El grupo textil Adolfo Domínguez ha anunciado que activará un nuevo Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que afectará al 84% de su plantilla, es decir, a 896 trabajadores. La compañía ha asegurado que toma esta medida en el marco de la apertura “gradual y escalonada” de sus establecimientos, para ir incorporando a sus empleados de forma paulatina según se vaya recuperando la actividad en cada territorio.

Así, el nuevo ERTE se aplicará entre el 1 de julio de 2020 y el 30 de junio de 2021, con un año de duración y con carácter preventivo. El ERTE por fuerza mayor presentado por la compañía cumplirá su vigencia el próximo 30 de junio de 2020 y pasará a convertirse en este nuevo ERTE preventivo.

La compañía justifica la decisión por la bajada del consumo como consecuencia de la crisis del coronavirus y del impacto de las medidas de restricción en el sector textil. Según fuentes de la compañía, el plan se ha acometido de forma "responsable, ordenada y de conformidad con lo previsto en la normativa laboral".

Con esta medida, Adolfo Domínguez prevé regular la situación de parte de sus trabajadores hasta junio de 2021 para ir reincorporando a la plantilla de forma “gradual y acompasada”. De hecho, la marca mantiene abiertas solo 64 de sus 391 tiendas de todo el mundo, en concreto en España, Portugal, Francia, Japón, China, Chile, Costa Rica y Australia.

En el caso de España, incluye la reapertura de sus tiendas a pie de calle, los espacios en centros comerciales y los espacios de El Corte Inglés.

CCOO no ha firmado el acuerdo

"Reactivamos paulatinamente nuestra actividad en tiendas y servicios centrales para ir dando respuesta a la nueva realidad económica y de consumo generada tras las crisis del coronavirus. Cada reapertura nos permite ir reincorporando paso a paso a más profesionales a su actividad habitual", ha explicado el director general de la compañía, Antonio Puente.

Por su parte, CCOO se ha mostrado en contra del ERTE de la compañía y no ha firmado el acuerdo con la dirección de la empresa por tratarse de una decisión “precipitada, sin tener claro cómo se desarrollarían las fases de la desescalada en las diferentes comunidades autónomas o provincias”.

Además, aseguran sentirse preocupados por cómo se van a cumplir las medidas preventivas con menor personal en la tienda ya que “una única persona tendría que desempeñar diferentes funciones habituales”, el hecho de implantar turnos partidos que facilitaría la contaminación cruzada y otras medidas de higiene.

También critican que el ERTE no sea rotativo, “dejando desprotegida durante toda su duración a las contrataciones de tiempo parcial que tan solo cobrarían una prestación del 70% de la base de cotización” y que el personal de limpieza sea el último en salir del ERTE, en un momento en el que debe prevalecer la limpieza y desinfección.