El culebrón que relata las peripecias del comisario retirado José Manuel Villarejo no cesa. El Confidencial desvela que representantes del BBVA, con el conocimiento del presidente Francisco González, contrató los servicios de Villarejo en el año 2004 con el objetivo de obtener información y frustrar el asalto de Sacyr a la entidad. El fin era que el Banco de España no apoyara la maniobra.

Villarejo se centró en investigar el denominado Grupo Hostil (GH), conformado por los promotores del asalto: el entonces presidente de la constructora, Luis del Rivero; su accionista y consejero Juan Abelló, y el jefe de la Oficina Económica de José Luis Rodríguez Zapatero, Miguel Sebastián. 

La estrategia del comisario paraba por obtener información sobre ellos y divulgarlos en diferentes medios de comunicación con el objetivo de desprestigiar la maniobra. Según el citado medio, en sus investigaciones se refería a Del Rivero como “Río”, a Abelló como “Ave” y a Sebastián como “Miky”.

Asimismo, Villarejo también rastreó a las personas cercanas al GH.

El bogado Rafael Redondo, hombre de confianza de Villarejo e investigado en la Operación Tándem, fue el representante legal en el acuerdo con la entidad financiera.

Las investigaciones del comisario se centraron e Abelló, Del Rivero y Miguel Sebastián, pero no fueron los únicos. También estaban en la diana Jesús María Caínzos, vicepresidente de la entidad que dimitió en 2003; y Matías Cortés, entonces abogado de Prisa y defensor de Sacyr.

Según la citada información, Francisco González (FG) estaba al corriente del encargo, así como del progreso.