La carrera por presidir el Banco Europeo de Inversiones (BEI) ha comenzado y cualquier parpadeo puede ocultar un nuevo movimiento. El Gobierno de España eligió a su contendiente, Nadia Calviño, hace tiempo y desde entonces ha trabajado activamente para que su candidatura sea la elegida. Pedro Sánchez quiere a Calviño al frente del mayor prestamista de la Unión Europea (UE), aunque ello signifique perder a su vicepresidenta primera y ministra de Economía. “Nosotros tenemos a Nadia, ellos tienen a nadie”, presumía el presidente durante la campaña electoral, pero eso podría cambiar si la cabeza económica de Sánchez gana el BEI.

La candidata que finalmente sea elegida para presidir el organismo deberá acceder al cargo, a mucho tardar, con la entrada de 2024. Las tareas encomendadas a este puesto son vitales para el desarrollo económico de la Unión y requieren de una entera dedicación, algo que Calviño ya sabe. La todavía vicepresidenta asume que, de ganar la carrera, no podrá seguir siendo vicepresidenta. A su cargo de ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital hace mucho tiempo que ya no hace referencia, aunque sigue desempeñando sus funciones diariamente.

“Yo lo que he hablado con el presidente Sánchez es que me quedo de vicepresidenta primera en el nuevo Gobierno que se conforme hasta que, en su caso, tuviera que tomar las funciones del BEI en enero del año próximo”, ha reconocido Calviño este jueves en una entrevista concedida a RTVE. “Hasta que”, dos palabras que alertan a Sánchez, si no era conocedor ya, de que deberá buscar una nueva vicepresidenta primera, Yolanda Díaz avizor, y una nueva cabeza que encabece el proyecto económico del nuevo Gobierno de coalición. “En este momento estoy muy concentrada en mi función como vicepresidenta primera del Gobierno”, ha aseverado Calviño.

El momento clave de la presidencia española del Consejo de la UE puede dar un espaldarazo a la todavía ministra en sus pretensiones. Desde este jueves y hasta el sábado, 60 países que suman el 14% de la población mundial, 47 ministros y decenas de personalidades de organismos importantes se dan cita en Santiago de Compostela, en el marco la primera reunión de la historia de ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea y Latinoamérica. En este escenario, se mantendrán las primeras conversaciones informales, pero serias, sobre la presidencia del BEI y la ciudad gallega podría decantar la balanza.

¿Delgado por Calviño?

Este miércoles se conocía que la candidata española, Margarita Delgado, para ser la próxima presidenta del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE) había perdido. En su lugar, la alemana Claudia Buch ha recibido el apoyo del Consejo de Gobierno del organismo presidido por Christine Lagarde. Algunas informaciones apuntan a un cambio de cromos entre los Gobiernos español y alemán, consistente en dejar el BCE a la candidata bávara a cambio del apoyo a Calviño en la presidencia del BEI. Esta última niega que esto haya sucedido.

Nosotros siempre apoyamos a todos los candidatos españoles y cuantas más candidaturas es más probable que obtengamos alguna. Hemos apoyado la candidatura para el mecanismo único de supervisión y, por supuesto, la del BEI”, ha sentenciado la vicepresidenta, que ha querido desmentir las informaciones que señalan que se ha dejado caer a Delgado. No obstante, ha recordado que “el proceso todavía está pendiente del Parlamento Europeo”, por lo que no da por perdido el intento de Delgado. “Vamos a ver cuál es la respuesta y la reacción ante esta decisión del consejo de gobierno del BCE”, ha dejado en el aire.

Las aspiraciones de Calviño no son las únicas causas señaladas por las que puede haber fracasado la candidatura española al BCE. En la actualidad, varios altos cargos financieros de la UE están en manos de españoles, aparte de otra de las vicepresidencias del BCE que desempeña Luis de Guindos. José Manuel Campa preside la Autoridad Bancaria Europea (EBA); el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, es presidente del Comité de Basilea; y Fernando Restoy lidera el Instituto de Estabilidad Financiera (FSI) del Banco de Pagos Internacional (BPI).

Más allá de las elucubraciones sobre la decisión del supervisor y las posibles negociaciones a puerta cerrada, la líder económica del Gobierno ha puesto en valor que, por primera vez, tantas caras españolas se postulen para cargos importantes. “España, durante muchos años, estuvo ausente de estos debates europeos y no había candidatos ni apoyo por parte del Gobierno. Desde que llegamos, hemos apoyado siempre estas candidaturas”, ha celebrado.  Aún es pronto para entonar a Julieta Venegas, pues Calviño debe imponerse a una dura competidora, pero en próximas fechas España podría ostentar la presidencia del mayor prestamista de la UE.