrado Naturgy en este difícil contexto y cómo la compañía ha destacado en el escenario energético a nivel internacional frente al resto de competidores, gracias a su crecimiento en tecnologías limpias y su apuesta por nuevos negocios, como es el gas renovable, impulsando la digitalización e innovación en todas las áreas del grupo”.

El dinamismo en la gestión ha sido clave durante el ejercicio para poder optimizar el portfolio de activos y avanzar en su rotación. Gracias a ello, la compañía ha reforzado su posición financiera así como su solvencia y liquidez lo que, junto al rendimiento del negocio, le ha permitido amortiguar el contexto adverso y la volatilidad de los mercados energéticos internacionales.

Naturgy ha demostrado ser un agente activo en la transición energética. Prueba de ello ha sido su papel en la presentación de las ‘call of interest’ para identificar proyectos tractores de la recuperación económica en el marco de los fondos europeos destinados a la transición energética. La compañía ha identificado oportunidades de inversión por valor de 13.000 millones de euros en los próximos años relacionadas con distintos proyectos en España ligados a los fondos europeos Next Generation.

Reducir el perfil de riesgo

Las líneas de gestión prioritarias del grupo pasan, principalmente, por mantener la reducción de perfil de riesgo a través de la rotación de activos, donde destaca la desinversión del 96,04% de su participación en la chilena CGE por más de 4.300 millones (EV), confirmando la capacidad de la compañía para generar valor para sus accionistas. La transacción está sujeta a las aprobaciones regulatorias y la aprobación de competencia y se espera concluya en la primera mitad de 2021.

Cabe destacar el acuerdo alcanzado con ENI y el Gobierno de Egipto en relación a la planta de licuefacción de Damietta, propiedad de la joint venture Unión Fenosa Gas (UFG). Las partes implicadas continúan trabajando para completar la transacción durante la primera parte de este año, una vez que se cumplan las condiciones estipuladas. Gracias a este acuerdo, se resuelve una situación compleja que se prolonga desde 2012 y que ha supuesto un consumo destacado de recursos para la compañía.  

Todo ello, sin abandonar los objetivos fundamentales como es una estrategia industrial de creación de valor y crecimiento para cada uno de los negocios, así como los objetivos en materia de ESG. En este último, destaca que en 2020 continuó el descenso de las emisiones de gases de efecto invernadero (-7%) y siguió aumentado la paridad de género en la plantilla como consecuencia del compromiso de la compañía con la diversidad y las políticas de igualdad de género.

En el ejercicio, la deuda neta de la compañía se situó en 13.612 millones, casi un 11% menos, sin reflejar aún los ingresos antes de impuestos de 2.570 millones esperados al cierre de la venta de CGE Chile. En 2020, el coste medio de la deuda bruta mejoró hasta el 2,5% frente al 3,2% del ejercicio 2019. A cierre del año, la liquidez total del grupo ascendió a 9.475 millones.