Nadia Calviño se ha reunido este lunes con su homólogo portugués, Fernando Medina, en una nueva cumbre bilateral donde se han abordado aspectos de dimensión europea como la reforma del mercado energético, las nuevas reglas fiscales o la respuesta a la política verde de Estados Unidos, que puede suponer una competencia desleal que perjudique a las empresas europeas. Sobre esto último, la vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital ha llamado a alejarse de las “políticas neoproteccionistas” que están desarrollando países como EEUU y ha pedido a Bruselas un respuesta consensuada y unitaria que “no ponga en riesgo el mercado interior europeo”.

Una vez más, los países ibéricos han mostrado unidad frente a otros bloques europeos que defienden un abordaje individualista e insolidario con los Estados cuya fuerza no alcanza para defenderse de las políticas del gigante estadounidense.  “No disponemos de un marco que nos permita competir con EEUU como lo pueden hacer Alemania o Francia”, ha señalado Calviño, haciendo referencia al menor potencial económico de países como España y Portugal, afectados por la deuda y el déficit elevados. Por ello, ha reivindicado una “autonomía estratégica abierta” que permita a los Veintisiete colaborar con otros países, entre los que ha destacado a los latinoamericano, y la definición de “un marco que incentive la inversión verde pública y privada” para fomentar la transición ecológica.

El ministro portugués ha coincidido con cada una de las palabras pronunciadas por la mandataria española, mostrando el alineamiento conjunto de ambos países frente a la Ley de la Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) norteamericana y que este lunes están debatiendo los ministro de Competitividad en Bruselas. Esta norma, aprobada por el Ejecutivo de Biden en agosto del pasado año, contempla subsidios para la transición ecológica de las empresas por valor de unos 400.000 millones dólares y unos parámetros notablemente proteccionistas.

La apuesta del gigante económico busca incentivar la descarbonización de las empresas, con la condición de que estas desarrollen su actividades de producción en suelo estadounidense. Esto deja en una situación de desventaja al viejo continente, que puede ver como sus empresas o aquellas que puede atraer procedentes de otros lugares del mundo deslocalizan su producción con destino Estados Unidos. Por ese motivo, la Comisión Europea debe tomar una decisión con la máxima celeridad posible, lo que resultará complicado al tener que poner de acuerdo el sentir de casi treinta países que no suelen coincidir.

Reforma energética y fiscal

La ministra española ha relatado también que durante la charla mantenida con Medina han abordado lo relativo de la reforma del mercado eléctrico y a las nuevas reglas fiscales que se están debatiendo en el seno de Europa. Además, Calviño ha unido estas variables con la competitividad que preocupara ahora a Bruselas y ha asegurado que otorgar a las empresas un mercado energético competitivo, con unas precios asequibles para la producción y el desarrollo de sus actividades, también es incrementar la competitividad del suelo europeo frente a competidores como EEUU o China.

Tenemos que extender la aplicación de este mecanismo, que nos está permitiendo a España y Portugal tener precios más bajos que los de nuestro entorno”, ha asegurado en relación con la excepción ibérica, “por lo menos hasta que no haya un marco energético común”, ha concluido. En esta línea, ha pedido a los Veintisiete que sigan el ejemplo español y les ha instado a analizar los resultados del mecanismo en la península ibérica y a tomar en consideración la propuesta remitida por España para reformar el mercado.

En materia fiscal, la vicepresidenta ha asegurado que “no podemos demorarnos. No podemos dejar esto de lado. No podemos volver automáticamente a las antiguas normas que aplicábamos antes de la pandemia, porque realmente no las aplicábamos de forma que cumplieran lo que teóricamente pretendían". Además, ha recordado que, durante el segundo semestre del año, la presidencia del Consejo Europeo corresponderá a España, por lo que ha instado a la Comisión a presentar las reglas fiscales antes de que llegue ese momento.

Calviño ha lamentado que, aunque hay unas líneas generales compartidas por casi todos los Estados miembros, cuando se abordan los detalles es "mucho más complicado" conseguir este acuerdo unánime. "Creo que algunos estados miembros muy grandes e importantes ya han expresado su escepticismo en cuanto a algunas de las propuestas", ha señalado la vicepresidenta con acierto, ya que, los países frugales y nórdicos, capitaneados por Países Bajos, han mostrado una posición dura y contraria a los planteamientos de España en las políticas referidas a estos ambitos, desde la fiscal y energética, hasta la respuesta a EEUU.