El precio de los carburantes alcanzará el máximo histórico de todas las Semanas Santas desde que existen datos. Las ayudas y bonificaciones del Gobierno que se materializaron en 20 céntimos por litro desde el 1 de abril han servido para bajar los precios temporalmente, aunque no garantizarán que los precios de los carburantes no alcancen sus máximos históricos en los periodos de Semana Santa.

Desde el anuncio de las medidas del Gobierno, los precios de los carburantes han disminuido en media un 11,27%, aunque todavía mantienen niveles nunca antes vistos en España y los mantendrán para el puente de Semana Santa. En el caso del diésel, se mantendrá por encima de la gasolina. La caída del precio habría sido de un 10,34% respecto a la semana pasada, haciendo que el precio del litro sea de 1,657 euros en media en toda España.

Relacionado El precio del diésel alcanza el máximo histórico de la serie temporal y supera a la gasolina

En el caso de la gasolina, su precio habría disminuido un 11,27% respecto a hace 7 días, situándose en los 1,613 euros por litro, según los datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea.

La Dirección General de Tráfico (DGT) prevé que entre el 8 y el 18 de abril se produzcan 14,6 millones de desplazamientos, lo que equivaldría a un 2,10% menos que la última Semana Santa de la que tenemos datos (2019).

¿Cuánto más caro?

El precio medio de la gasolina y el diésel será un 22,2% y un 38,4% más caro que la Semana Santa de 2021, respectivamente. En cuanto a la Semana Santa de 2019, los precios habrían aumentado para cada uno de los carburantes un 22,2% y un 33,9%.

Los consumidores, en media, están gastando 88,71 euros en llenar un depósito de 55 litros. Este dato contrasta con los 72,6 euros que se podía gastar cada español en 2021 y en 2019.

Esta situación se debe al repunte de los precios del barril de Brent y de Texas. El primero de ellos alcanzaba los 131 dólares al inicio de la guerra de Ucrania y este jueves se situaba por encima de los 101 dólares. En el caso del barril de Texas, el precio escalaba hasta los 96,5 dólares. Las subidas y bajadas del precio del barril no se trasladan directamente al precio de los carburantes debido al “efecto cohete” (lo rápido que suben los precios) y al “efecto pluma” (lo que tardan en descender).