La Operación Hohlmeier atraviesa este miércoles su última jornada y ElPlural.com ha querido conocer cómo se han vivido sus polémicas sesiones desde dentro. Apenas han transcurrido dos días desde que la Comisión de Control Presupuestario del Parlamento Europeo desembarcó en la capital de España, comandada por su presidenta, Monika Hohlmeir; sin embargo, el plan de la eurodiputada alemana del Partido Popular (PP) europeo comenzó a gestarse antes. Desde el diseño de la agenda hasta las conclusiones, que, aun no habiéndose producido todavía, algunos ya se atreven a aventurar, han sido milimétricamente calculadas para atacar el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia español.

Ningún detalle ha sido dejado al azar y así se lo ha revelado a este periódico Isabel García Muñoz, europarlamentaria socialista y miembro de la polémica comisión. Una de las pocas, eso sí, porque, tal y como nos ha confirmado, tan solo cuatro de los participantes son parte de la Comisión, uno de ellos desde hace una semana. El resto de la comitiva de la diputada ultra y salpicada por la corrupción que preside la comisión es una amalgama de eurodiputados españoles que pertenecen a otras comisiones que nada tienen que ver con el cometido encargado a esta visita.

Diseño tramposo de la agenda

“Cuando empezamos a ver la propuesta de agenda, supimos que estaba todo bastante politizado”, suspira García, la única eurodiputada a la que parece preocuparle realmente la ejecución de los fondos europeos (next generation). La visita de la Comisión, igual que la del resto encargadas de otro ámbito, se engloba dentro de las vistas normales de las comisiones del Parlamento Europeo, por lo que, desde un principio, se contaba con la asistencia de los coordinadores de los distintos grupos de la Comisión. Sin embargo, su presencia duró lo que tarda en definirse una agenda, motivo por el que finalmente acabaron descolgándose todos.

“La justificación para invitar a las personas que estarían presentes era que habían criticado el Plan del Gobierno de España”, lamenta la eurodiputada socialista, que finalmente ha visto como esa ha sido la criba de la selección. “Hubo un intento de mejorar la agenda”, continúa, “pero con el calentamiento que ha habido de la Comisión, casualmente, los coordinadores se han caído". No hubo en el momento de la definición del viaje ni en la selección de los que participarían de él ninguna concesión por parte de Hohlmeier a aquellos cuya intención no era única y exclusivamente criticar al Ejecutivo español.

“No hay más que ver el calentamiento y las declaraciones que ha ido dando la presidenta”, señala García, haciendo referencia a las pocas entrevistas, y a medios muy concretos, que Hohlmeier concedió antes de iniciarse la misión. "Iremos a España porque el Gobierno no nos dice dónde están los fondos de recuperación. Espero que al menos nos den una lista de proyectos y la cantidad que se ha invertido en cada uno”, aseguraba Hohlmeier en una entrevista concedida a ABC que completó con una declaración de intenciones en OK Diario: "No hay mucho entusiasmo en el Gobierno español ante nuestra visita".

Encuentro bochornoso con Calviño

El primer encuentro con la Comisión fue, ni más ni menos, con la vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. El ambiente se esperaba tenso, más después de las misivas subidas de tono intercambiadas por la principal responsable del diseño del Plan de Recuperación español y la europarlamentaria alemana. No obstante, ni la vicepresidenta de la Comisión que relata a ElPlural.com el desarrollo del encuentro ni la propia Calviño se imaginaban lo surrealista de algunas preguntas que allí se pronunciaron: “¿Por qué rebaja España el delito de malversación?”, preguntó sin titubear Hohlmeier, en una clara injerencia en la soberanía legislativa española que, además, poco tiene que ver con la gestión de los fondos europeos.

“Se desarrolló con preguntas que nada tienen que ver con el cometido de la Comisión. Nuestro objetivo es venir a ver cómo se está ejecutando el plan y cómo se está controlando y aparecen preguntas que desvirtúan totalmente el objeto de la misión y que ni siquiera son responsabilidad de las ministras”, describe García. “Lo que se busca es un titular”, lamenta, “supongo que es la estrategia de las personas que vienen y no estaban en la Comisión. Se han metido por el ruido político que pueda hacer”, concluye con pesar.

Del Gobierno de Ayuso y otras actitudes incomprensibles

“Una parte del programa era invitar a las Comunidades Autónomas”, señala García, algo normal teniendo en cuenta que son grandes participes en el desarrollo de las inversiones del Plan de Recuperación, más en 2023. “Pero el objetivo era invitar a Madrid y Andalucía para que vinieran a quejarse”, puntualiza. “Luego intentaron mediar incluyendo otras comunidades del PSOE”. No obstante, el protagonismo lo ostentó uno de los críticos habituales, Javier Fernández Lasquetty, consejero de Economía, Hacienda y Empleo de Ayuso. “Vino básicamente a quejarse de que no se había contado con él para el diseño del plan, pero el objetivo de la misión es cómo se ejecuta y cómo se controla, no cómo se diseñó”, explica la eurodiputada.

Esta actitud no fue la asumida por otras autonomías, asegura, que además trasladaron que sí que se contó con ellas. “Madrid lo tenía todo muy preparado para cuestionar al Gobierno, pero no nos dieron datos de ejecución y de lo que estaban haciendo, ni siquiera propuestas de mejora”. En cambio, celebra García, otros consejeros autonómicos hicieron una presentación de lo que están haciendo y “vinieron a sacar pecho por lo que están implementando”, algo que desaprovecharon Madrid y Andalucía. “No sé lo que esperan de quejarse a los eurodiputados de un diseño de un plan que está aprobado por la Comisión Europea”, recuerda.

Exclusión de los sindicatos

Otras de las actitudes vergonzantes de la Comisión fue la exclusión de los sindicatos de las reuniones, situación que se contrapone a la invitación de las organizaciones patronales. La Comisión también tenía agendadas reuniones con los agentes sociales, pero la intención era dejar fuera de ellas a toda organización sindical, situación que desde el PSOE europeo consiguieron evitar a última hora con la inclusión de la división de Industria de UGT. De CCOO, sindicatos con más afiliados del país, ni rastro.

“De los sindicatos conseguimos meter a UGT porque desde el PSOE dijimos que tenían que estar representados. Intentamos meter también a CCOO, pero no lo aceptaron”, detalla García. “Podían haber venido con UGT y no han querido que esté aquí, directamente. La presidenta, del PP europeo y apoyada por el PP español, no ha querido que estuviera CCOO”, sentencia.

Temor a las conclusiones

Sobre la posición que están asumiendo los representantes del Gobierno en las diferentes reuniones, la eurodiputada solo puede apuntar cordialidad. “Nos están dando toda la información y todo el mundo está pudiendo preguntar y acceder a la información”, asegura. Sin embargo, preocupan más las conclusiones que llegarán de esta visita. “Se engloba dentro de un informe de gestión de la Comisión Europea”, por consiguiente, estas podrían suponer un problema para el reparto de fondos a nivel europeo “si la presidenta se empeña en que está funcionando mal el mecanismo en general, no en España”.

En definitivas cuentas, la expedición es el vigilante que vigila a los vigilantes, es decir, a la Comisión Europea. “Nosotros controlamos como ejecuta y fiscaliza los fondos, por tanto, el problema es en la Comisión, no en España”, asegura García, antes de concluir que, sea cual sea la posición que finalmente Hohlmeier decida asumir, “España no tiene que temer nada, pero la Comisión está preocupada”.