CaixaBank ha presentado este viernes sus resultados económicos del primer semestre, con un beneficio ajustado sin extraordinarios asociados a la fusión de 1.278 millones de euros, frente a los 205 millones registrados en el mismo periodo del ejercicio anterior, fuertemente afectado por el impacto del coronavirus. El consejero delegado, Gonzalo Gortázar, ha presentado estos datos en rueda de prensa, poniendo en valor que se trata del primer trimestre “en el que somos una entidad única”.

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El CEO de la entidad ha centrado su discurso en el acuerdo laboral alcanzado con los sindicatos para la reestructuración de la plantilla, con un ERE al que se han apuntado 7.900 empleados, cubriendo el cupo lanzado por la entidad, con una “sobredemanda”, según Gortázar. “Es un acuerdo considerable con todas las partes para el proceso de reestructuración laboral”, asegura Gortázar. Además, ha cifrado el coste del ERE en los 1.884 millones de euros, según las previsiones.

“Es un acuerdo laboral satisfactorio, beneficioso para todas las personas implicadas y también para CaixaBank. Era necesario proceder a una reestructuración”, asegura el CEO, justificando las nuevas tendencias del sector bancario como son la digitalización y el cambio de comportamiento de los clientes. “Era un compromiso que teníamos asumido: acometer el evidente solape que se produce tras una fusión” -explica- “Todas las salidas van a ser voluntarias”.

A raíz de estas salidas, CaixaBank ya anunció un plan de acompañamiento para los empleados que finalmente decidan abandonar el banco, con el objetivo de “mejorar capacidades o adaptarlas para continuar en el mercado laboral”. Ahora, recalca el CEO: “No vamos a abandonar ninguna población y no desbancarizar España”.

Sobre el ERE, ha matizado que el proceso no está totalmente culminado, ya que “tenemos adhesiones en algunas provincias por encima, pero en otras no llegan”, explica Gortázar. “Intentamos gestionar los excedentes de provincias. Tenemos que tomar algunas decisiones internamente que lo puedan facilitar”, avanza el CEO, que asegura que se hará “en común acuerdo con los sindicatos”.

"Las condiciones ofrecidas son atractivas y responsables"

El hecho de que se haya cumplido el cupo es para Gortázar un “indicación de que las condiciones ofrecidas son atractivas y responsables. A mi me satisface pensar que las personas que vayan a salir del grupo lo hagan con buenas condiciones económicas. Después tenemos que ver cuantas adiciones serán efectivas”. “Teníamos que compaginar el interés del grupo, de mantenernos competitivos y sostenidos. Las personas que se quedan están en un grupo sostenido mientras que las que se van se van porque quieren, con buenas condiciones económicas. Es una situación win win”. Es decir, en la que todos ganan.

Por otro lado, el responsable ha destacado el aspecto positivo de la fusión con Bankia, con unas sinergias “que no solo creemos que las vamos a cumplir, sino que las vamos a superar”. Así, recalca la fortaleza financiera de la entidad, con un semestre “claramente positivo” en cuanto a resultados económicos.

Dentro de uno de los puntos clave de la fusión, la integración laboral de los empleados procedentes de Bankia, el CEO asegura que “los empleados se sienten totalmente integrados en el sitio” y que la entidad “seguirá dando pasos para completar la integración tecnológica”, prevista para finales de año. Asimismo, ha destacado el buen entendimiento con el nuevo presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, anterior presidente de Bankia.

Tras la suspensión de la prohibición del BCE para repartir dividendos, CaixaBank pretende retomar su tendencia anterior a la crisis y ha anunciado este viernes el aumento del payout de dividendo, con la proyección de alcanzar este año el 50%. “Al final de la restricción queremos volver a la política de dividendo habitual”, asegura Gortázar, que ha destacado que también Estado se beneficiará de este reparto, a través del FROB.

Colchón de provisiones para el futuro aumento de la morosidad

La entidad no ha anunciado nuevas provisiones por el impacto del coronavirus este semestre pero reconoce contar con un “colchón de provisiones muy relevante en el futuro para utilizar cuando se produzca la considerable subida de la morosidad, que se va a producir”. Como consecuencia de la fusión, CaixaBank no participará este año en el estrés test del BCE pero Gortázar se muestra positivo con el resto de entidades europeas: “Me hacen presagiar que tendremos buenas noticias”.

Por otro lado, ha celebrado la llegada de los fondos europeos: “Es una herramienta extraordinaria que tenemos como país para salir de esta situación de crisis, no solo por los medios tradicionales”. Así, llama a tener cuidado por los elevados niveles de deuda pública: “Nos vamos a encontrar en 2022 con una deuda pública de aproximadamente 300.000 millones superior a la de 2019”.

Con respecto a esta elevada deuda pública, el representante de CaixaBank ha llamado a “todos los países con una alta deuda pública” a “diseñar un programa a medio y largo plazo para frenar esa deuda”. “Hay que acelerar el crecimiento futuro, sin tener otros mayores problemas de sostenibilidad. Hacía falta sacar a las empresas y a las personas de esta crisis” -explica- “Las dos cosas son absolutamente compatibles y consistentes. El Estado debía haber reaccionado como lo ha hecho, pero ahora debemos trabajar en reducir esta deuda”.

“Hemos pasado la fase inmediata de recuperación, primero sanitaria y luego económica. Tenemos que trabajar para tener asegurada la viabilidad de la deuda. Nos queda trabajo por delante”, asegura el CEO.

No prevén pérdida de clientes tras la fusión

La entidad no prevé sufrir una pérdida de clientes tras la fusión, tal y como ha anunciado Gortázar por los resultados positivos de la primera mitad del año. “No ha tenido impacto pero no quiere decir que no la vayamos a tener. La integración está en la primera fase. Seguiremos trabajando para que no tenga ningún impacto sobre nuestros clientes y se ofrezcan los mejores servicios. Vamos bien”, matizaba después.

Gortázar también ha destacado la buena convivencia entre la entidad y el Estado como parte de la nueva CaixaBank: “Estamos operando como una entidad integrada”, con “absoluta normalidad”. Aquí, se pronuncia sobre la gestión del Gobierno: “No es el momento de dejar de ayudar a las entidades que lo necesitan. Sí es el momento de dejar de ayudar a aquellas que lo necesitan obviamente porque los recursos son limitados”.

A raíz de esta fusión, el CEO de la entidad asegura que la reputación “es difícil de medir por el momento, es mejor hacer un balance más adelante”. “Nos quedan todavía meses, habrá que hacer una valoración más adelante. El objetivo es que nuestra reputación siga mejorando”, al igual que prevé que haga el sector bancario en general.

Asimismo, destaca que la morosidad está “muy contenida” y la entidad se anticipa a problemas futuros, con una expectativa futura del aumento de morosidad. “La morosidad objetiva está controlada, bajo problemas de ayuda que no hace aflorar un problema de impago”, asegura.  

A nivel macroeconómico, Matthias Bulach, director de Contabilidad, Control de Gestión y Capital ha celebrado los datos de crecimiento del PIB conocidos este mismo viernes, mejores de lo previsto según CaixaBank. Así, es tajante con el futuro: “La recuperación está en marcha […] Está tomando carrera”.