Escribano Mechanical and Engineering (EM&E), la empresa de la familia Escribano que ahora dirige Javier, ha intensificado en los últimos meses su actividad de lobby en las principales instituciones comunitarias. Tanto en la Comisión Europea, como ya adelantó este diario, con una reunión a finales de enero con Anne Fort, miembro del gabinete del comisario de Defensa Andrius Kubilius, pero también con destacados eurodiputados españoles del PSOE, PP y Vox.

En plena estrategia de rearme de la Unión Europea, los Escribano quieren presentarse como una referencia del sector de la defensa español y, también, influir en la evaluación del Fondo Europeo de Defensa, del que piden aumentar su dotación presupuestaria.  

Las agendas de los eurodiputados, que en Bruselas arrojan más transparencia que en el Congreso de los Diputados, recogen varias reuniones del grupo Escribano con parlamentarios españoles de la Comisión de Seguridad y Defensa de la Eurocámara.

En orden cronológico, la primera de ellas se registra el pasado 4 de diciembre, un mes antes de su encuentro con el gabinete de Kubilius. Se trata de una reunión en Bruselas con Jorge Buxadé, que encabeza la delegación de Vox en Europa y es vicepresidente del grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos.

La actividad de asuntos públicos y lobby de Escribano continúa el 30 de enero, nueve días después del contacto con la Comisión, con otra reunión con el eurodiputado socialista Javi López, uno de los 14 vicepresidentes del Parlamento Europeo. El encuentro se produce dentro de una ronda de contactos del socialista con varias empresas del sector los días 30 y 31 de enero. Entre ellas, las empresas DuPont y Safer World Group.

La primera es una multinacional estadounidense fabricante de Kevlar, la fibra sintética resistente al calor y a los impactos que se utiliza en chalecos antibalas, cascos de combate y blindaje de vehículos, y que también es suministradora de materiales compuestos para aeronavaes militares, misiles y vehículos no tripulados. Safer World Group, por su parte, es un consorcio internacional de empresas que ofrecen soluciones técnicas y de gestión en los sectores de defensa y la seguridad.

Escribano ha mantenido dos encuentros con representantes del PSOE en Bruselas. El 25 de marzo se cita en la capital comunitaria con José Cepeda, eurodiputado suplente de la Comisión de Defensa que también ha mantenido encuentros con Navantia.

Y el último contacto registrado de Escribano con representantes españoles en el Parlamento Europeo se anota el pasado 26 de marzo, en un encuentro con el popular Nicolás Pascual de la Porte. Este eurodiputado y diplomático español es el coordinador de la política de seguridad y defensa del Partido Popular Europeo, principal grupo político de la Eurocámara.

De la mano de un ex de la OTAN

Como explicó este diario, la empresa familiar de los Escribano está representada en las instituciones europeas por Gabriel Coloma, director de la oficina en Bruselas de EM&E Group, y Juan Antonio Martínez-Esparza, ex de la OTAN y antiguo miembro del Estado Mayor de la Defensa. Martínez-Esparza asesora desde 2023 a la empresa española. Escribano también tiene acreditados ante el Parlamento europeo a Carolina de Amuriza, experta en temas jurídicos de la Unión Europea; y María Aránzazu Cubillo Revuelta.

En febrero de 2024, EM&E inauguró una oficina en el Barrio Europeo de Bruselas, con el objetivo de fortalecer su interlocución con instituciones clave como la Comisión Europea, el Parlamento Europeo, la Agencia Europea de Defensa y la OTAN. Esta sede también sirve como punto de enlace con la Representación Permanente de España ante la UE y la OTAN, y busca estrechar lazos con otras empresas y asociaciones industriales europeas.

Aumentar el presupuesto del Fondo de Defensa

Escribano participa en programas europeos como EU HYDEF y FAMOUS 2, financiados por el Fondo Europeo de Defensa. El pasado 21 de febrero, la empresa española remitió a la Comisión Europea su propio posicionamiento sobre este Fondo con una evaluación y propuestas de mejora. Entre ellas, una petición explícita para aumentar su dotación presupuestaria.

“Aunque el aumento del presupuesto del EDF es una demanda común en la industria, hoy es más urgente que nunca”, explican “a la luz de las lecciones aprendidas con la guerra en Ucrania y su impacto en la Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD)”.

Por ello, Escribano recomienda a la Comisión “lograr un aumento sustancial del presupuesto del EDF en el próximo MFP” y “en caso de transferencias presupuestarias desde el EDF hacia otras iniciativas (como ASAP), reponer esos fondos para no reducir las actividades financiables en futuros programas anuales”.

Continuidad y propiedad intelectual

En la parte del documento que dedican al camino que debe seguir la UE, los Escribano consideran “imprescindible” que la Comisión y el departamento de Kubilius “adopte una posición clara respecto a si se financiarán varias tecnologías simultáneamente para posteriormente seleccionar una, o si se optará por financiar solo una desde el principio”.

También, solicitan claridad sobre cómo se garantizará la continuidad de los proyectos. “Asignar la continuación de un proyecto a un consorcio distinto al que desarrolló su primera fase puede generar incertidumbre y pérdida del espíritu original del EDF. Esto afecta tanto a la industria y demás entidades participantes como a los Ministerios de Defensa”, explican. Por ello, “es fundamental que tanto la industria como los Estados miembros conozcan las reglas del juego, evitando incertidumbre y falta de interés. Es decir, debe haber seguridad jurídica absoluta, así como directrices y posiciones claras”.

El paper también aborda la cuestión de los derechos de propiedad intelectual y deberes de exportación. “Se necesita una hoja de ruta que prevea cómo se gestionarán todos los aspectos relacionados con los resultados de estos proyectos. En particular, prever la gestión de los Derechos de Propiedad Intelectual, teniendo en cuenta la casuística y posibles problemas asociados a las particularidades de los Acuerdos de Consorcio y Subvención. Y establecer las normas que regirán las exportaciones derivadas de proyectos exitosos. Una orientación clara aportará seguridad jurídica y fomentará buenas prácticas”, alegan.

Recomienda, por último, crear un grupo de trabajo en el seno de la Comisión Europea para supervisar y analizar estos desafíos, anticiparse a los problemas y establecer procedimientos. “Este grupo debería incluir consultas con la industria, para que pueda trasladar problemas potenciales”.