Pese a ser uno de los bancos más grandes del mundo, el Santader nunca ocultado su orgullo de pensar en sí mismo como un banco familiar, orientado a la banca comercial y a la relación con los pequeños y medianos clientes, por encima de las grandes operaciones financieras. Y la presidenta del banco, Ana Patricia Botín, ha vuelto a hacer gala de ello en la presentación de resultados del banco. "Tengo muy claro que tenemos que hacer banca de manera responsable", declaró Botín, "nosotros intentamos mejorarnos y ayudar a financiarse a millones de personas cada día, para que saquen adelante sus proyectos de vida".

Pero, a la vez, el banco tradicional quiere acelerar su digitalización. En 2018 invirtieron más de 2.000 millones de euros en modernización y servicios digitales. El reto es que el cliente digital y el cliente presencial puedan ser atendidos en igualdad de condiciones. "Tenemos 32 millones de clientes digitales, que son cifras enormes, más grandes que las de los bancos estadounidenses", indicó la presidenta del Santander, que añadió que han doblado este número. Las aplicaciones móviles han supuesto un mayor incremento de la relación de los clientes con el banco, precisó Botín que, sin embargo, lo ve como una manera de complementar el carácter tradicional del banco: "Una de nuestras grandes fortalezas es combinar la excelencia digital con la presencia física, tenemos oficinas cada vez mejores, donde se atiende a clientes y a no clientes."

Todo ello garantizado con una política de acumulación de capital muy conservadora, donde este año se ha destinado un 11% con el objetivo de alcanzar un 13% en el futuro; con la vista puesta en la solidez y la fiabilidad de la entidad, aunque suponga una remuneración menos espectacular de los accionistas: "Nuestro modelo de capital es más resiliente que el de nuestros competidores, lo que se puede comprobar en los resultados de los stress tests". Declaró Botín, que además pudo presumir de tener "menos volatilidad por acción que nuestros competidores y crecemos en cuanto a los resultados".

José Antonio Álvarez, "un buen soldado"

Con respecto a la marcha atrás acerca de contratar a Andrea Orcel como consejero delegado, Botín no ha querido entrar en detalles de la negociación, dado que muchos están sujetos a confidencialidad, pero ha reiterado que la decisión del consejo de administración fue la correcta, pese a la sorpresa de la repentina marcha atrás: "Cuando cerramos la cifra final, dada la responsabilidad que tenemos hacia nuestros empleados, nuestros accionistas y la sociedad y no la consideramos asumible", reiteró la ejecutiva. Así, ha explicado, José Antonio Álvarez compaginará la vicepresidencia de la entidad con el cargo de consejero delegado y, bromeando, le ha definido como "un buen soldado que va allá donde le toque". Ana Patricia Botín ha querido dejar claro que ella, Álvarez y Rodrigo Echenique (presidente del consejo de Santander España) forman un "gran equipo" y ven el futuro "con optimismo". A pesar de todo, Echenique mantiene su decisión de abandonar su puesto en los próximos meses -su salida estaba prevista para el uno de enero y se aplazó por frenazo con Orcel-, aunque Botín ha dejado claro que quiere "convencerle para que se quede un poco más". No ha dado ninguna pista acerca de quién asumirá sus funciones luego de su marcha. 

Los anuncios de los planes de futuro del banco van a esperar hasta el próximo 3 de abril, cuando el Santander celebre el Investors Day (Día del inversor) en Londres, donde se explicarán a los accionistas las líneas maestras del futuro de la entidad. 

Elecciones, crecimiento y empleo

Interpelada en el turno de preguntas, Ana Patricia Botín no ha querido sumarse a la petición de elecciones anticipadas que sí han realizado otros empresarios, aunque sí que ha querido destacar la importancia de las medidas recogidas en los Presupuestos Generales del Estado (PGE). "Los prepuestos, no son sólo un tema meramente financiero. La política fiscal influye en la prima de riesgo de un país, en cómo ofrecemos nuestros servicios y, sobre todo, en la vida de la gente más humilde y es fundamental que crezcamos de manera sostenible, pero también que seamos competitivos con respecto a otros países". La presidenta del Santander también ha mostrado su deseo de que la recuperación económica empiece a "repartirse un poco más" y de que las buenas cifras de empleo también se traduzcan en empleos dignos. 

Con respecto a medidas fiscales, como la llamada "tasa Google", Botín no se declaró en contra: "Hay que pagar impuestos allá donde se crea el beneficio, es algo que hacemos y que está intentando hacer el Gobierno español y nosotros apoyamos". Aunque con respecto a mayores impuestos para la banca, ha dejado claro que el Santander tiene una fiscalidad del 35% y que vería "absurdo" pagar por pérdidas pasadas o pagar dos veces.