El Banco de España ha vuelto a revisar al alza sus previsiones de crecimiento de la economía española para 2023 y sitúa el valor por encima de las estimaciones realizadas por el propio Gobierno. El organismo liderado por Pablo Hernández de Cos prevé que el Producto Interior Bruto (PIB) cierre el año en el 2,3%, dos décimas por encima de lo esperado por el Ejecutivo de coalición (2,1%) y lejos del 1,6% arrojado en anteriores revisiones. La autoridad se suma así a los múltiples organismos nacionales e internacionales que ya reflejan una recuperación del PIB prepandemia.

El Gobierno de Pedro Sánchez ha vuelto a quedarse corto previendo el fuerte avance de la economía española, como ya pasase en 2022 cuando al cerrar con 5,5% se superó en más de un punto lo estimado (4,3%). “El Banco de España destaca la importante contribución de la política económica del Gobierno al actual ritmo de crecimiento de la economía española”, destacan fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos. Concretamente, el organismo supervisor ensalza la eficacia de las medidas adoptadas para reducir la inflación y mantener el crecimiento a corto plazo.

Fuerte caída del paro

El papel de los fondos europeos también ha sido determinante en la fuerte marcha económica y, como destaca el banco, estos han sostenido la demanda interna en 2023 e impulsarán la inversión de cara al próximo curso. Sin embargo, quizá el aspecto que mayor peso tiene en este avance es el dinamismo del mercado de trabajo. La reforma laboral continúa expandiendo sus efectos y el Banco de España prevé que vaya más allá en lo que aumento de la ocupación y reducción del paro se refiere.

La tasa de paro actual, atendiendo a la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre, se sitúa en el 12,7% y el organismo prevé que esta siga cayendo hasta el 12,2%. Esta cifra es la misma que la pronosticada por el Gobierno y se reduce aún más a largo plazo. Concretamente, para 2025 se espera que la tasa de paro caiga hasta el 11,3%, siete décimas por debajo de la expuesta en marzo.

Cumplimiento de los objetivos fiscales

Otro aspecto determinante para las arcas del Estado es el déficit y la deuda pública. Lo objetivos marcados por Bruselas a España se han ido cumpliendo sobradamente, año tras año, y el Banco de España prevé que este 2023 no sea diferente. En comparación con sus estimaciones anteriores, la revisión a la baja sitúa las estimaciones de déficit y deuda de forma más positivas que las emitidas por el propio Gobierno. Concretamente, el Banco de España prevé que el déficit público se situará en el 3,8% y la deuda pública se encontraría ya por debajo del 110%.

“Cabe recordar que los Gobiernos del PP entre 2012 y 2017 solo cumplieron sus objetivos fiscales en una ocasión (en 2017)”, apunta desde el ministerio liderado por Nadia Calviño, desmintiendo nuevamente el mantra de que la izquierda no sabe gestionar la economía. El cierre del último curso ya otorgó a España una nueva alegría y, manteniendo la confianza de Europa, se cerró 2022 con un déficit del 4,8% sobre el PIB, dos puntos por debajo de lo exigido desde Bruselas.

El objetivo de España es alcanzar el 3% y, aunque este estaba agendado para 2025, desde Hacienda y Función Pública ya ha confirmado que se podrá dar cumplimiento a esta exigencia un año antes. Así lo refleja el Plan de Estabilidad 2023-2026 que España ha remitido a Bruselas, que contempla una reducción “plausible” de la senda de gasto y el mantenimiento de niveles de deuda “prudentes”, tal y como han exigido las autoridades europeas.

Caída de la inflación

La inflación, principal aspecto que está asfixiando a las familias, el organismo también ha reducido, medio punto en este caso, su valor. El Banco de España sitúa la tasa media con la que el país cerrará el año en una media del 3,2%, debido a una desaceleración "más acusada de la prevista" en los precios de la energía y, en menor medida, en los precios de los alimentos, cuyo crecimiento considera que "tocó techo, con una elevada probabilidad".

El supervisor apunta a que la inflación general se situará por debajo del 2% en el mes de junio, aunque repuntará en el segundo semestre del año por el efecto base en los precios energéticos y la retirada de las medidas anticrisis. Esta tendencia, apuntan, se mantendrá en 2024, ejercicio para el que mantiene su previsión de un Índice de Precios de Consumo (IPC) medio del 3,6%, para bajar después, en 2025, hasta el 1,8%. En el caso de la inflación subyacente, la institución revisa al alza sus proyecciones de marzo para 2023 en dos décimas, hasta el 4,1%, y rebaja una décima las de 2024 y 2025, hasta el 2,1% y el 1,7%, respectivamente.