La Comisión Europea ha aceptado definitivamente la propuesta de España para frenar el encarecimiento de la energía y ha planteado la posibilidad de diseñar un mecanismo de compras conjuntas de gas, en medio de las subidas de los precios del gas y la electricidad en la mayoría de los Estados miembros.

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Así, se abre a la coordinación de un grupo de Estados miembros para realizar estas compras conjuntas, ante situaciones de perturbación grave del suministro. Esta es una de las peticiones realizadas por España desde el pasado mes de octubre, en las primeras reuniones comunitarias para afrontar los altos precios de la energía a través de una respuesta común.

De hecho, la propuesta se enmarca en el último paquete energético del Gobierno para avanzar en la descarbonización del mercado de gas y contribuir a la transición verde en la Unión Europea, uno de los pilares del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

La idea planteada ahora por Bruselas es que este mecanismo sea voluntario y se ponga en marcha solo “en casos de emergencia”, es decir, en aquellos casos en los que la Comisión Europea observe problemas de suministros. No se vería justificado entonces en el contexto actual, con altos precios, pero sí en caso de que faltara el abastecimiento. Un riesgo de desabastecimiento que ya han rechazado desde el Gobierno nacional.

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En caso de alcanzar esta situación, los Estados miembros tendrían que notificar a Bruselas la operación, que tendría que autorizarla tras verificar que respeta las reglas de competencia y mercado interior.

Asimismo, el paquete energético de Bruselas contempla la creación de reservas de gas conjuntas, pidiendo a los Estados miembros interesados que aporten análisis sobre sus niveles de almacenamiento y posibles riesgos relacionados con el suministro. En este ámbito, tendrán que estudiar posibles contramedidas para corregir estos riesgos, como las obligaciones de almacenamiento mínimo, licitaciones y subastas de gas.