El consumo de cigarrillos de contrabando alcanzó en 2024 su nivel más alto desde 2015 en la Unión Europea, según el estudio 'Lucha contra el comercio ilícito: esencial para lograr un futuro sin tabado', elaborado por la consultora KPMG para Philip Morris International. En total, se consumieron 38.900 millones de cigarrillos ilegales, lo que representa un 9,2 % del total de cigarrillos consumidos en el bloque comunitario. Este consumo de cigarrillos ilícitos genera pérdidas fiscales por valor de 14.900 millones en la Unión Europea por impuestos no recaudados, además de suponer un peligro para la salud pública.

Philip Morris asegura que este problema se ve agravado por subidas de impuestros abruptas y pronunciadas que benefician a las redes criminales, que suministran productos no regulados, sin pagar impuestos y de menor calidad, incluyendo falsificaciones, a precios más bajos. La multinacional tabaquera insta a una regulación basada en la evidencia científica, una fiscalidad equilibrada y predecible, además de la colaboración público-privada y un mayor apoyo a los organismos policiales para hacer frente a estas organizaciones que han consolidado su presencia en Europa Occidental en los últimos años.

Para Christos Harpantidis, vicepresidente sénior de asuntos externos de PMI, "la disponibilidad de cigarrillos baratos y no regulados en la economía sumergida también dificulta los esfuerzos para reducir el tabaquismo y avanzar hacia un futuro sin humo".

El impacto económico de este mercado paralelo no es menor: las arcas públicas de los países europeos dejaron de ingresar alrededor de 14.900 millones de euros en concepto de impuestos no recaudados. La cifra es equivalente, por ejemplo, al presupuesto anual del programa Erasmus+ o a una parte sustancial del gasto en defensa de varios Estados miembros.

Francia se mantiene como el país más afectado por el comercio ilícito, con 18.700 millones de unidades consumidas de forma ilegal, de las cuales 7.800 millones eran falsificaciones. Las pérdidas fiscales estimadas en el país galo ascienden a 9.400 millones de euros. Países Bajos, con una tasa del 17,9 % de consumo ilícito, ha sufrido un incremento notable de este tipo de consumo, generando un agujero fiscal cercano a los 900 millones. En el Reino Unido, aunque se ha reducido el volumen en comparación con 2023, el consumo ilícito sigue siendo elevado, con 5.900 millones de cigarrillos.

España, por su parte, mantiene cifras similares a las de 2021. En 2024, el consumo de cigarrillos falsificados fue de 1.400 millones, un aumento de 52 millones respecto al año anterior. Esto se tradujo en unas pérdidas fiscales de 263 millones de euros.

Por el contraio, países como Bulgaria, Grecia, Italia y Portugal han logrado avances significativos en la lucha contra el mercado ilícito de cigarrillos. Grecia, por ejemplo, registró una caída de 6,2 puntos porcentuales en el consumo de cigarrillos ilícitos en 2024, hasta el 17,5%, el mayor descenso en una década.