Amazon se ha convertido en el gigante del comercio electrónico a nivel mundial en los últimos años. La compañía liderada por Jeff Bezos cuenta ya con multitud de centros logísticos y almacenes a lo largo y ancho del planeta que llevan días funcionando a tope para preparse para este viernes 24 de noviembre, conocido como Black Friday en todo el mundo. Este viernes arranca la temporada de compras navideñas por excelencia, tras celebrarse el Día de Acción de Gracias este jueves en Estados Unidos, con uno de los días claves para el comercio online internacional. Son muchos los establecimientos tradicionales que se suman ya a la campaña de descuentos y rebajas -frente a muchos otros que todavía tienen reticencias por cuestiones de sostenibilidad o rentabilidad- pero el verdadero ganador del Black Friday sigue siendo Amazon como líder de las compras por Internet. 

Atrás quedan los días en los que comprabas cada producto en un establecimiento diferente para luego llevártelo a casa. El gigante creado por Jeff Bezos permite comprar todo tipo de cosas -incluidos productos frescos- y que los recibas en tu casa en el mismo día o, incluso, solo unas horas después. Para ello la compañía mantiene una tónica de trabajo perfectamente organizada con varios pasos decisivos para que todo funcione como la maquinaria de un reloj en sus almacenes y centros logísticos. 

La compañía abre, desde hace meses, algunos de sus almacenes y centros de distribución al público para mostrar cómo funcionan por dentro. ElPlural.com ha podido visitar este año MAD7, el centro logístico de Amazon situado en Illescas, provincia de Toledo, pero muy cerca de Madrid, para conocer de primera mano el camino que recorren los paquetes de Amazon desde que el cliente pide algo en su web hasta que sale de camino a su casa, especialmente en jornadas con un amplio volumen de compras como el Black Friday.

Exterior de MAD7

¿Por qué MAD7?

La primera duda al llegar al almacén, situado en el polígono industrial Plataforma Central Iberum de Illescas, es el porqué del nombre del centro. ¿Por qué MAD7? “MAD por Madrid, el aeropuerto más cercano al centro, y 7 porque es el séptimo centro de la compañía en la zona”, nos explican los responsables. No obstante, la cultura toledana está más que presente en el propio logo del centro, diseñado por los trabajadores del almacén, y con una imagen de “Toledo, la ciudad de las tres culturas”, plasmada en la entrada del almacén.

Logo de MAD7 en la entrada

El centro, inaugurado hace ya dos años, en septiembre de 2021, cuenta con 1.500 trabajadores en total -la mayoría de ellos de la zona- de los que 200 se dedican a empaquetar los pedidos. ¿Qué hacen los demás? Múltiples funciones, desde recibir los pedidos y buscar los artículos en el almacén -con la ayuda de 3.000 robots perfectamente integrados- hasta labores de limpieza, mantenimiento o learning y entrenamiento. Amazon emplea a diferentes perfiles en sus centros de distribución, desde jóvenes becados hasta trabajadores mayores de 50 años con una amplia experiencia en almacenes.

Integración robots-humano: el hombre siempre por encima

Y es que MAD7 funciona como un almacén tradicional salvo por la integración perfecta de la robótica para automatizar y facilitar el trabajo diario, siempre con la seguridad de que el trabajador está por encima de los robots. “El humano siempre por encima del robot”, explica Carmen Veuthey, responsable de operaciones del centro logístico MAD7 a lo largo de la visita al centro situado en Illescas. Algo que podemos comprobar a la hora de ver a un empleado bloquear a un robot estantería que recorre un trayecto perfectamente estudiado en el almacén, y plasmado en los dispositivos electrónicos de control, para llevar al picker -el trabajador que comienza a preparar el pedido en la jerga de Amazon- el artículo necesario.

Pickers por un lado y por el otro conviven en un espacio de 190.000 metros cuadrados distribuidos en cuatro plantas, donde la primera sirve de recepción y salida del producto y las otras tres están plagadas de estanterías robotizadas, con 19 millones de productos en inventario. Una pequeña ciudad con sus calles nombradas como las ciudades más próximas según su orientación (Toledo al sur o Madrid al norte). Así, mientras uno desbloquea su puesto para meter los artículos en el gran almacén en el que viven las estanterías robóticas -con el característico color amarillo de Amazon- otro trabajador está sacándolo en la calle contraria para comenzar con uno de los miles de pedidos que salen al día del centro de Illescas. Pedidos que se multiplican estos días por la mayor demanda de productos aprovechando los descuentos del Black Friday.

