La irrupción del coronavirus en marzo de 2020 supuso un cambio en los hábitos de consumo de los españoles en todos los ámbitos de la sociedad. Uno de los más importantes ocurría a la hora de hacer la compra en los supermercados, donde el papel higiénico y la levadura para hacer pan y repostería dispararon sus ventas hasta niveles nunca antes vistos.

Más allá de las anécdotas por el abastecimiento del papel higiénico con el anuncio del estado de alarma, la alimentación de los españoles también registró ciertas modificaciones con la llegada de la pandemia. Como consecuencia del confinamiento domiciliario y el cierre de la hostelería a nivel nacional, los españoles comenzaron a elaborar sus mejores platos en casa, donde comenzaron a pasar la mayor parte del tiempo.

¿Cuáles son los alimentos más consumidos de la pandemia?

El arroz, la charcutería y los productos de proximidad fueron los productos más consumidos durante la pandemia, tal y como desvela el informe de Distribución y Consumo de 2021.

En primer lugar, el arroz es uno de los productos más populares en España y produce más de 790.000 toneladas anuales, especialmente en las marismas del Guadalquivir. El consumo de arroz ha aumentado en los últimos años hasta registrar 180 millones de kilos en 2020, un año marcado por la pandemia y las restricciones correspondientes. Dentro de los distintos tipos, el arroz normal es el más consumido por los españoles, con una cantidad de 2 kilos por persona y año.

El perfil principal de consumidor de arroz es un hogar, formado por parejas con hijos o familias monoparentales. Según el informe, la presencia de niños es fundamental para el consumo de esta categoría, independientemente de su edad.

En segundo lugar, los diferentes productos de charcutería también han vivido un repunte en su consumo con la crisis del coronavirus. La mayor presencia en casa y la facilidad de su preparación han impulsado el consumo de embutidos y productos cárnicos curados en la mayoría de los hogares españoles, produciendo un nuevo boom de los procesados cárnicos.

El consumo se ha disparado a nivel mundial y, como no, también en España. Según Alimarket, el mercado de los elaborados cárnicos se ha visto condicionado por la pandemia, con un crecimiento interanual del 4%, al pasar de 197.877 a 205.878 toneladas y un 8% en valor desde los 1.958 a los 2.120 millones de euros.  

Charcutería premium

En este aspecto aparece un impulso de los productos premium dentro de la charcutería, que son considerados por los consumidores con una nota de alta gama o gastronómicos, a nivel mundial. Pavo, jamón y vacuno asado son ahora considerados fiambres de alta gama, cada vez más demandados.

El consumo de charcutería en el hogar se ha disparado en los últimos años, pasando desde el 0,7% de 2009 al 3,4% de 2019. Las previsiones pasan por la consolidación de esta tendencia y se esperan incluso superar las cifras de consumo de 2020 para este año.

En concreto, han aumentado las ventas del lomo embuchado blanco e ibérico en un 15,5%; del 12,6% en el caso del bacon; del 18% el jamón ibérico; del 6,8% el jamón curado en su conjunto; del 3,2% el jamón York y un 1,9% los fiambres de ave. Solo el salchichón registró una caída de sus ventas, del 0,6%.

Por otro lado, la pandemia nos ha acercado a los productos más locales, lo que refuerzan la atracción hacia los productos de proximidad. El hecho de sentir cercanía y la personalización de la experiencia o de los productos sirve para mejorar el acto de compra, es decir, refuerza la experiencia de hacer la compra.

Además, el consumidor mantiene su compromiso con el entorno como una parte esencial de sus valores. Saber qué se consume, de dónde viene y cómo se produce ofrece una seguridad que muchas veces solo se puede conseguir en la tienda de barrio. La pandemia también ha tenido un efecto positivo para los productos frescos, con el objetivo de muchos españoles de mantener una dieta sana y equilibrada durante el periodo de confinamiento.