Facebook, el gigante tecnológico de Mark Zuckerberg, ha anunciado su intención de dejar de prestar servicios en la Unión Europea, en el caso de que se haga efectiva la prohibición sobre la transferencia de datos personales de los usuarios europeos a Estados Unidos.

La Comisión de Protección de Datos de Irlanda (DPC), el regulador más importante en el ámbito de la privacidad de Facebook en Europa, ha pedido a la tecnológica dejar de transferir datos desde la Unión Europea a Estados Unidos. La respuesta de Facebook ha sido recurrir la decisión ante la justicia irlandesa, que le concedió una suspensión hasta resolver la disputa legal entre empresa y regulador.

A la espera de la solución, Facebook ha remitido un documento al juzgado, argumentando que la prohibición tendría un fuerte impacto en sus operaciones.

"En caso de que Facebook estuviera sujeta a una suspensión completa de los datos de los usuarios hacia Estados Unidos, como parece ser la propuesta de la DPC, no está claro cómo Facebook, en estas circunstancias, podría seguir proporcionando los servicios de Facebook e Instagram en la Unión Europea", ha explicado la máxima responsable en protección de datos y privacidad de la empresa en Europa, Yvonne Cunnane, en un documento.

Las apps ayudaron a generar ventas por 208.000 millones, según Facebook

Cunnane ha asegurado que, según un estudio encargado por la propia compañía, las aplicaciones de Facebook ayudaron a generar ventas por valor de 208.000 millones de euros a un total de 7.700 empresas de toda Europa.

La decisión de la Comisión de Protección de Datos de Irlanda ha tenido lugar meses después de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea fallara en contra de transferir los datos de ciudadanos europeos a Estados Unidos, un acuerdo negociado por la Comisión Europea. El tribunal consideró que este acuerdo no garantizaba el nivel de protección de datos necesarios que exigen las reglas de la Unión Europea.

De hecho, la justicia europea alertó de que el acuerdo no incluía “limitaciones” al uso de los datos personales, en el marco de programas de vigilancia, ni tampoco garantías suficientes para proteger a los ciudadanos no estadounidenses. El acuerdo permite el envío de datos de usuarios europeos a Estados Unidos para fines comerciales.