El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado este martes una prohibición para la importación de petróleo, el gas y el carbón procedente de Rusia, asumiendo que puede haber otros aliados que, como los europeos, no pueden tomar aún una medida de este calibre.

"No subvencionaremos la guerra de (Vladimir) Putin", ha anunciado Biden, en una comparecencia en la que ha abogado por seguir aumentando la presión sobre Rusia tras "el paquete de sanciones económicas más significativo de la historia".

Biden, que ha repasado algunas de las medidas adoptadas contra Rusia tras el inicio de la invasión de Ucrania, ha anunciado que Estados Unidos aumentará la producción de petróleo para contrarrestar el progresivo aislamiento energético.

Los precios del petróleo se han disparado tras conocerse la noticia y los futuros han aumentado las ganancias. Así, el barril de Brent, de referencia en Europa, ha subido un 6% hasta los 130 dólares; mientras que el barril WTI, de referencia en Estados Unidos, ha repuntado un 5% hasta los 125 dólares. Los futuros del petróleo han casi triplicado su crecimiento ya que, antes de este anuncio, subían un 2%. 

A nivel europeo, Bruselas ya está planteando expulsar al gigante energético ruso Gazprom del mercado europeo de reservas de gas, a través de la declaración de los depósitos de gas como una infraesctructura neurálgica. Esto permitirá, según fuentes comunitarias, obligar a vender a cualquier propietario que se considere una amenaza para la seguridad del suministro.

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Por otro lado, la gran petrolera Shell ha anunciado que dejará de comprar petróleo ruso y retirará su participación de todos los hidrocarburos de este país, tras las críticas recibidas tras la adquisición de un cargamento de crudo ruso para su refino la semana pasada. 

En paralelo a la prohibición de importación de petróleo, Estados Unidos está negociando alernativas con Nicolás Maduro, presidente de Venezuela