La banca española tiene un déficit de capital de 59.300 millones en el peor de los escenarios previstos, aunque si se valoran los procesos de fusión en marcha y el tratamiento fiscal de las minusvalías las cifras descienden hasta los 53.745 millones de euros.

Las siete entidades con problemas
Estas cifras suponen reducir la horquilla adelantada por la consultora en junio –apuntó que serían entre 51.000 y 62.000 millones- por lo que el principal interés del informe era conocer las necesidades específicas de capital de cada entidad: Bankia necesita 24.743 millones de euros en el escenario más adverso, seguido de CatalunyaCaixa con 10.825 millones, NCG Banco con 7.176 millones, y el Banco de Valencia con 3.462 millones de euros. El resto de entidades necesitadas de capital, según el ejercicio de la consultora, son el Banco Popular, con 3.223 millones, BMN con 2.208 y la entidad resultante de la fusión de Ibercaja, Caja3 y Liberbank, con 2.108 millones de euros.

Un 60% del sector ‘sobrado’ de capital
En cuanto a las entidades más solventes, Santander es la entidad con un mayor exceso de capital en términos absolutos (25.297 millones), seguido por BBVA (11.183 millones), Caixabank (5.270 millones), Kutxabank (2.188 millones), Banco Sabadell (915 millones), Bankinter (399) millones y Unicaja+CEISS (128 millones).

Criterios "rigurosos" de deterioro
Como en la versión preliminar, el informe ha sido presentado por Fernando Jiménez Latorre, secretario de Estado de Economía, y por Fernando Restoy, subgobernador del banco de España, que han insistido en la rigurosidad empleada –el peor de los escenarios contempla que la recesión se prolongue hasta 2014 con el paro superando el 27% y con una caída del precio de la vivienda en los próximos tres años del 26,5%, o hasta el 72 % en el valor del suelo-. Esos factores son claves a la hora de evaluar el potencial deterioro de los activos inmobiliarios que poseen los bancos. También han subrayado que los criterios de impago utilizados hasta triplicaban los que se dan habitualmente.

Estiman en 40.000 millones la petición a Bruselas
Latorre ha insistido en que “las necesidades de capital se concentran en un número reducido de entidades” y cree que hasta un “tercio” podría ser cubierta por el sector privado, por lo que lo que habría que pedir a Europa estaría al final “en torno a 40.000 millones”. Asimismo ha expresado su deseo de que la acogida de los mercados de este informe “sea positiva” ya que “el ejercicio ha sido muy severo, conservador y transparente” y “debería disipar todas las dudas sobre el sistema”, así como aportar tranquilidad y garantías para los depositantes. Restoy apuntó que con la recapitalización se culminará la reestructuración del sector y se restaurará el crédito, aunque el tiempo estimado para completar ese proceso no se pueda determinar. Subrayaron que en ningún caso el dinero 'sobrante' de esos 100.000 millones del fondo para la banca podrían solicitarse para otras cuestiones.

La clave del banco malo: precio de transferencia a precio de mercado actual
Cuando el secretario de Estado ha anunciado un “precio de venta conservador” y “un criterio de mercado” para los activos inmobiliarios devaluados de los bancos que irán a parar al banco malo, Restoy ha aclarado que la idea es “que la transferencia de los activos” genere “expectativa de revalorización”, por lo que “se aproximará al valor de mercado en las condiciones actuales”. Este punto es crucial, ya que será el Estado con dinero público el que absorberá esos activos devaluados y el Gobierno ha insistido en que no tendrá coste para el contribuyente, de ahí la importancia del precio que se ponga ahora. Con sus rodeos, el subgobernador del Banco de España se ha comprometido a que el Estado no comprará los activos inmobiliarios por encima del precio de mercado actual, donde el ladrillo y el suelo se han depreciado pero no todo lo que los expertos advierten que caerán.