El Banco Central Europeo (BCE) ha aprobado una nueva bajada de los tipos de interés y ya son tres consecutivas, después de las en septiembre y octubre. El consejo de gobierno del supervisor único se ha dado cita este jueves y ha decidido reeditar la rebaja de 25 puntos básicos aplicada en las anteriores dos ocasiones y se lleva el precio del dinero hasta el 3%, valor que no se veía desde marzo de 2023, hace 21 meses, en pleno rally de ascensos.
“La decisión de bajar el tipo de interés aplicable a la facilidad de depósito -tipo de interés mediante el que el Consejo de Gobierno guía la orientación de la política monetaria- se basa en su evaluación actualizada de las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria”, ha explicado el supervisor único en la nota de prensa posterior a la reunión. “El proceso de desinflación sigue avanzando”, se han mostrado optimistas desde el organismo liderado por Christine Lagarde.
Esta ha sido la última reunión sobre política monetario que mantendrán los mandatarios este año y no volverán a verse hasta el 31 de enero de 2025. El regalo navideño en forma de decisión continuará tirando hacia abajo del Euríbor, que ya marca valores diarios en diciembre del entorno del 2,4%, después de cerrar noviembre en el 2,51%. Esto, a su vez, es una gran noticia para las hipotecas suscritas a tipo variable o aquellas de nueva constitución, independientemente de la naturaleza, dado que este el principal índice al que suelen suscribirse.
La asunción de esta rebaja, guiada por el control de la inflación y la necesidad de alivio de las grandes economías, se ha recibido con entusiasmo en las economías de la zona euro. Los veinte países que comparten el euro como divisa común continúan haciendo los deberes y, pese a que a cierre de noviembre (último dato disponible) han sufrido un leve repunte que se ha llevado la inflación al 2,3%, se mantienen desde hace un año en torno al 2% exigido como objetivo por el supervisor único, llegando a los niveles más bajo este pasado septiembre (1,7%).
El BCE no va comprometerse de antemano con ninguna senda concreta de tipos
Desde el BCE han expuesto que los expertos del Eurosistema estiman que la inflación general se situará en promedio, en el 2,4 % en 2024, el 2,1 % en 2025, el 1,9 % en 2026 y el 2,1 % en 2027, cuando el régimen ampliado de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea comience a aplicarse. Para la inflación, excluidos la energía y los alimentos, la previsión es que se situé, en promedio, en el 2,9 % en 2024, el 2,3 % en 2025 y el 1,9 % tanto en 2026 como en 2027.
“La mayoría de los indicadores de la inflación subyacente sugieren que la inflación se estabilizará de forma sostenida en torno al objetivo del Consejo de Gobierno del 2% a medio plazo”, ha reflejado el organismo. Sin embargo, y pese a que reconoce que la inflación interna ha descendido, apunta que “sigue siendo elevada, principalmente porque los salarios y los precios en algunos sectores están aún ajustándose a la fuerte subida anterior de la inflación con un retraso considerable”.
Una de las principales preocupaciones de Lagarde, a diferencia de otras ocasiones, ha sido el crecimiento de la eurozona, muy inferior al dato español, que encabeza la lista. Los expertos prevén ahora una recuperación económica más lenta que en las proyecciones de septiembre, del 0,7 % en 2024, del 1,1 % en 2025, del 1,4 % en 2026 y del 1,3 % en 2027. “Con el tiempo, la desaparición gradual de los efectos de la política monetaria restrictiva debería respaldar una recuperación de la demanda interna”, han trasladado.
Como es habitual, el BCE ha zanjado prometiendo “determinación” para asegurar que la inflación se estabilice de forma sostenida en su objetivo del 2 % a medio plazo. Para ello, “aplicará un enfoque dependiente de los datos, en el que las decisiones se adoptan en cada reunión, para determinar la orientación apropiada de la política monetaria”; es decir, “se basarán en su valoración de las perspectivas de inflación teniendo en cuenta los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria, sin comprometerse de antemano con ninguna senda concreta de tipos”.