El combo Amancio Ortega-Repsol ha saltado a los medios de nuevo esta semana. Medios económicos especializados revelaban que el fundador y máximo accionista de Inditex estaría interesado en aliarse con Repsol para avanzar en varios proyectos de energía renovable. La relación empresarial ni es nueva ni se hará a través de Inditex -si finalmente se llega a un acuerdo- sino del vehículo inversor habitual de Amancio Ortega, Pontegadea.

En este caso, la relación entre el millonario más rico de España, y una de las mayores fortunas a nivel mundial, y las energías limpias de Repsol pasa por una posible alianza para el Proyecto Ebro. Un proyecto con el que la multienergética plantea instalar doce plantas eólicas y dos fotovoltaicas en la comunidad autónoma de Aragón, repartidas por las provincias de Huesca, Zaragoza y Teruel, con una potencia de 798 MW limpios. Todo ello como parte de su estrategia de descarbonización y de convertirse en una compañía cero emisiones netas en 2050. Un objetivo que precisamente ha ratificado este martes la cúpula ante sus inversores en Londres.

El Proyecto Ebro de Repsol busca un socio con el que avanzar conjuntamente en el despliegue de renovables en España, especialmente en aquellas regiones en las que las condiciones climatológicas y orográficas favorecen la instalación de plantas eólicas -los populares molinos- y fotovoltaicas, con placas solares en extensos terrenos de la España rural. Para avanzar en descarbonización y hacia su objetivo final de multienergía, Repsol ha elegido una estrategia de inversión con un éxito ya demostrado en algunos de sus proyectos de los últimos meses.

Repsol ha elegido como socio clave para el despliegue de energía renovable al hombre más rico de España, Amancio Ortega, y a su holding inversor Pontegadea. La sociedad de inversión es, a día de hoy, la principal fuente de riqueza del fundador de Inditex -con beneficios muy por encima que los que le reportan las ventas de Zara o Bershka- y cuenta con su hija Sandra Ortega, la mujer más rica de España según el ranking, como segunda accionista.

Amancio Ortega diversifica y apuesta por las renovables en España

Pontegadea está especializada en el sector del lujo inmobiliario a nivel mundial y cuenta en su cartera con importantes edificios de pisos y oficinas de lujo en los centros neurálgicos mundiales como Nueva York o Londres. No obstante, Amancio Ortega ha optado por tomar otro camino inversor en su país natal para aumentar su negocio y mantenerse en el primer puesto del ranking de grandes fortunas en España. El fundador de Inditex ha elegido el sector de las energías renovables para invertir en España frente a su apuesta inmobiliaria en el resto del mundo. Y ha elegido un actor para formar un combo de inversión, al menos, a medio plazo: Repsol.

El primer paso en la relación entre Amancio Ortega y Repsol se hizo público en noviembre de 2021, hace casi dos años, con el acuerdo formalizado entre la multienergética y Pontegadea para impulsar su primer proyecto conjunto de renovables. Ortega se estrenaba en el sector de las renovables españolas de la mano de Repsol y lo hacía con un impulso financiero al parque eólico Delta, también en territorio aragonés, con una capacidad de producción anual de 992 GWh limpios. Este primer acuerdo contemplaba una inversión de Pontegadea, valorada en 245 millones de euros, para impulsar la producción de uno de los parques renovables más importantes de Repsol a nivel nacional.

La entrada del multimillonario en el Proyecto Delta se produjo con la compra de un 49% de la participación del proyecto, dejando el 51% restante en manos de Repsol. Es decir, Repsol sigue teniendo el control de sus plantas de producción de energía limpia, pero cuenta con el apoyo inversor del mayor multimillonario español.

Un combo del que se benefician ambas partes, casi en una simbiosis. Repsol avanza en su objetivo de dejar atrás los combustibles fósiles y convertirse en una empresa multienergética mientras que Amancio Ortega destina parte de su fortuna en el avance de la transición ecológica en España, uno de los pilares del plan de recuperación tras la crisis del coronavirus y una de las máximas recomendaciones europeas y mundiales. Repsol no solo quiere avanzar en su objetivo de convertirse en cero emisiones netas en 2050, sino que quiere efectuar ese camino en base a una transición justa y sostenible, haciendo referencia al trilema energético.

Transición justa y sostenible 

Es por eso que ha elegido a Pontegadea como un gran grupo inversor para avanzar en su propia transición. La propia compañía ha justificado la relación entre ambos en varias ocasiones como un paso más en el camino hacia obtener una rentabilidad de doble dígito en sus inversiones en renovables. Y es que la entrada de Pontegadea en el accionariado del Proyecto Delta, con el 49% de la participación, refuerza la posición de Repsol como operador con vocación industrial. Asimismo, demuestra la solidez del modelo de crecimiento en renovables, basado en el desarrollo de proyectos desde las etapas iniciales hasta su puesta en operación.

“Contar con Pontegadea como socio en Delta confirma la calidad de nuestros activos y va a permitir acelerar nuestro crecimiento en renovables, en el marco de una transición energética eficiente y sostenible, y en el objetivo de ser una compañía cero emisiones netas en el año 2050”, celebraba el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, hace más de dos años. También el consejero delegado de Pontegadea, Roberto Cibeira, confirmaba la apuesta inversora del holding inversor de Amancio Ortega por el sector de las renovables en España. “Esta operación junto a un socio sólido y fiable como Repsol se enmarca en la estrategia global de inversión de Pontegadea y permite afianzar el compromiso ambiental que acompaña a todas las actividades en nuestra cartera, tanto en el sector energético como en la gestión de activos inmobiliarios o la distribución textil”, aseguraba Cibeira en un comunicado oficial.

Repsol-Pontegadea, modelo de éxito 

A la entrada de Pontegadea en el Proyecto Delta, la primera gran apuesta en renovables de Repsol, hace casi dos años, le ha seguido la irrupción de Amancio Ortega en otros proyectos limpios de la multienergética. Y todos siguiendo el mismo modelo desde entonces: Pontegadea se hace con el 49% de la participación mientras que la energética mantiene el control del proyecto, con un 51%. Una simbiosis en la que el holding inversor del español más rico del ranking pone el dinero y Repsol despliega el proyecto.

Repsol se ha reafirmado en los últimos años en su estrategia de inversión para sacar mayor rentabilidad a su negocio de renovables y avanzar así en un proceso de descarbonización justo y sostenible. La multienergética cuenta con una decena de parques eólicos y solares repartidos entre comunidades como Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía, las favoritas del sector para desplegar sus activos renovables por sus características territoriales y climatológicas.

La unión de ambas compañías en el Proyecto Delta ha tenido su réplica después con un segundo contrato, también con la venta del 49% de la participación, en el parque fotovoltaico Kappa, esta vez situado en la provincia de Ciudad Real, en Castilla-La Mancha. Un acuerdo anunciado en julio de 2022, con el desembolso de 27 millones de euros por parte de Amancio Ortega para el impulso a las renovables de Repsol.

La estrategia de Repsol se mantiene en la venta del 49% de la participación en estos activos renovables -lo que se considera como participación minoritaria- para, de alguna forma, compartir la propiedad de los parques eólicos y fotovoltaicos repartidos por España con grandes inversores. No obstante, su objetivo pasa en todo momento por mantener el control y la gestión de los parques de energía verde en manos de la propia Repsol, que se quedaría con el 51% de la participación, y no en el inversor entrante.