En el centro logístico de Illescas conviven a la perfección los 1.500 empleados en sus puestos de trabajo, con turnos para mantener la producción 24/7 salvo excepciones, con los 3.000 robots que despliegan las labores más tecnológicas y repetitivas en MAD7. Es decir, un empleado por dos robots aportan lo mejor de ambos mundos para que el pedido de Amazon llegue a tu casa en perfectas condiciones. "Se aboga por que la tecnología facilite el trabajo de nuestros empleados. Si te puedo hacer la vida más fácil te la voy a hacer", explica la responsable de operaciones de MAD7. 

“El caos ordenado de Amazon”, un modelo que muchos querríamos en casa

El centro cuenta con 54.000 estanterías robotizadas, 18.000 por planta, que funcionan según “el caos ordenado de Amazon”. Una tendencia de colocación por la que el robot (a través de una luz) busca el mejor hueco de la estantería para dejar el producto. Una norma basada en no repetir el mismo producto en el mismo hueco y, si es posible, tampoco en dos consiguientes. Un ejemplo: el juego de lápices de Carioca estará solo en un hueco y no en tres seguidos para facilitar el trabajo visual del picker al recoger dicho artículo, nos explican los responsables. 

Una trabajadora de Amazon saca un artículo del almacén

Una vez sacados los artículos del almacén, el trabajador -desde su puesto desbloqueado con una clave personal- lo mueve por un circuito, un tobogán gigante que une las cuatro plantas del centro de distribución, y por el que caen las cajas negras, para que el último eslabón de la cadena termine con el proceso en la planta baja. Así, el último trabajador es quien empaca el pedido en base a las condiciones solicitadas por el cliente. Este puede empaquetar el pedido solo con un envase (una de las medidas clave de la sostenibilidad de Amazon) o puede añadir otro embalaje en el caso que el cliente así lo haya pedido.

Detalle del tobogán en el almacén de Amazon

Más placas y menos cartón, la sostenibilidad en el centro

Una reducción de materiales que está presente en casi todos los pasos del proceso y que termina materializado de manera más clara a la hora de transportar los productos. Una de las últimas novedades incluidas en los centros de distribución de Amazon es utilizar estanterías móviles propias de la compañía, similares a carritos de metal que sirven para transportar sus productos hasta los centros de distribución intermediarios, y no las cajas de cartón que no pueden ser reutilizadas en el almacén. Que Amazon recicla todos sus productos sí, pero no todos pueden ser reutilizados de nuevo.

Además de la concienciación y sensibilización con el reciclaje y la sostenibilidad en sus centros, el gigante del e-commerce ha apostado también por las energías renovables para sus edificios. El de Illescas cuenta con una instalación de placas fotovoltaicas en el techo desde febrero de 2022, que permiten abastecer en su totalidad el trabajo del centro en días soleados, con la producción de hasta 5 megavatios limpios que se reutilizan en el mismo centro. 

Detalle de las placas fotovoltaicas de MAD7

Sin embargo, este no es el techo más aprovechado de todos los centros de Amazon en España. Por ejemplo, el de Sevilla -explican los responsables de la compañía- ha utilizado el propio techo del aparcamiento de su centro para la instalación de placas solares. Una doble función de la que se benefician tanto empleados como empresa (y también el medio ambiente): sombra para los coches, especialmente importante en una ciudad como la capital andaluza, y energía gratis para Amazon gracias al autoconsumo. 

Empleo: múltiples perfiles y programas de formación

Amazon emplea a alrededor de 1.500 trabajadores en su centro de distribución de Illescas, una cifra que se repite en términos generales en el resto de almacenes que tiene la compañía en el territorio nacional. Además, cuenta con el Programa Career Choice para mejorar la formación y las competencias de los empleados, ya sea para seguir trabajando en el gigante del e-commerce o para poner en práctica sus competencias en un nuevo lugar de trabajo. 

El programa de becas de Amazon, en colaboración con las universidades y centros educativos más cercanos, ofrece también un primer empleo para jóvenes formados en nuevas tecnologías y profesiones que hace unos años no imaginaríamos. Es el caso de Valeria Fernández, técnica de mantenimiento en MAD7 y, desde hace unos meses, la responsable de bloquear los robots estanterías dentro del almacén cuando hay algún problema o cuando el proceso requiere de la intervención humana. Una vez más, el hombre -en este caso la mujer- por encima del robot.