Nadie duda de la arbitrariedad de la medida del Gobierno argentino, anunciada ayer por la presidenta en una puesta en escena populista que ha exacerbado el sentimiento patrio. Hubo hasta manifestaciones en el exterior de la Casa Rosada (sede de la Presidencia argentina) con pancartas como “se acabó la segunda conquista”.

Cristina Fernández de Kirchner es una maestra en el manejo de los sentimientos de los argentinos y su comparecencia, con un retrato de la mítica Eva Perón a sus espaldas,  vuelve a ponerse en la cima de la popularidad. Regresaba de la Cumbre de las Américas que se había celebrado en Colombia y no había conseguido sacar adelante una declaración contra la ocupación inglesa de las Malvinas.

La decisión del gobierno argentino de expropiar la parte española de YPF estaba tomada hace meses. Fue una operación diseñada concienzudamente: primero se hacía caer el precio de las acciones de Repsol-YPF. ¿Cómo?, con mensajes políticos de la propia presidenta afirmando que los recursos del subsuelo argentino pertenecían a los argentinos, y con las decisiones en cadena de los gobernadores de provincia de ir revocando licencias de explotación a la petrolera. Cuando la acción de Repsol-YPF cayó un 40%, había llegado el momento. Por eso Brufau ha denunciado una “campaña de hostigamiento” para expropiar a precio de saldo. Es cierto.

La estrategia de mano dura, fracaso absoluto
También es falso que YPF no haya invertido en Argentina, y es absolutamente cierto que Argentina no tiene ni tecnología ni medios “estatales” para explotar yacimientos. Y es aún más cierto que hay un segundo factor desencadenante, además del político, el descubrimiento del enorme yacimiento de “vaca muerta” que puede convertir a Argentina en autosuficiente.

Cuando se empiezan a revocar licencias de Repsol, Brufau viaja a Argentina, casi se instala en ese país pero,  pero primera señal muy peligrosa, Kirchner se niega a recibirle. Ni siquiera le recibe alguien de medio peso de su gobierno. Peor aún, el mismísimo ministro de Industria, José Manuel Soria, se va a Argentina y la presidenta se niega a recibirle. Y cuando la cosa se pone crítica, el Gobierno español pasa a las amenazas. Resultado, Mariano Rajoy tiene el honor de ser el primer presidente español al que le nacionalizan una empresa en Latinoamérica.

Brufau ha sido muy duro con Gobierno argentino y especialmente con su presidenta. A tenor de los resultados obtenidos hasta ahora con la “mano dura”, ¿es la mejor de las estrategias teniendo en cuenta que ahora deben negociar el precio del 51% de las acciones de YPF expropiadas?.

Repsol reclamará al gobierno argentino unos 8.000 millones de dólares por las acciones expropiadas. También está dispuesta a llevar el asunto a los Tribunales internacionales. Veremos el resultado. De momento Repsol ha caído en picado en bolsa y pierde la mitad de su fortaleza.