El pasado 13 de febrero se conocieron los datos anuales de accidentalidad laboral correspondientes al curso 2022. La estadística provisional publicada por el Ministerio de Trabajo desprendía unas cifras negativas, con un aumento de las muertes del 17,2%, pasando de los 705 fallecimientos durante el desarrollo de la jornada laboral en 2021 a los 826 del pasado año. También aumentaron un 10,4% los accidentes que conllevaron baja, hasta los 631.724 (552.173 en el centro de trabajo y 79.551 in itinere). Con este pretexto, este jueves Yolanda Díaz, vicepresidenta y ministra de Trabajo y Economía Social, ha presentado, en comunión con los agentes sociales, tanto sindicatos como patronales, la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2023-2027.

Un texto que ha necesitado 17 meses de reuniones para que se alcanzase un acuerdo, pero que, finalmente, ha llegado con un acuerdo tripartito. Los máximos mandatarios de los agentes sociales han acompañado a la ministra, dejando claro su compromiso para combatir la lacra de la accidentalidad laboral. Así, el acuerdo recoge las firmas de los secretarios generales de las organizaciones sindicales CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez respectivamente, así como la del presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi y el presidente de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), Gerardo Cuerva.

Principales puntos del acuerdo

Prevención y colaboración, con un especial énfasis en la salud mental, son las líneas principales de la estrategia. Para garantizar estas premisas, Díaz ha anunciado la apertura de una nueva mesa de diálogo social para actualizar el marco normativo de la Ley de Prevención de Riesgos laborales a fin de mejorar la integración de la actividad preventiva de las empresas, la introducción de la perspectiva de género en la gestión de la prevención de riesgos y el reforzamiento de la protección de las personas trabajadoras frente a los riesgos psicosociales. “Es una expresión de la importancia de nuestros objetivos, que estarán avalados por el Diálogo Social”, ha resaltado Díaz. Con la pretensión de mejorar las condiciones de seguridad y salud en el trabajo e intentar anticiparse y gestionar las posibles amenazas y riesgos, se han establecido seis puntos:

  • Mejorar la prevención de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales
  • Gestionar los cambios derivados de las nuevas formas de organización del trabajo, la evolución demográfica y el cambio climático
  • Mejorar la gestión de la seguridad y la salud en las PYMES
  • Reforzar la protección de las personas trabajadoras en situación de mayor vulnerabilidad
  • Introducir la perspectiva de género
  • Fortalecer el sistema nacional de seguridad y salud

Teniendo en cuenta estos puntos se han diseñado diversas líneas de actuación consensuadas entre los participantes y con la participación del director de Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), Carlos Arranz, y en representación de las Comunidades Autónomas, la consejera de Empleo y Políticas de Empleo del Gobierno de Cantabria, Eugenia Gómez de Diego. Una de las principales líneas definidas es la investigación para detectar las causas de los accidentes mortales sin patologías traumáticas, que suponen el 40%. Para ello, se elaborarán guías para informar sobre los estilos de vida, factores biomédicos y estresores laborales que incrementen el riesgo cardiovascular y sus estrategias de prevención.

Por otro lado, se depositará el foco en las actividades profesionales que acumulan el mayor porcentaje de accidentes de trabajo, como es el caso de la industria manufacturera (88.870), la construcción (71.596) o las actividades sanitarias (69748), según los datos de 2022 publicados por el propio ministerio. El objetivo es intensificar campañas de asistencia técnica y de vigilancia y control del cumplimiento de la normativa de forma coordinada con la Inspección de Trabajo y Seguridad Social y las administraciones públicas en estos sectores más golpeados.

Otro de los aspectos que la vicepresidenta ha dotado de importancia ha sido la incursión en la Estrategia de Seguridad y Salud en el Trabajo, por primera vez, de la salud mental. Se contemplan planes específicos para la identificación, evaluación y prevención de los riesgos psicosociales en actividades con mayor prevalencia de enfermedades mentales, entre otras actuaciones. Además, para fomentar las relaciones laborales sanas, se reconocerá a las empresas que acrediten buenas prácticas en el manejo de la salud emocional y la prevención de las enfermedades mentales.

“Vamos a hacer entre todas y todos, que nuestros trabajos sean cada día más seguros y saludables, en los que se minimicen plenamente los riesgos y el compromiso con la prevención sea firme e inapelable”, ha zanjado la titular de la cartera de Trabajo, que ha agradecido a todos los contendientes, especialmente al director del INSST, su dedicación para combatir una lacra que cada año afecta a miles de personas y mata a cientos.