Correos debe separar de forma radical su actividad postal de la de paquetería si en el futuro quiere jugar un papel importante como operador logístico en el comercio digital

La actual superposición de infraestructuras y medios en el seno de Correos entre las  actividades estrictamente postales, sufragadas por el Estado, y las de transporte de paquetería, han convertido a Correos en un operador tóxico dentro del sector de transporte urgente relacionado con el e-commerce. En la actualidad se visualizan todo tipo de  evidencias que muestran que Correos está usando los medios que sufraga el Estado para competir en el negocio de paquetería, lo que está generando el efecto perverso de que el dinero público destinado al servicio postal se utiliza en beneficio de destacados operadores de e-commerce como Amazon o Alibaba, con los que Correos ha establecido alianzas comerciales. Esta es la principal conclusión de la actualización del Informe Yellow sobre Políticas Públicas y Entorno Social “Evaluando Correos 2017”,elaborado por el  Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada.

El Informe analiza todo el proceso que ha llevado a cabo Correos en los últimos años para posicionarse en el negocio de paquetería como alternativa a la caída de los envíos postales y constata el nulo avance en la creación de una estructura corporativa que separe de forma rotunda y radical la actividad postal de la de paquetería, que se ha planteado tanto desde la Comisión Europea, como desde la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia o la propia patronal del sector de paquetería. Es evidente, señala el Informe que Correos tiene una estructura sobredimensionada para una actividad postal en constante regresión y que debe buscar nuevos nichos de negocio y que la paquetería es una buena opción; pero es inaceptable que se mantenga la actual interconexión entre las infraestructuras y medios dedicados al servicio postal y las destinadas al negocio de paquetería.

Queda claro, señala el Informe, que la actividad postal va a ser residual en Correos en el futuro, algo lógico e irrefrenable, y que el futuro es la paquetería. En este sentido, el Instituto Coordenadas destaca las recientes declaraciones del presidente de Correos Javier Cuesta en las que desvelaba planes de futuro inmediato en relación a la actividad de Correos ligada a la paquetería y anunciaba planes para alcanzar los 300 millones de envíos en tres años e incrementar la plantilla en 10.000 trabajadores. 

Para que Correos no sea un operador tóxico, con una altísima capacidad de alterar el mercado y la libre competencia por ese uso difuso de medios públicos para negocios privados, es imprescindible la segregación radical de ambas actividades, reitera el Informe del Instituto. Una segregación que debe separar de forma contundente y radical los medios, infraestructuras, personal y recursos financieros que se destinan al servicio postal y los que van al negocio de paquetería. La actual situación, con una filial del grupo Correos dedicada al transporte de paquetería pero que ha sido incapaz de mostrar públicamente un modelo de gestión diferenciado que aleje las sospechas de uso irregular de la subvención pública, es inaceptable, señala el Informe del Instituto Coordenadas. En este sentido, el Vicepresidente Ejecutivo del Instituto, Jesús Sánchez Lambás, ha señalado que “este asunto debe ser asumido de forma urgente por el Gobierno. No puede existir la sospecha de que el dinero destinado a que la correspondencia postal llegue a cualquier rincón del territorio se esté empleando para facilitar acuerdos comerciales que potencian el negocio de las grandes multinacionales del comercios electrónico. Correos necesita una nueva estructura corporativa muy diferente de la actual para competir con limpieza en el negocio logístico del e-commerce”.

Por otra parte, la actualización del Informe Yellow ·Evaluando Correos 2017” elaborado por el Instituto Coordenadas constata el fracaso del modelo económico de la sociedad estatal, incapaz de afianzar una cifra de negocios mínimamente sostenible y una contención de gastos que permitan un equilibrio financiero que asegure su viabilidad. Sin la subvención estatal que financia el Servicio Postal Universal, la cifra de negocio del Grupo Correos se ha reducido desde 2011 en un 15,5% y las pérdidas se han multiplicado por cuatro, desde los 51 millones de déficit registrados ese año a los 227 millones de números rojos que ha tenido en 2016. La contención de gastos, que experimentó una mejoría entre 2011 y 2012, mantienen una deriva errática por la falta de planes eficientes de control de la gestión y no baja de los 2.000 millones de euros, lo que imposibilita cualquier plan de gestión sostenible según el análisis del Instituto Coordenadas.

El informe de evaluación de la situación de Correos constata el declive de la actividad postal de la compañía, que mantiene su estructura mastodóntica  a pesar de su menor carga de trabajo. Mientras en 2011 el número de envíos postales superaba los cuatro millones, en 2015 estos se redujeron a 2,9 y el año pasado volvieron a caer hasta los 2,7 millones de envíos postales. En 2011 cada empleado de Correos manejaba 69 envíos mientras que en 2016 la cifra era de 55. Desde 2011 el número de envíos postales ha caído un 32%; los envíos por empleado se han reducido en un 19% y, durante todo ese periodo de tiempo, la plantilla de Correos se ha reducido solo en un 16%. La estructura de Correos sigue sobredimensionada para su nivel de actividad y todos los experimentos puestos en marcha para buscar nuevos nichos de negocio no han dado resultados visibles, según el análisis del Instituto Coordenadas.

Otro dato que muestra la ineficiencia de gestión de Correos lo delata el hecho de que en un periodo de tiempo claramente deflacionista, la cifra de ingresos por envío medio se ha incrementado desde 2011 en un 33%. Correos factura más por cada envío realizado pero no consigue incrementar el número de envíos y fracasa en cualquier intento de contención de gastos, lo que refleja un panorama financiero muy negativo, según el análisis del Instituto.

El Informe repasa además los planes de impulso del negocio desarrollados por la sociedad estatal desde 2012, sobre todo el conocido como Plan de Acción 100-300-1500; una estrategia para cambiar la compañía en un plazo de cuatro años. Hasta el momento actual, señala el informe del Instituto, no hay elementos de juicio para poder verificar la eficiencia de las medidas puestas en marcha por Correos. Algunas de las iniciativas comerciales más visibles de Correos en este tiempo, como Homepack, Citipack o los nuevos modelos de oficinas al público, siguen sin tener un modelo de evaluación constatable. No se sabe lo que han costado ni qué eficiencia tienen.

Ante la falta de transparencia sobre los resultados del anterior plan de acción de Correos, el Instituto Coordenadas muestra su preocupación por la repetición de esta misma situación con el nuevo plan de acción que Correos prepara para el periodo de 2017 a 2021. Sobre todo en lo concerniente a las actuaciones previstas en la filial Correos Express, sobre la que se concentran las sospechas de competencia desleal por usar recursos públicos destinados exclusivamente a la actividad postal. Correos planea inversiones para incrementar su operativa en el manejo de paquetería y proyecta nuevas acciones en comercio digital en China, que serán analizadas en próximas versiones del Informe Yellow “Evaluando Correos” del Instituto Coordenadas.