Gedeon Richter (GR) entra en una nueva etapa de expansión global, impulsada por su avance en biotecnología y su estrategia de alianzas en Estados Unidos. La compañía húngara, con más de un siglo de historia, está consolidando una fase en la que la innovación, la sostenibilidad y la cooperación internacional son el eje de su crecimiento. La compañía se consolida como la segunda empresa más importante en atención femenina en Europa, siendo líder en anticonceptivos orales y en la producción de hormonas dentro de la Unión Europea. 

En una era en la que la innovación médica suele medirse por la cantidad de vidas salvadas, hay empresas que entienden la salud desde una perspectiva más amplia, donde la mejora en la calidad de vida también representa un avance esencial. Este propósito define el corazón de Gedeon Richter, una compañía con una capacidad única para garantizar que sus medicamentos sean accesibles para todas las personas, porque la salud no debe ser un privilegio, sino un derecho.

Contamos con el portafolio más amplio de tratamientos, ofreciendo soluciones para todas las etapas de la vida femenina

En una entrevista exclusiva con El Plural.com en Budapest, Zsuzsa Beke, jefa del Departamento de PR, RSC y Public Affairs de Gedeon Richter, comparte su visión sobre los desafíos globales de la industria farmacéutica y el compromiso de la compañía con la salud femenina. Con más de 25 años de experiencia en comunicación corporativa y sostenibilidad, Beke ha sido reconocida por Forbes Hungría como una de las mujeres más influyentes del país.

P: Gedeon Richter es una de las compañías farmacéuticas europeas con más historia. ¿Qué crees que diferencia a esta empresa en el mercado global actual?

R: Creo que una de nuestras grandes fortalezas es tener una estrategia corporativa muy clara y de largo plazo. Ya hemos definido una hoja de ruta hasta 2035, lo que nos da una dirección precisa sobre dónde queremos estar en los próximos diez años. En el sector farmacéutico, los desarrollos pueden tardar entre cinco y diez años, así que pensar a largo plazo no es una opción, sino una necesidad.

También destacaría nuestra especialización en salud femenina. Es un nicho donde podemos ser realmente competitivos a nivel global. Contamos con el portafolio más amplio de tratamientos, que abarca desde la adolescencia hasta la menopausia, ofreciendo soluciones para casi todas las etapas de la vida de la mujer.

Además, mantenemos una base sólida en investigación del sistema nervioso central, un campo complejo en el que seguimos siendo activos. Hace una década lanzamos un medicamento innovador para la esquizofrenia y la depresión que ha tenido un gran éxito, con ventas de más de 3.500 millones de dólares solo en Estados Unidos.

Y algo que no suele mencionarse, pero que es clave: Hungría sigue siendo un buen lugar para producir. Al tener nuestras propias plantas y fabricar ingredientes activos, somos menos dependientes de las cadenas globales de suministro.

P: ¿Cuáles dirías que son los mayores desafíos que el sector enfrentará en los próximos años?

R: Uno de los grandes retos será la competencia de China e India. La presión sobre los precios farmacéuticos en Europa es cada vez mayor, y las nuevas regulaciones en Estados Unidos también podrían tener impacto global. El otro desafío es mantener nuestra competitividad en investigación original. Innovar requiere tiempo, talento y una gran inversión.

P: Richter ha sido pionera en salud femenina. ¿Qué proyectos recientes destacarías en este ámbito?

R: Estamos muy enfocados en investigación original sobre enfermedades poco estudiadas como la endometriosis, el síndrome de ovario poliquístico (SOP) y la fertilidad. Son áreas terapéuticas que afectan a más del 15 % de las mujeres en la Unión Europea. Nuestro objetivo es ofrecer terapias nuevas en los próximos diez años.

Hoy cualquiera puede acceder a información médica en redes sociales, pero no todo lo que circula es correcto

P: Uno de sus programas más conocidos es House of Hope. ¿Cómo miden su impacto real en las mujeres a las que ayudan?

R: Es una iniciativa muy especial para nosotros. Buscábamos un proyecto internacional de responsabilidad social que realmente se alineara con nuestra estrategia, y lo encontramos colaborando con una ONG húngara que trabaja con mujeres en Bamako.

House of Hope ofrece refugio, educación, formación y apoyo a mujeres que escapan de la violencia o atraviesan situaciones vulnerables. No solo se trata de brindar ayuda médica, sino de acompañarlas para que no se sientan solas. Hasta ahora, los resultados han sido muy alentadores.

P: En un entorno saturado de información —y también de desinformación—, ¿qué papel debe tener la comunicación responsable en una farmacéutica?

R: Es un desafío enorme. Hoy cualquiera puede acceder a información médica en redes sociales, pero no todo lo que circula es correcto. Existen grupos en Facebook, Instagram o TikTok donde las mujeres comparten consejos sobre anticonceptivos o tratamientos hormonales, pero sin supervisión médica eso puede ser peligroso.

Por eso estamos desarrollando plataformas educativas y colaborando con creadores de contenido y asociaciones de pacientes para ofrecer información fiable, pero presentada de forma atractiva. En el Reino Unido, por ejemplo, trabajamos con una influencer que da credibilidad a nuestros mensajes. Las farmacéuticas necesitamos aliados creíbles para poder conectar con el público.

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