Repsol ha celebrado este viernes su Junta de Accionistas de forma telemática por la crisis del coronavirus. En el acto, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha apostado por la industria como motor de salida de la crisis y ha explicado que “hay que priorizar las medidas economicas de corto plazo para que no se dañe de manera estructural nuestro tejido productivo, siempre salvaguardando que estas medidas sean compatibles con los objetivos de largo plazo”.

Además, ha abogado por un gran pacto en favor de la industria, dado que “con un mayor peso de la industria nuestra economía será más resistente". El presidente de la compañía también ha querido tener un recuerdo especial hacia Alfonso Cortina, expresidente de Repsol, fallecido por coronavirus en el último mes. 

Brufau ha resaltado la labor que Repsol está desarrollando desde el primer momento de la epidemia, poniendo “todas sus capacidades, las humanas e intelectuales y, por supuesto, las industriales y tecnológicas, al servicio de su resolución o mitigación”. Asimismo, asegura que el objetivo ha sido proporcionar un servicio esencial en los países donde opera. 

Medidas a corto plazo para salir de la crisis

Brufau ha señalado que “hay que lograr una recuperación rápida, priorizando los objetivos de corto plazo para no dañar de manera estructural nuestro tejido productivo, con estrategias compatibles con los objetivos de largo plazo”.

“Es el momento de concentrarse en qué vamos a hacer para salir rápidamente de la recesión a la que nos vemos abocados en casi todos los países, mejorando nuestra estructura económica para convertirla en más resistente ante las siguientes crisis que seguro que vendrán”, ha asegurado el presidente.

Para ello, “es necesario recuperar una economía sana que genere recursos para mantener la sociedad del bienestar, que pueda mantener y mejorar mediante recursos suficientes el sistema de salud, el empleo y las condiciones de vida de los sectores más vulnerables”, afirma.

Con este objetivo, ha considerado fundamental apoyar al sector de las exportaciones, “que ante la debilidad de la demanda interna nos volverá a sacar de la crisis gracias a su competitividad, que no debemos menoscabar con excesiva o inadecuada regulación”. 

Pioneros en la lucha contra el cambio climático

El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha repasado durante su intervención el entorno macroeconómico, el desempeño de la compañía en el año 2019, el plan de resiliencia para 2020 y las perspectivas estratégicas de futuro, con el objetivo de ser compañía cero emisiones netas en 2050 como piedra angular. 

El pasado año fue muy relevante para la compañía, “en el que hemos avanzado en la diversificación de nuestras actividades y en nuestro compromiso con la transición energética, siendo pioneros en el sector tras fijarnos la meta de cero emisiones netas en 2050”, ha explicado Imaz. Por otro lado, ha asegurado que la compañía reducirá durante 2020 su Indicador de Intensidad de Carbono un 3%, respecto a la base de 2016, disminuirá las emisiones de CO2 en todos los negocios y aumentará significativamente la capacidad de generación renovable. 

Imaz ha resaltado la incidencia que la crisis sanitaria está teniendo en el entorno económico, con el mercado de hidrocarburos “en una situación de exceso de oferta no vista en décadas y que lastra consigo los precios del petróleo”. Todo ello, después de un 2019 con una dinámica suficientemente retadora que se ha visto superada de forma imprevisible en el primer trimestre de este ejercicio, con precios que en los últimos días de marzo estuvieron por debajo de los 23 dólares por barril de Brent.

Para hacer frente a estas circunstancias, Repsol adoptó un Plan de Resiliencia para 2020 que contempla la puesta en marcha de iniciativas que supondrán reducciones añadidas de más de 350 millones de euros en los gastos operativos y de más de 1.000 millones en las inversiones, así como optimizaciones del capital circulante próximas a 800 millones de euros respecto de las métricas inicialmente presupuestadas.

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Plan de Resiliencia 2020

El Consejero Delegado ha explicado que el Plan de Resiliencia “nos permite mantener dos compromisos: la remuneración a los accionistas, y la meta de ser una compañía cero emisiones netas en el año 2050”. La compañía seguirá avanzando en el camino de la transición energética, como proveedor multienergía hacia un modelo de bajas emisiones y “el primer paso lo daremos este mismo año, cumpliendo nuestro objetivo de reducir un 3% el Indicador de Intensidad de Carbono”, ha resaltado. 

En cuanto al dividendo, los accionistas han aprobado una remuneración de 0,55 euros por acción, en sustitución de lo que sería el tradicional dividendo complementario, que está previso que se abone el próximo mes de julio bajo la fórmula de scrip dividend. Con esta cantidad, Repsol cumple, a pesar del contexto adverso, con el compromiso de retribución durante el año 2020 asumido en el Plan Estratégico vigente.

Además, la Junta General también ha autorizado el mantenimiento durante el año 2020 de la reducción de capital mediante amortización de acciones propias, dirigida a compensar el efecto dilutivo de la fórmula de scrip dividend.