Iberdrola pretende realizar una gran ampliación de la central hidráulica de La Muela, situada en Cortes de Pallás (Valencia), junto al río Júcar. La división de generación de la energética ya ha planteado el proyecto al Ministerio de Transición Ecológica y a la Dirección de Política Territorial. De acuerdo con fuentes de la compañía, la central hidroeléctrica de La Muela permite almacenar energía potencial (funcionar como una ‘gigabatería’) a través del llenado mediante el bombeo del agua de un embalse inferior a un depósito superior.

La eléctrica presidida por Ignacio Sánchez Galán persigue el construir una nueva central reversible de bombeo puro, denominada La Muela III. Tal y como aseguran desde Iberdrola, la central ya cuenta con dos fases, una primera de 630 MW de potencia y otra segunda de 854 MW. El plan de la compañía pasa por ampliar la propia central a través de una tercera fase que ampliaría la potencia otros 854 MW, llegando a un total de 2.336 MW.

Para ampliar la potencia total, la energética confía en ampliar en la Muela hasta en 11 hectómetros cúbicos, alcanzando los 31 hectómetros, con el objetivo de bombear agua del río Júcar con energía renovable a través de tuberías subterráneas. Este tipo de centrales permiten optimizar el aprovechamiento de las energías renovables no gestionables como la fotovoltaica y la eólica, ya que cuando hay exceso de este tipo de energía limpia se utiliza para bombear (cargar la batería) el agua al depósito superior y de esta forma no se pierde esta energía renovable.

Las centrales de bombeo son una salvaguarda para el sistema eléctrico ya que ofrecen la posibilidad de comenzar a generar una gran cantidad de electricidad en un tiempo de respuesta muy rápido. Al tratarse de un ciclo cerrado de agua entre el embalse y el depósito superior no se realiza ningún consumo de agua, por lo que este tipo de centrales no se ven afectadas por el cambio climático. La compañía estima el periodo de ampliación y la puesta en marcha de la infraestructura en seis años. La energética asegura que este proyecto permitiría a España mejorar su independencia energética y evitar emisiones de CO2, ya que la hidráulica es capaz de sustituir a otras tecnologías que funcionan con gas o carbón, y a precios inferiores.

A pesar de las intenciones de Iberdrola de generar energía limpia y renovable, desde la propia compañía alertan que "la zona presenta una vulnerabilidad media a la contaminación de acuíferos ", y que "el empleo de maquinaria, aceites y carburantes lleva asociado un riesgo de vertidos accidentales que podrían contaminar el agua ". No obstante, la eléctrica vasca concluye que "no se estima que el proyecto incluya acciones o elementos que puedan implicar un riesgo significativo para el entorno en el que se proyecta".